Sancho Panza, gobernador de la ínsula Barataria quijotesca



Vuelvo a tratar este tema con el mismo sentimiento que tuve de escribir sobre la actualidad cuando apareció por la primera vez durante el "año cervantino nacional", el 15.12.05.

Digo "sentimiento de actualidad" en el doble sentido de la expresión: porque nos encontramos en la Conmemoración del IV Centenario de la Muerte de Miguel de Cervantes y porque la realidad humana del abuso del poder sigue siendo la misma.

Me complazco en constatar que muchos admiradores de Cervantes y de la profesión de escritor ven en el uno, Cervantes, la gran cualidad de su humanismo comprometido, y en la otra, la profesión de escritor, el principio más capital de su deontología, que es servir a la humanidad contra cualquier poder que la amenace.


No me cabe duda de que Cervantes hubiera luchado hoy con su obra paródica no solamente contra la corrupción de los mandatarios políticos, sino contra la irresponsabilidad de quienes les confiamos nuestra propia suerte mediante nuestro voto poco o nada responsable. Procediendo así cometemos la peor de las quijotadas.

Podemos estar seguros de que Cervantes escribió El Quijote más como un manual práctico de las quijotadas que debemos evitar, si queremos preservar nuestra libertad, que como una suma de lecciones morales, que nunca tuvo la intención de propinarnos.

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insul-: ínsula: 119: [ínsula Barataria: 10; ínsula… prometida: 3; ínsula… prometido: 4; prometida ínsula: 5]; insulano: 1; insulanos: 7; ínsulas: 28; ínsulo: 1; ínsulos: 3

ínsula (doc. s. XV, forma cultista, del lat. insula, por isla ) f. En la geografía de las ficciones caballerescas son frecuentes las islas, pero llamadas «ínsola», «ínsula» («ínsola Firme», AdG ). En el Amadís de Gaula aparecen: ínsola: 234 veces; ínsolas: 36 veces; ínsula: 1 vez; ínsulas: 1 vez; isla: 12 veces; islas: 1.

«En el libro III de Amadís de Gaula se menciona la Isla de Santa María, donde mató éste al Endriago. En el libro II se hace mención de la ínsula Sagitaria. § Las demás ínsulas nombradas en Amadís son la ínsula Triste, la ínsula Profunda, la ínsula Firme, la ínsula de Mongaza o del Lago Ferviente, la ínsula Fuerte, la ínsula de la Torre bermeja, la ínsula del Infante, la ínsula No Fallada y la ínsula Gravisanda.», Clem. 1779.a.

• En los relatos artúricos franceses se empleó la forma isle, y no se ha explicado por qué los autores españoles prefirieron la forma cultista. Ver E. B. Place, ed., Amadís de Gaula, II, p. 606.

|•| Importa notar que la figura de Sancho se introduce en el mismo momento en que se hace mención de la «ínsula». y que desde el principio su papel como escudero va identificado con la aspiración a ser gobernador de ella:

«Decíale, entre otras cosas, don Quijote que se dispusiese a ir con él de buena gana, porque tal vez le podía suceder aventura que ganase, en quítame allá esas pajas, alguna ínsula y le dejase a él por gobernador della. Con estas promesas y otras tales, Sancho Panza, que así se llamaba el labrador, dejó su mujer y hijos y asentó por escudero de su vecino.», I.7.20.

• ¿Desconoce Sancho el verdadero sentido de la palabra ínsula? Murillo piensa que para él nunca significará precisamente 'isla en el mar', pues «supone que puede haber ínsulas situadas tierra adentro.», nota de Murillo, I, 125.

• Contradice esta aserción de Murillo el que Sancho proclame durante la aventura de los disciplinantes:

«por solos ocho meses de servicios me tenía dada [don Quijote] la mejor ínsula que el mar ciñe y rodea», I.52.26.

Así, pues, Sancho no desconoce el verdadero sentido de la palabra ínsula en la primera parte, sino que finge esta ignorancia o alguien se la atribuye en la segunda. ¿Se ha preparado esta astucia en la primera parte?

Cuando su mujer le pregunta a Sancho:

«¿Qué es eso de ínsulas, que no lo entiendo? —No es la miel para la boca del asno—respondió Sancho—; a su tiempo lo verás, mujer, y aun te admirarás de oírte llamar señoría de todos tus vasallos.», I.52.38-39.

