Las excarmelitas siguen "ocupando" el convento, según denuncia el obispo de Fort Worth Aviso para navegantes en el ‘Belorado’ de Arlington: El Vaticano cierra el monasterio ‘rebelde’

Poco más de un mes después de que se conociese que habían sido expulsadas de la Orden carmelita, el Vaticano ha cerrado el convento de Arlington (Estados Unidos), después de una deriva de algo más de un año en la que las exmonjas se enfrentaron con el obispo -que investigaba a la superiora por supuestas relaciones sexuales con un cura de otra diócesis- y al que acabaron denunciando ante los tribunales después de que este mandase incautarse de algunos dispositivos electrónicos pertenecientes a la comunidad religiosa.

“Me gustaría expresar una vez más la gran tristeza que todo este asunto ha provocado para nuestra Iglesia local y más allá, así como para mí personalmente. Las acciones de las exmonjas han dejado una profunda herida en el cuerpo de Cristo”, señala el obispo de Fort Worth, Michael Olson al dar a conocer la decisión tomada por el Dicasterio para la Vida Consagrada la pasada semana.

La drástica medida se produce tras un abierto enfrentamiento de las exmonjas tanto con el obispo, con la Orden carmelita, con el Dicasterio y tras haber anunciado que -en una deriva sedevacantista que tanto recuerda a lo que está sucediendo en Belorado- se unían a la cismática Sociedad de San Pío X, fundada por Marcel Lefebvre.

El enfrentamiento vivió una nueva vuelta de tuerca cuando la comunidad rebelde intentó transferir los bienes, pertenecientes a su antigua orden, a una forma jurídica civil y así conservar el control sobre los mismos, según informa Katholisch.

Una medida que -como también saben quienes siguen el caso de Belorado- tiene poco recorrido según el Código de Derecho Canónico, pues esos bienes pertenecen a la orden religiosa respectiva y no pueden -en principio- ser transferidos a una fundación civil como la creada por las excarmelitas a tal efecto. Y en el caso de los monasterios extintos, como este, los bienes pasan generalmente a la estructura de la orden superior, en concreto en esta situación, a la Asociación Carmelita de Cristo Rey.

En todo caso -y el patrón de comportamiento también es familiar por estos pagos-, las excarmelitas parece que tienen intención de no abandonar el convento, como confirma el obispo, quien en su misiva también confirma que “continúan ocupando el edificio”.