Más allá de las miradas al pasado del “Nuevo Círculo de discípulos de Joseph Ratzinger/Papa Benedicto” El Sínodo para la Amazonia, un nuevo Pentecostés para la Iglesia

Ya aburre la obsesión casi patológica de estos monseñores contra la evolución del ministerio sacerdotal hacia un celibato opcional y la ordenación de mujeres; pero hay que decir una vez más que la suya es una postura suicida

Necesitamos cambios estructurales en la Iglesia ya. Particularmente con referencia a la concepción y la práctica del sacerdocio en la Iglesia, que supere el clericalismo, el patriarcalismo, la jerarcología y la papolatría de las estructuras piramidales que perviven en la Iglesia

El Sínodo para la Amazonia va a comenzar en  los próximos días en Roma entre el 6 y el 27 de Octubre. En los últimos meses ha habido tanta información en la red, que más de un despistado habrá pensado que el Sínodo había sido ya… La Asociación de Teólogos Juan XXIII acaba de publicar un comunicado en defensa de una perspectiva renovadora para el Sínodo, que comparto en todos sus puntos. En las antípodas acabo de ver en RD que dos destacados obispos españoles, el cardenal Rouco y el obispo Martínez Camino, se unieron al club de los enemigos del Papa Francisco y sus reformas, junto con el grupo de cardenales Müller (ex prefecto de Congregación para la Doctrina de la Fe), Burke, Brandmuller, etc. especialmente en lo tocante al debate sobre los sacerdotes casados que, previsiblemente, se abordará en el próximo Sínodo. Dicen que están escandalizados por la “confusión” creada por quienes proponen la abolición del celibato sacerdotal. Ya aburre la obsesión casi patológica de estos monseñores contra la evolución del ministerio sacerdotal hacia un celibato opcional y la ordenación de mujeres; pero hay que decir una vez más que la suya es una postura suicida. Ya aburre, también, tener que contestarla una vez más; sobre todo porque no hay peor sordo que el que no quiere oír, pero como algunos no hemos llegado aún al dantesco rótulo “Perded toda esperanza”, seguimos clamando a tiempo y destiempo.

amazonia

 El Sinodo panamazónico tiene un magnífico lema: “Amazonía: Nuevo camino para la Iglesia y para una ecología integral” y un apreciable Documento preparatorio. Un amigo del Vaticano me pidió en el pasado mayo sugerencias para este esperado sínodo, y yo le hice tres que resumo aquí.

1. La primera sobre el tema de la ecología y los derechos humanos; cosa que me preocupa particularmente desde hace años, como he reflejado ya en varios libros (el último Espiritualidad ecológica. Una nueva manera de concebir  a Dios y nuestra relación con él y con  el mundo, Credo Ediciones 2014) y muchos artículos más. Un tema que tiene una magnífica perspectiva desde la encíclica de FranciscoLaudato si : todo está relacionado; por tanto, el daño que hagamos a cualquier elemento de la creación nos lo hacemos a nosotros mismos, como ha puesto de manifiesta el devastador incendio de la Amazonía con la complicidad del gobiernos corrupto de Bolsonaro, dependiente de intereses económicos transnacionales.

espiritualidade ecol

  Debe quedar muy claro la necesidad de salvaguardar la creación y especialmente los derechos humanos en esa creación, pues como dijo Indira Gandi hace años: “El mayor desastre ecológico es que muera gente de hambre o fruto de la injusticia y la violencia”. La apuesta ecológica y la defensa de los pobres suponen analizar y buscar respuestas sobre el papel de los gobiernos, las multinacionales, la corrupción, el tráfico de personas, etc. Cosa que ha sabido denunciar con valentía Francisco.

2. El sínodo debe también hacer una clara apuesta por proteger la diversidad cultural y religiosa –de la que América Latina es un exponente de excepcional riqueza–, con respetuosos y al mismo tiempo radicales planteamientos interculturales e interreligiosos; como he manifestado en mi libro La búsqueda de la armonía en la diversidad.