Nótese pues que, contrariamente a lo que se va a hacer creer en la segunda parte de la ignorancia de Sancho, ya tenemos aquí, al final de la primera parte, su definición personal de lo que es una ínsula y su propio proyecto sobre su gobierno y las prerrogativas de su familia en ella.

• La ínsula como recompensa para Sancho (la primera promesa de DQ se encuentra ya en I.7.20) tiene su enlace con las utopías de la imaginacion renacentista. Como recompensa mágica tiene relación con temas folklóricos. Como recompensa absurda y desproporcionada al mérito individual tiene antecedentes en ciertas figuras populares del teatro del siglo XVI.

|| ínsula Barataria: ® Barataria

|| ínsulas en la tierra firme: ® firme

|| ínsula Firme: ® Firme

|| ínsula Malindrania: ® Malindrania

|| ínsula prometida: • La ínsula como recompensa de don Quijote para Sancho, por sus servicios de escudero, tiene su enlace con las utopías de la imaginación renacentista. «Como recompensa mágica tiene relación con temas folklóricos. Como recompensa absurda y desproporcionada al mérito individual tiene antecedentes en ciertas figuras populares del teatro del siglo XVI» (Murillo).

|| ínsulas ni ínsulos: ® ínsulos

insulano (voz cervantina de 1605, der. de ínsula) adj. 'insular, isleño' «Cervantes usó del adjetivo insulanos por insulares o isleños, con algo de burla de las ínsulas, que tanto se nombran en las historias caballerescas; pero antes de Cervantes lo había usado el sevillano Pedro Mejía en el Coloquio del porfiado (parte I, al fin), donde hablando de las malas mañas de los que habitan en las costas del mar, dice:

«Se tenía por refrán antiguo: todos los insulanos son malos, y los de Creta, los peores, porque casi todos habitan en costa o junto a ella.», Clem. 1580.b.

• «fin que tuvo el gobierno del gran Sancho Panza, flor y espejo de todos los insulanos gobernadores», II.52.34.

ínsulo (voz cervantina de 1605, ◊ por síncopa de insulano ) adj. y s.m. Esta palabra, que puede significar en registro festivo insulanos, se introduce en un juego de oposición de sonidos y de sentidos, que aparece dos veces en I y una en II.

|| ínsulas ni ínsulos: doblete léxico típico del ama. En el plano de los sentidos se trata de un rechazo por disyunción exclusiva negativa (gramaticalmente, en este caso, por negación de masculino y femenino, para un conjunto variable determinado): • El ama a Sancho:

«dejaos de pretender ínsulas ni ínsulos», II.2.7.

• Sancho explica al cura y al barbero sus nuevas esperanzas de tener por casamiento un reino en tierra firme: «sin ínsulos ni ínsulas», I.26.33. • Sancho impaciente, cuando se le pide que se deje rapar: «ya ni habrá ínsula, ni ínsulos en el mundo que me conozcan», II.41.9.

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barat-: barata: 4; Barataria: 12: [la ínsula Barataria: 10; vuestra ínsula Barataria: 1]; baratario: 1 ; baratijas: 2; barato: 6

barata (doc. s. XIII, de ® barato.) f. alternaba con baratería y con mohatra: 'venta fingida y fraudulenta', 'trato engañoso': «baratería, vale tanto como dejarse cohechar el juez, comprando las cosas al menos precio.», Cov. 192.a.53.

|•| Metafóricamente, en boca de Dorotea refiriéndose a la promesa fingida de don Fernando: «como el que no piensa pagar, que, al concertar de la barata, no repara en inconvenientes.», I.28.20. ® mohatra

Barataria (Cervantes ha reemplazado intencionalmente, en 1615, por la correspodiente latina la palabra baratería, der. de baratar y barato) f. 'por el barato'. He aquí el uso de la palabra baratería según Covarrubias: «baratería, vale tanto como dejarse cohechar el juez, comprando las cosas al menos precio.», Cov. 192.a.53.

