¿Se ha roto el canal de comunicación entre ambos papas? ¿Qué está pasando en la Iglesia? ¿Benedicto XVI versus Francisco?
¿Se ha roto de alguna manera el canal de comunicación entre Benedicto XVI y el Papa Francisco? ¿Estaba al tanto el Papa Francisco de esta publicación y su contenido? ¿Y de la preparación del texto por parte del Cardenal Sarah y Benedicto XVI? ¿Ha sido un aviso al Papa Francisco por parte de ciertos sectores de la Curia antes de la publicación de la Exhortación? ¿Alguién ha podido filtrar el borrador de la exhortación? ¿O el libro ha sido escrito solamente en base al texto final del Sínodo?
A la espera de una lectura pausada y serena del libro, escrito por el Cardenal Sarah y Benedicto XVI, manifiesto mi perplejidad y mi sorpresa. Dejo bien claro que solo tengo ante mí las reseñas periodísticas de distintos medios fundamentalmente franceses sobre la publicación de este libro, por eso con “temor y temblor” y prudencia, manifiesto mi opinión.
Independientemente del contenido del mismo al que, una vez leído me referiré, si que resulta chocante que esta publicación salga a la luz, justamente en este momento preciso, en el que normalmente el Papa Francisco con sus colaboradores debe estar ultimando la publicación de la Exhortación Apostólica sobre el Sínodo de la Amazonía.
Que este Sínodo haya sido altamente mediático es comprensible desde muchos puntos de vista. Estamos en una época marcada por este signo de los tiempos. Y además no podemos olvidar que se presentaban propuestas medioambientales muy relevantes y pastorales muy incisivas, entre ellas el tema de la posible ordenación de los “viri probati”. En el Documento final aparecían claramente las votaciones a cada una de las propuestas por parte de los miembros del Sínodo. Por eso no se entiende ciertas reservas que se manifiestan en las primeras aproximaciones al Sínodo.
Desde la etapa del Papa Francisco en los Sínodos, todos los sinodales, han gozado de amplia libertad para expresarse y las numerosas ruedas de prensa plurales, independientemente de los expresado a título personal por algún miembro, han sido muy clarificadoras de los temas que se iban desarrollando. Siempre he tenido entendido que un Sínodo es un momento de gracia para la Iglesia, y que el Espíritu Santo está muy presente en esos eventos de oración y discernimiento comunitario. Otra cosa es el eco mediático que, como siempre, exige una lectura crítica. Pero las propuestas, que fueron votadas, no las ha hecho la prensa, sino los padres sinodales.
Por eso ante ciertas afirmaciones que aparecen entrecomilladas en los medios caben varios interrogantes. ¿Qué está pasando en la Iglesia? ¿Quién puede tener interés en crear estados de confusión y disidencia deliberada de manera tan clara? ¿Se ha roto de alguna manera el canal de comunicación entre Benedicto XVI y el Papa Francisco? ¿Estaba al tanto el Papa Francisco de esta publicación y su contenido? ¿Y de la preparación del texto por parte del Cardenal Sarah y Benedicto XVI? ¿Ha sido un aviso al Papa Francisco por parte de ciertos sectores de la Curia antes de la publicación de la Exhortación? ¿Alguién ha podido filtrar el borrador de la exhortación? ¿O el libro ha sido escrito solamente en base al texto final del Sínodo?
Las preguntas anteriores, a falta de leer el libro completo, me plantean una cierta desazón e inquietud en mi compromiso eclesial. Sobre todo, teniendo en cuenta que Benedicto XVI no goza de buena salud física, según cuentan sus allegados, pero sí de una gran lucidez mental.
Me contaba un amigo teólogo, que en el fondo el Sínodo de la Amazonía ha puesto de manifiesto un tema hasta ahora en cierto modo tabú. Dicho en otras palabras: ¿La incontestable “Universalidad” de la Iglesia significa “uniformidad” en todos los aspectos, o existe margen para un pluralismo compatible con la Universalidad? No cabe duda que la Universalidad es claramente en lo esencial, ya que lo contrario sería desnaturalizar la identidad de la Iglesia, afirma este amigo. Por eso las discusiones no giraron en torno a lo intocable de la misma, sino sobre aquellos aspectos que para algunos son coyunturales y no permanentes. Y aquí estriba el “quid “de la cuestión. Para algunos el celibato es absolutamente esencial, mientras que para otros, aún siendo importante, no es esencial. Esta es la discusión profunda que la Exhortación Papal deberá iluminar…No obstante, en la rueda de prensa habitual en el avión, en alguno de los viajes, el Papa Francisco ya dijo algo sobre el celibato.