Los Museos Vaticanos homenajean al genio de Urbino por el quinto centenario de su muerte Los tapices de Rafael regresan a su lugar original en la Capilla Sixtina
La Capilla Sixtina lucía este lunes incluso más majestuosa que habitualmente. Por primera vez en siglos, los doce famosos y delicados tapices de Rafael Sanzio sobre la vida de los apóstoles han sido expuestos en el lugar que él siempre había deseado
Las piezas estarán en la capilla donde se celebran los cónclaves durante sólo una semana
"Para comprender plenamente a Rafael es necesario venir", subraya la directora de los Museos Vaticanos
"Para comprender plenamente a Rafael es necesario venir", subraya la directora de los Museos Vaticanos
| RD/Efe
La Capilla Sixtina lucía este lunes incluso más majestuosa que habitualmente. Por primera vez en siglos, los doce famosos y delicados tapices de Rafael Sanzio sobre la vida de los apóstoles han sido expuestos en el lugar que él siempre había deseado: las paredes de la principal capilla del palacio apostólico, el tradicional lugar sagrado donde se celebran los cónclaves que eligen al siguiente pontífice.
Los Museos Vaticanos han querido participar en las celebraciones del quinto centenario de la muerte del genio de Urbino, el 6 de abril de 1520, trasladando durante sólo una semana los tapices conservados en sus colecciones y que normalmente se exponen en la Pinacoteca Vaticana a este imponente escenario, para el que fueron concebidos por orden del papa León X en el siglo XVI.
“La intención de los Museos del Papa es la de compartir, a quinientos años de distancia, la misma belleza en homenaje al divino Rafael”, dice la directora de los Museos Vaticanos, Barbara Jatta. “Fue un artista universal que dotó a la civilización figurativa occidental los modelos supremos de la belleza. Para comprender plenamente a Rafael es necesario venir al Vaticano”, subraya.
Los papas Sixto IV (1471-1484) y Julio II (1503-1513) habían encargado decorar las paredes a algunos de los mayores artistas italianos del siglo XV y la bóveda de la Sixtina a Miguel Ángel, pero el papa León X de Medici (1513-1521) también quiso dejar su huella en la historia pidiendo al joven Rafael Sanzio doce enormes cartones con las historias de los apóstoles para que decorasen la parte inferior de los frescos de los muros.
Los celos de Miguel Ángel hicieron que poco a poco fueran relegados a los sótanos del Vaticano
Entre el 1515 y el 1516 Rafael concibió un gran ciclo monumental con las historias de las vidas de San Pedro y San Pablo, y los cartones preparativos fueron mandados a Bruselas para la realización de los tapices en el taller de Pieter van Aelst. Los tapices llegaron al Vaticano entre 1519 y 1521, pero el artista nunca llegó a ver completado su sueño, pues en el momento de su prematura muerte, a los 37 años, sólo siete de los tapices habían sido terminados y colocados en la Capilla Sixtina.
“Pocos meses antes de la inesperada desaparición del artista, el 26 de diciembre de 1519, por la festividad de San Esteban los primeros siete tapices de la serie fueron expuestos ante la presencia de su ilustre cliente. El maestro de ceremonias de la capilla papal, Paris de Grassis, anotó que nunca se había visto nada más bello en el mundo”, apunta Jatta.
Las obras fueron una inversión sin parangón, ya que, realizados con seda, e hilos de oro y plata doradas, costaron hasta cinco veces más de lo que se pagó a Miguel Ángel por decorar la Capilla Sixtina. La conocida rivalidad entre Miguel Ángel y Rafael también afectó a los tapices, pues se cuenta que los celos de Buonarrotti hicieron que este no quisiera que compitieran con sus frescos y por esto poco a poco fueron relegados a los sótanos del Vaticano. Después del fallecimiento de Rafael, Miguel Ángel, que era ocho años mayor, escribió: “Todo lo que sabía sobre arte lo sabía por mí”.
Mientras el Juicio Final y la bóveda de Miguel Ángel permanecieron para siempre en la Sixtina, los tapices de Rafael sufrieron todo tipo de infortunios. Primero, ante la muerte de León X, fueron subastados para pagar sus deudas. Luego fueron comprados de nuevo, pero algunos fueron robados durante elsaqueo de Roma en 1527 a manos de las tropas del Sacro Imperio Romano Germánico. De nuevo, volvieron a la Santa Sede, antes de que otra vez fueran saqueados, esta vez a manos de Napoleón en 1748, hasta que regresaron finalmente a los muros del Vaticano.
Es la primera vez desde el siglo XVI que los doce tapices regresan a su lugar original, bajo los frescos de algunos otros grandes maestros italianos como Boticelli o Perugino. En ésa época sólo se mostraban al público en contadas ocasiones, pues la capilla papal sólo se adornaba para las grandes ceremonias. Algunos fueron ya expuestos hace 37 años, por el 500 aniversario del nacimiento del artista, y en el 2010 cuatro fueron mostrados durante sólo un día, antes de que fueran cedidos para una muestra en el Museo Victoria & Albert de Londres. Un tapiz irá pronto al palacio de las Scuderie del Quirinal de Roma año para seguir con las celebraciones del V centenario de su muerte.
Por el momento, los afortunados que se encuentren esta semana en Roma podrán ver cómo han regresado al lugar para el que fueron concebidos, rivalizando en belleza con el mismísimo Juicio Final de Miguel Ángel. “Fueron pensados para este espacio y pensamos que era la mejor manera de celebrar”, concluye la directora Jatta.
Etiquetas