• «Barataria, fraus, dolus in contractibus vel venditionibus, según Ducange. Dice éste también que se hallan las palabras baratadores o engañadores en las leyes alfonsinas. Se encuentra, en efecto, usada esta voz en la Partida VII (tít. XVI, lib. IX), y barato en una de sus acepciones anticuadas quiere decir fraude o engaño, significación en que la hubo de usar el mismo Cervantes, al atribuir el motivo de dar a entender a Sancho que el lugar en que se iba a representar la farsa de su gobierno se llamaba la ínsula Barataria, al barato con que se le había dado el gobierno.», Clem. 1779.b.

|| la ínsula Barataria: «Diéronle a entender [a Sancho] que se llamaba la ínsula Barataria, o ya porque el lugar se llamaba Baratario, o ya por el barato con que se le había dado el gobierno.», II.45.2; «lugar que para él había de ser ínsula.», II.45.2.

• Para muchos lectores y críticos, el gobierno de Sancho Panza en la ínsula Barataria es, en calidad, en cantidad y en temática, el episodio principal de la segunda parte del Quijote. «La naturaleza del asunto lo hace necesariamente de considerable extensión, de suerte que pudiera hacer perder de vista al héroe, y perjudicar a la unidad de la fábula. Cervantes procuró evitar este inconveniente dividiendo el episodio en cinco trozos o escenas que entretejió con los sucesos de Don Quijote, llevando al lector sucesivamente del palacio de los Duques a la ínsula Barataria, y de la ínsula Barataria al palacio de los Duques.», Clem. 1795.b.

• Conviene observar con Maxime Chevalier que Barataria, contrariamente a los que algunos interpretan, no presenta ningún mundo al revés. «Lo significan las reflexiones de Sancho tocantes al abuso del don, reflexiones acordes con una corriente crítica que circula en los textos entre mediados del siglo XVI y mediados del siguiente y que llega a impregnar la sabiduría burlona del refrán («¿Tenéis lumbre, doña Lucía?» «La de Dios, doña Mencía»). Los proyectos administrativos de Sancho no han de desmentir tan clara conformidad con las ideas comúnmente admitidas hacia 1600.», en Rico 1998 b, p. 187. ® ínsula ® barato.

Baratario (neologismo cervantino en 1615, de ® Barataria) m. lugar sobre el que se encuentra la ínsula Barataria.

baratijas (doc. 1499, de barato) f.pl. 'menudencias': «BARATIJAS. Cosas menudas y de poco valor, que todas juntas y a montón se suelen dar en poco precio.», Cov. 192.a.56. |•| Teresa Panza habla en su carta a Sancho de un pintor de mala mano, que llegó a su pueblo a pintar lo que saliese: «trabajó ocho días, al cabo de los cuales no pintó nada, y dijo que no acertaba a pintar tantas baratijas», II.52.8. • Para la alusión al tema del mal pintor, ® pintor: el pintor de Ubeda

barato ('fraude', doc. 1155; 'abundancia y baratura', doc. ±1300; 'porción de dinero que se da', doc. 1592; 'rebaja para saldar una deuda' de baratar, doc. ±1250, 'hacer negocios' :: 'alterar el precio de algo para ganar dinero' ^ 'trocar, permutar' del ◊ prerromano y emparentado con el célt. *mrato 'engaño, traición', Cor.) m. 'propina, regalo inesperado' (MdRiquer 50 y 62); 'bajo precio': ««Hazer barato.» Lo kontrario de: vender karo.», Corr. 761.a; ant. 'fraude, engaño', como en la loc.verb. : ««Meterlo a barato.» Metáfora del xuego de las tablas rreales, kuando el xuego va perdido. Por: enmarañarlo i rrebolverlo.», Corr. 748.a

• Como adverbio y adjetivo, barato parece haber nacido de una interpretación secundaria de frases como comprar barato o comprar a barato, entre jugadores o entre simples interlocutores en situación de compra-venta, Cor. adj. 'de bajo precio', doc. 1495; adv. 'a bajo precio', doc. 1529.

|•| Cuando se quiere atisbar la multiplicidad de sentidos que el narrador quiere dar a su explicación del nombre de Barataria, no hay por qué insistir en la exclusión de cualquiera de estos sentidos, que ya evoca Covarrubias: «Diéronle a entender que se llamaba la ínsula Barataria, o ya porque el lugar se llamaba Baratario, o ya por el barato con que se le había dado el gobierno.», II.45.2. Seleccionemos de Covarrubias la expresión que parece servir de molde a la última de la serie dada como explicación por el narrador: «dar barato, sacar los que juegan del montón común, o del suyo, para dar a los que sirven o assisten al juego.», Cov. 192.a.34.

