"Bendito seas. Por existir. Bendito seas" Toño Casado: "En la iglesia nunca se maldice. No deseamos el mal a nadie ni le echamos el mal de ojo"

Luna y los abrazos perdidos en el Tarajal
Luna y los abrazos perdidos en el Tarajal

"Jesús no se ha marchado de tu lado, aunque no lo veas. Eres alguien especial. Tienes superpoderes como Superman, pues aunque parezcas un ciudadano corriente, eres capaz de curar el alma de los que se encuentren contigo"

"Lo ideal es que cuando uno acude a un templo o a un acto religioso  le hagan saber y sentir que tu familia y tus amigos cuentan con la protección de lo Alto. Eso es bendecir, desear el mayor de los Bienes para los que están allí"

"Tú puedes ser sombra en el verano, manta en el invierno, paraguas en el otoño y antihistamínico en la primavera"

Hoy escribo mi artículo desde la sala de espera del hospital. Ayer nuestra sacristana Consuelito, con sus 93 infatigables años, tropezó con el cable del lampadario cuando iba a ayudar con la comunión.  Se quedó la pobre como la  tercera estación del Viacrucis, rodeada de formas consagradas y solidarias en la caída, el copón rodando desahuciado y la asamblea asustada y presta a auxiliar a Consuelo y recoger a nuestro desparramado Señor.

Hay personas como nuestra sacristana que son una bendición. Que siempre están atentas a los demás con una sonrisa. Te los encuentras por las escaleras y es como tomarte un chute de vitaminas.

No sé si sabes que estás bendecido especialmente, que tu nombre ha sido escrito por Dios en su corazón y todas las noches reposas en la palma de su mano. Jesús no se ha marchado de tu lado, aunque no lo veas. Eres alguien especial. Tienes superpoderes como Superman, pues aunque parezcas un ciudadano corriente, eres capaz de curar el alma de los que se encuentren contigo. Las serpientes del dolor y la violencia no te hacen daño.  Porque estás bendecido, porque Dios se alegra en repetir tu nombre todo el rato, con el mayor de los cariños.

El Papa pide bendecir la mesa
El Papa pide bendecir la mesa

En la iglesia nunca se maldice. No deseamos el mal a nadie ni le echamos el mal de ojo. Cuando vas, siempre te desean lo mejor: que seas consciente de la verdadera protección de Dios. Por eso lo ideal es que cuando uno acude a un templo o a un acto religioso  le hagan saber y sentir que tu familia y tus amigos cuentan con la protección de lo Alto. Eso es bendecir, desear el mayor de los Bienes para los que están allí.

También el Papa bendice al mundo con la famosa “Urbi et Orbe”, bendición que tiene cobertura y extensión ilimitada para todas las criaturas que están en el planeta. Porque todas salieron de las originales manos del Creador, y todas eran buenas, hasta la serpiente esa que nos da tanto asco.

Puedes ser fuente de bendición para los que se encuentran contigo, como las fuentes que te salen al paso en las largas caminatas. Tú puedes ser sombra en el verano, manta en el invierno, paraguas en el otoño y antihistamínico en la primavera. En Latinoamérica los hijos o nietos piden la bendición de sus madres o abuelas cuando  salen de la casa. Y también hay comunidades cristianas que tienen esa maravillosa costumbre.

¡Bendito el que viene en nombre del Señor!
¡Bendito el que viene en nombre del Señor!

Que seas capaz también de bendecir a Dios, dale las gracias todos los días. Pues por mucho que nos pase, nuestras vidas son una bendición y un regalo para vivir apasionadamente.

Bendito seas. Por existir.

Bendito seas.

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