3. Finalmente, manifestaba mis expectativas de que la Iglesia sea valiente en el tema dela “coherencia eucarística”, de la que habló la Conferencia del Episcopado Latinoamericanos en Aparecida ( Ap 436). Es decir, que sepa abrir los planteamientos actuales de los ministerios en la Iglesia católica, para que se multipliquen las posibilidades de que todos los bautizados/as puedan participar frecuentemente en la Eucaristía y los sacramentos. Lo que supone necesariamente la superación del celibato obligatorio de los curas, que hace que se esté extinguiendo. Se trata de que pueda haber curas célibes y curas casados; un planteamiento amplio de tema de los viri probati, y hacerlo no solo para la Amazonia sino para toda la Iglesia. Este tema de la eucaristía y la misión debe suponer también abrir el ministerio presbiteral a las mujeres; sin ellas no va a progresar la Iglesia y no saldrá del atolladero en que se encuentra.

misa cerezo

Concluía diciéndole a este amigo del Vaticano, que ojalá el sínodo suponga algo más que buenas palabras, y que se tomen decisiones que supongan cambios reales en la Iglesia; o sea, cambios estructurales que puedan durar.

Con mis colegas de la Asociación de Teólogos Juan XXIII, a la que pertenezco desde hace casi dos décadas, confío en que este sínodo pueda ser “un nuevo Pentecostés para la Iglesia amazónica, las Iglesias locales y la Iglesia universal”. Una respuesta inteligente, amorosa y contundente a la vez, frente a  un sistema económico injusto en su raíz y asesino; un sistema que hace urgente “un cambio que nos lleve al cuidado de la Casa Común y a una humanidad nueva de justicia, libertad y fraternidad-sororidad, signo de la presencia del Reino de Dios”. Esto supone realmente abrir caminos en la Iglesia que sean verdaderamente nuevos, en una situación decadente y cada vez con menos salida.

No sé si será mucho esperar de este encuentro romano, pero ojalá sea así. Desde luego, mucho tendrá que trabajar el Espíritu Santo para que las 300 personas https://www.vidanuevadigital.com/2019/09/21/estos-son-los-participantes-del-sinodo-sobre-la-amazonia/que estarán presentes en la asamblea –que son la inmensa mayoría clérigos varones, con menos de 30 mujeres, y la mayoría de estas monjas- puedan alumbrar algo nuevo de cara a cambios substanciales/estructurales en una Iglesia menos piramidal y clerical, una Iglesia más democrático-koinónica/ participativa/ igualitaria/ fraternal-sororal… es decir, del estilo que quiso Jesús para la comunidad de sus seguidores.

rouco y otros

Pero si sé que, contrariamente a lo que dicen los monseñores del  llamado “Círculo y Nuevo Círculo de discípulos de Joseph Ratzinger/Papa Benedicto” en su último comunicado (“en tiempos de crisis y de purificación dolorosa de la Iglesia no son las reformas de las estructuras las que en primer lugar curan y ayudan”), necesitamos cambios estructurales en la Iglesia ya. Particularmente con referencia a la concepción y la práctica del sacerdocio en la Iglesia, que supere el clericalismo, el patriarcalismo, la jerarcología y la papolatría de las estructuras piramidales que perviven en la Iglesia. En lugar de sus propuestas de cerrar la puerta a los curas casados y la consagración de mujeres sacerdotes, manteniendo presuntas esencias tradicionales de un sacerdocio clerical que cada vez más se quedan en el pasado, urge abrir esa puerta por el bien de la Iglesia, y, mucha más, por el bien del Reino de Dios, el proyecto de Jesús.

Habrá que construir una “pirámide invertida”, con imagen usada por Francisco; o mejor, una realidad eclesial circular, que manifieste realmente la eclesiología del pueblo de Dios. Una eclesiología en la que todos y todas los/as cristianos/as participen realmente de la misma dignidad bautismal y gocen de los mismos derechos y deberes. Una Iglesia en la que los ministerios, que creo serán siempre necesarios, sean realmente un servicio al pueblo de Dios y no un cauce de poder absoluto, de dominio de unos pocos sobre la mayoría.

Camino


Volver arriba