• De donde la loc.adv. || de barato: 'de propina'. ««El barato de Kordovilla.» Uno, ke se llamava Kordovilla, alunbró toda una noche a unos ke xugavan porke le diesen barato, i después tuvieron enfado i diéronle kon el kandelero.», Corr. 97.a. ««El barato de Xuan del Karpio.» • Fue ke aporreó a su muxer pidiéndole barato.», Corr. 97.a.

• En la ínsula Barataria un hombre se queja de otro al gobernador Sancho: «alzóse con la ganancia, y cuando esperaba que me había de dar algún escudo, por lo menos, de barato, como es uso y costumbre darle a los hombres principales como yo, que estamos asistentes para bien y mal pasar, y para apoyar sinrazones y evitar pendencias, él embolsó su dinero y se salió de la casa.», II.49.12.

• Conviene tener en cuenta que esta expresión aparece en este texto en boca de un protector de jugadores mal pagado, de la solicitud de los cuales dice Quevedo: «Es de ver uno de nosotros en una casa de juego, con el cuidado que sirve y despabila las velas, trae orinales, cómo mete naipes y solemniza las cosas del que gana, todo por un triste real de barato», Buscón, II, vi, p. 157.

|| hacer barato: 'dar algo a menos precio', 'rebajar el precio', Cov. 192.a.17; ««Hazer barato». Lo kontrario de: vender karo», Corr; 761.a. Refrán: «No konpra barato kien rruega un rrato.», Corr. 257.a.

• Maese Pedro «hacía barato» por las respuestas del mono adivino, II.27.3.

|| los que esperan barato han de ser comedidos: II.49.14. «MACHÍN. Señor soldado, diga por su vida: / ¿por acá los que ganan son ingratos? / ¿Suelen vender muy caros los baratos?», Pérez de Montalbán, La monja alférez, jorn. I.

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13. CARTA DE SANCHO PANZA A TERESA PANZA, SU MUJER

14. Si buenos azotes me daban, bien caballero me iba; si buen gobierno me tengo, buenos azotes me cuesta. Esto no lo entenderás tú, Teresa mía, por ahora; otra vez lo sabrás.

Has de saber, Teresa, que tengo determinado que andes en coche, que es lo que hace al caso: porque todo otro andar es andar a gatas. Mujer de un gobernador eres; ¡mira si te roerá nadie los zancajos!

Ahí te envío un vestido verde de cazador, que me dio mi señora la duquesa; acomódale en modo que sirva de saya y cuerpos a nuestra hija.

Don Quijote, mi amo, según he oído decir en esta tierra, es un loco cuerdo y un mentecato gracioso, y que yo no le voy en zaga.

Hemos estado en la cueva de Montesinos, y el sabio Merlín ha echado mano de mí para el desencanto de Dulcinea del Toboso, que por allá se llama Aldonza Lorenzo; con tres mil y trecientos azotes, menos cinco, que me he de dar, quedará desencantada como la madre que la parió. No dirás desto nada a nadie, porque pon lo tuyo en concejo, y unos dirán que es blanco, y otros que es negro.

De aquí a pocos días me partiré al gobierno, adonde voy con grandísimo deseo de hacer dineros, porque me han dicho que todos los gobernadores nuevos van con este mesmo deseo; tomaréle el pulso, y avisaréte si has de venir a estar conmigo, o no.

El rucio está bueno, y se te encomienda mucho; y no le pienso dejar, aunque me llevaran a ser Gran Turco.

La duquesa mi señora te besa mil veces las manos; vuélvele el retorno con dos mil; que no hay cosa que menos cueste ni valga más barata, según dice mi amo, que los buenos comedimientos.

No ha sido Dios servido de depararme otra maleta con otros cien escudos, como la de marras; pero no te dé pena, Teresa mía; que en salvo está el que repica, y todo saldrá en la colada del gobierno; sino que me ha dado gran pena que me dicen que si una vez le pruebo, que me tengo de comer las manos tras él, y si así fuese, no me costaría muy barato; aunque los estropeados y mancos ya se tienen su calonjía en la limosna que piden; así que, por una vía o por otra, tú has de ser rica, de buena ventura.

Dios te la dé, como puede, y a mí me guarde para servirte. Deste castillo, a veinte de julio 1614.

15. Tu marido el gobernador,

16. SANCHO PANZA.

17. En acabando la duquesa de leer la carta, dijo a Sancho:

18. —En dos cosas anda un poco descaminado el buen gobernador: la una, en decir o dar a entender que este gobierno se le han dado por los azotes que se ha de dar, sabiendo él, que no lo puede negar, que cuando el duque, mi señor, se le prometió, no se soñaba haber azotes en el mundo; la otra es que se muestra en ella muy codicioso, y no querría que orégano fuese; porque la codicia rompe el saco, y el gobernador codicioso hace la justicia desgobernada.

El Q.II.36.13-18.

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Sancho Panza escribe a Teresa Panza: «De aquí a pocos días me partiré al gobierno, adonde voy con grandísimo deseo de hacer dineros, porque me han dicho que todos los gobernadores nuevos van con este mesmo deseo», II.36.14.

En repetidas ocasiones don Quijote estigmatiza la codicia de Sancho Panza. Ahora bien, quien sabe que la obra cervantina es una parodia, no se detiene en este primer nivel de la interpretación, sino que sube más arriba. Si la codicia de Sancho Panza se apoya en las promesas que don Quijote le ha hecho para que le siga y le hace continuamente para que no le abandone, el responsable de su codicia es el propio don Quijote.

Al leer estos reproches, no nos cabe duda que Cervantes hubiera luchado hoy con su obra paródica no solamente contra la corrupción de los mandatarios políticos, sino contra la irresponsabilidad de quienes les confiamos nuestra propia suerte mediante nuestro voto poco o nada responsable. Procediendo así cometemos la peor de las quijotadas.

Podemos estar seguros de que Cervantes escribió El Quijote más como un manual práctico de las quijotadas que debemos evitar, si queremos preservar nuestra libertad, que como una suma de lecciones morales, que nunca tuvo la intención de propinarnos.

gobern-: gobernaba: 2; gobernado: 4; gobernador: 174: [buen gobernador: 5; desgobernado gobernador: 1; gran gobernador: 3; gobernador de una ínsula: 6; señor gobernador: 37; ser gobernador: 15]; gobernadora: 2; gobernadores: 24; gobernadoresco: 1; gobernamos: 1; gobernando: 1; gobernar: 28; gobernarás: 1; gobernare: 1; gobernaré: 3; gobernares: 1; gobernarla: 1; gobernarle: 1; gobernarlos: 1; gobernarse: 1; gobernase: 1; gobernases: 1; goberné: 1; gobiern-: gobierna: 5; gobiernan: 6; gobiernas: 2; gobierne: 2; gobiernito: 1; gobierno: 117; gobiernos: 12

gobernador (doc. ±1230, de gobernar ) m. 'corregidor encargado de administrar justicia': «Asistente, el que asiste y el que preside, como asistente de Sevilla, corregidor o gobernador que asiste por el Rey.», Cov. 160.a.64; «de ordinario significa el que tiene en un lugar la preeminencia de administrar justicia, que en unas partes se llama corregidor y en otras gobernador, y su oficio se llama gobernación y gobierno.», Cov. 652.a.27.

|•| Es sabido que el 21 de mayo de 1590 Cervantes había solicitado al Consejo de Indias que se le hiciera la «merced de un oficio en las Indias, de los tres o cuatro que al presente están vacos, que es el uno la contaduría del nuevo reino de Granada; o la gobernación de la provincia de Soconusco, en Guatimala; o contador de las galeras de Cartagena; o corregidor de la ciudad de La Paz». La respuesta del Consejo, expedida el 6 de junio de 1590, fue además de negativa lacónica en extremo: «busque por acá en qué se le haga merced».

Cervantes ha sabido transformar el normal despecho por su experiencia de candidato frustrado en humor crítico, cuando hace decir a don Quijote: «ya por muchas experiencias sabemos que no es menester ni mucha habilidad ni muchas letras para ser uno gobernador, pues hay por ahí ciento que apenas saben leer, y gobiernan como unos girifaltes», II.32.41. La misma crítica aparece en el entremés de La elección de los alcaldes de Daganzo. Es sabido que la nobleza de la época, preferida para esto cargos, presumía de no saber de letras.

|| desgobernado… gobernador: ® desgobernado

|| gobernador codicioso: (tema del gobierno) Sancho Panza escribe a Teresa Panza: «De aquí a pocos días me partiré al gobierno, adonde voy con grandísimo deseo de hacer dineros, porque me han dicho que todos los gobernadores nuevos van con este mesmo deseo», II.36.14.

A Teresa Panza no debe darle pena el que SP no haya encontrado de nuevo una maleta con otros cien escudos, como la del loco de Sierra Morena, porque «en salvo está el que repica y todo saldrá en la colada del gobierno», II.36.14.

La Duquesa, al leer la carta de Sancho Panza a Teresa Panza, le reprocha el que diga que le han dado el gobierno por los azotes que se ha de dar, y el que se muestre en ella muy codicioso «porque la codicia rompe el saco, y el gobernador codicioso hace la justicia desgobernada.», II.36.18.

«Con el felice y gracioso suceso de la aventura de la Dolorida quedaron tan contentos los Duques, que determinaron pasar con las burlas adelante… otro día, que fue el que sucedió al vuelo de Clavileño, dijo el Duque a Sancho que se adeliñase y compusiese para ir a ser gobernador», II.42.1.

Sancho Panza parece burlarse del duque, cuando replica: «—Después que bajé del cielo, y después que desde su alta cumbre miré la tierra y la vi tan pequeña, se templó en parte en mí la gana que tenía de ser gobernador… Si vuestra señoría fuese servido de darme una tantica parte del cielo,II.42 § 2

El duque replica a su vez con un lugar común de quienes confunden la creencia con el chalaneo: —«… si vos os sabéis dar maña podéis con las riquezas de la tierra granjear las del cielo.», II.42 § 3.

Sancho Panza al Duque: «yo pugnaré por ser tal gobernador, que… me vaya al cielo; y esto no es por codicia… de levantarme a mayores, sino por el deseo que tengo de probar a qué sabe el ser gobernador», II.42.4.

El Duque, viendo las menguadas reticencias y las muchas ganas de ser gobernador de Sancho Panza, canta las dulzuras del poder, tanto de gobernador, poder de Sancho Panza, como de emperador, poder de don Quijote: «comeros heis las manos tras el gobierno, por ser dulcísima cosa el mandar y ser obedecido… cuando vuestro dueño llegue a ser emperador… que le duela y le pese en la mitad del alma el tiempo que hubiere dejado de serlo.», II.42.5.

Don Quijote pudiera excusar que Sancho Panza ponga la ínsula que va a gobernar patas arriba con descubrir al Duque quién es: «un costal lleno de refranes y de malicias.» (opinión del Cura sobre el linaje de los Panza), II.43.19.

A pesar de todo, no piensa hacerlo, puesto que pide a Dios que gobierne a SP en su gobierno: «Dios te guíe, Sancho, y te gobierne en tu gobierno.», II.43.19.

Sancho Panza replica a los escrúpulos de su amo sobre su incapacidad para gobernar, diciendo que está dispuesto a renunciar, que lo mismo se sustentará con pan y cebolla que con perdices y capones; y que mientras los humanos duermen, todos son iguales, los grandes y los menores (de linaje o naturaleza), los pobres y los ricos (de fortuna); y que el asunto de gobernar ha sido promesa de Don Quijote, que en cuanto a él, más se quiere «ir Sancho al cielo que gobernador al infierno», II.43.20.

Don Quijote juzga que Sancho Panza merece ser gobernador de mil ínsulas, por las razones que ha dado para no serlo (¡formidable inconsecuencia!), cuando Sancho Panza le expresaba sus escrúpulos por su falta de preparación: «buen natural tienes, sin el cual no hay ciencia que valga; encomiéndate a Dios y procura no errar en la primera intención», II.43.21.

Instalación de Sancho Panza en su gobierno de la ínsula Barataria: «le llevaron a la iglesia mayor a dar gracias a Dios… con algunas ridículas ceremonias, le entregaron (a Sancho Panza) las llaves del pueblo y le admitieron por perpetuo gobernador de la ínsula Barataria.», II.45.2.

Sancho, caído en la sima con el rucio, se considera: «un desdichado desgobernado gobernador», II.55.11.

Teresa Panza a Sancho Panza, a su vuelta definitiva a la aldea, sorprendida de no verlo vestido de gobernador: «más traéis semejanza de desgobernado que de gobernador», II.73.16. ® gobernar

gobernar (doc. fin s. X., del lat. gubernare 'gobernar [una nave]' ^ 'conducir, gobernar [cualquier cosa]', y éste del gr. kybernáo, Cor.) v.tr. e intr «Del verbo latino guberno, as, proprie navem rego; por translación se dice gobernar, por regir, encaminar y administrar, o la república o personas y negocios particulares, su casa y su persona. En esta mesma significación se toma gobernador; verdad es que, de ordinario significa el que tiene en un lugar la preeminencia de administrar justicia, que en unas partes se llama corregidor y en otras gobernador, y su oficio se llama gobernación y gobierno.», Cov. 652.a.27.

|| gobernar como un girifalte: loc.verb. Don Quijote dice que «Sancho Panza… se saldría con cualquiera gobierno, como el rey con sus alcabalas; y más que ya por muchas experiencias sabemos que no es menester ni mucha habilidad ni muchas letras para ser un gobernador, pues hay por ahí ciento que apenas saben leer, y gobiernan como unos girifaltes», II.32.41. • La fr. es elíptica; los eds. la explican de diversas maneras: «gobiernan con la agilidad de unos gerifaltes», Rgz Marín; «sin duda quiere decir que gobiernan con agudeza»'; «con la precipitación de...», (Mendizábal); otros: 'con la rapacidad de' (Américo Castro), 'con la excelencia de'. ® gerifalte

|| gobernar y regir: metábola. Sancho replica al ama, que lo trata de golozazo, sobre qué cosa sean ínsulas: «—No es de comer—replicó Sancho—, sino de gobernar y regir mejor que cuatro ciudades y que cuatro alcaldes de corte», II.2.6. Rgz Marín y Murillo glosan: «que él (Sancho Panza) la gobernará y regirá... no ya mejor que la gobernaría una ciudad (Ayuntamiento) y que la regiría un alcalde de Corte, sino mejor aún que cuatro ciudades (ayuntamientos) y que cuatro alcaldes». ® gobernador ® gobierno

gobierno (doc. ±1330. de gobernar) m. 'acción y efecto de gobernar' µn 'empleo, ministerio y dignidad de gobernador'.

|•| Don Antonio Moreno se sorprende al oír de boca de don Quijote que Sancho Panza ha sido gobernador: «—Sí -respondió Sancho-, y de una ínsula llamada Barataria. Diez días la goberné a pedir de boca; en ellos perdí el sosiego y aprendí a despreciar todos los gobiernos del mundo», II.62.7.

Grandes eran los discursos que don Quijote hacía sobre la respuesta de la encantada cabeza a propósito del desencanto de Dulcinea, mientras que «Sancho, aunque aborrecía el ser gobernador, como queda dicho, todavía deseaba volver a mandar y ser obedecido; que esta malaventura trae consigo el mando, aunque sea de burlas», II.63.1.

|| buen gobierno: 'buen juicio' «sepa que, aunque zafio y villano, todavía se me alcanza algo desto que llaman buen gobierno», I.23.5.

|| se saldría con cualquiera gobierno: 'saldría adelante con su intento de gobernar cualquier gobierno' :: 'conseguiría gobernar cualquier gobierno' • Según don Quijote, «Sancho Panza… se saldría con cualquiera gobierno, como el rey con sus alcabalas», II.32.41.

|| sin gobierno: doble sentido: 1. 'sin juicio' 2. 'sin el poder de gobernar'; esta disemia anima la perorata de Teresa Panza, que se resiste a ver partir a su marido de nuevo: «vivid vos, y llévese el diablo cuantos gobiernos hay en el mundo; sin gobierno salistes del vientre de vuestra madre, sin gobierno habéis vivido hasta ahora, y sin gobierno os iréis, o os llevarán, a la sepultura cuando Dios fuere servido.», II.5.12

|| su gobierno, que con otro de brocado de tres altos lo deseche: ® brocado

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Fuente de la imagen:

Artista: José Moreno Carbonero
Título: Festín de Sancho Panza en la Insula Barataria
Pie de la foto: «Primera parte de la escena del festín en la ínsula del Gobierno de Sancho Panza. Cuadro de Moreno Carbonero. (El Quijote, Parte II. Capítulo XLVII).».
Fuente: Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo-Americana,Volumen, Espasa-Calpe, Madrid en 1922

Fuentes de los textos:

1) Salvador García Bardón, Taller cervantino del 'Quijote', Textos originales de 1605 y 1615 (El Quijote para citarlo, 2005) con Diccionario enciclopédico, Academia de lexicología española, Trabajos de ingeniería lingüística, Bruselas, Lovaina la Nueva y Madrid, 2005.

2) Salvador García Bardón, El Quijote para citarlo, Skynet, Bruselas, 2005.

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