VIACRUCIS DEL AMOR SEGÚN SAN MARCOS (CICLO B)

Oración inicial
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo...

Señor Jesús:
Tu Espíritu nos capacita para sentirnos hijos de Dios y hermanos tuyos.
Este sentir nos mueve a tu misma causa: trabajar por el reino de Dios.
Desde esta pretensión se entiende tu atención a la vida:
- sobre todo a la vida de los enfermos;
- tus encuentros y conversaciones con diversos tipos de personas;
- tus explicaciones al pueblo sencillo;
- la formación de discípulos que realizaran tu alternativa de vida;
- tu enfrentamiento con los dirigentes religiosos y sociales;
- la historia de tu pasión, muerte y resurrección...
Es decir, tu vida por el Reino de Dios fue tu “vía crucis”, tu “camino de la cruz”.
Adherirnos a ti, fiarnos de ti, es comprometernos con tu causa:
- trabajar y, si es necesario, sufrir y morir por el reino;
- esperar la liberación que tú esperaste y lograste en la resurrección.
“Venga a nosotros tu reino” será siempre súplica y compromiso de vida.
Hoy queremos contemplar el Reino vivido en los momentos más “cruciales” de tu vida.
Que tu Espíritu nos ilumine, nos dé a comprender la hondura de este reino,
y nos incite amorosamente a vivirlo.


Primera Estación: Una mujer “unge” a Jesús para la muerte (Mc 14, 3-9)
Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
Porque por tu santa cruz redimiste al mundo

Lectura del evangelio de San Marcos (14, 3-9)

Oración:
Señor Jesús:
“Una mujer” (tal vez María, la hermana de Lázaro) en Betania, con gran valor,
rompiendo costumbres, invade el ámbito de los varones,
y “derrama un perfume de nardo auténtico sobre tu cabeza”.
Para ella es una muestra de ternura y cariño.
Para ti: “una obra buena”, una “unción”:
-“se ha adelantado a ungir mi cuerpo para la sepultura”.
“Ungir” era entonces una función exclusivamente sacerdotal.
Expresaba el aliento y la energía que Dios da a quien le encarga una misión.
Tú crees que el Padre te “unge”, mediante esta mujer
–“en Cristo Jesús ya no hay varón ni mujer”-,
dándote fuerza y empuje para soportar la pasión y muerte, hasta la sepultura.
Las obras de amor son siempre “evangelio”, “unciones” de Amor gratuito,
obras dignas de “recuerdo”, memoria perenne que siempre producen bien:
-“Y, con seguridad, yo soy el que os dice que dondequiera que se predique mi Evangelio,
en todo el mundo, se hablará de esta mujer y de lo que hizo, en memoria de ella” (Mc 14, 9).
Padrenuestro...

Segunda Estación: Jesús instituye la Eucaristía (Mc 14, 22-25)
Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
Porque por tu santa cruz redimiste al mundo

Lectura del evangelio de San Marcos (14, 22-25)

Oración:
Señor Jesús:
Tu cuerpo y tu sangre es tu vida entera.
Invitas a alimentarnos con ella, con su actividad...
Comer y beber es compartir tu vida, tu compromiso.
Es la alianza de amor hasta el final.
El pan y el vino se han llenado de Espíritu, la vida nueva.
Para hacer tu Reino necesitamos alimentarnos de este pan y vino;
así mantenemos tu actitud con los hermanos, sobre todo con los más débiles.
Que nuestras eucaristías recuerden tu vida:
- que no comamos tu cena como Judas, sin amor, vendiendo a los hermanos;
- que nuestras eucaristías no “avergüencen a los que no tienen” (1Cor 11, 22);
- que nuestras eucaristías reflejen la igualdad, el servicio mutuo, la sencillez;
- que nuestras eucaristías sean comunitarias y todos participen...
Padrenuestro...

Tercera Estación: Jesús anuncia la caída de sus discípulos (Mc 14, 26-31)
Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
Porque por tu santa cruz redimiste al mundo

Lectura del evangelio de San Marcos (14, 26-31)

Oración:
Señor Jesús:
Con una cita del profeta Zacarías, sin ira y sin amenazas,
anuncias a los discípulos lo que va a ocurrir:
-“todos daréis un mal paso”; “heriré al pastor y se dispersarán las ovejas”.
- Pero la muerte no es el final:
dejaréis el judaísmo e “iré delante de vosotros a Galilea”.
Con tu presencia nueva iniciarán la misión universal.
El presumido Pedro, y luego todos, dicen que “jamás renegarán de ti”.
No recordaban tu palabra:
-“si uno quiere venirse conmigo, que reniegue de sí mismo...” (Mc 8, 34).
Ni Pedro ni los demás, ni nosotros “renegamos de nosotros mismos”:
- de “nuestro” dios, de “nuestro” mesías, de nuestro egoísmo.
Así terminamos todos renegando de tu Amor sin límites, de tu Espíritu.
Padrenuestro...

Cuarta Estación: Jesús ora en Getsemaní (Mc 14, 32-42)
Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
Porque por tu santa cruz redimiste al mundo

Lectura del evangelio de San Marcos (14, 32-42)

Oración:
Señor Jesús:
Getsemaní, “lagar de aceite”, contempla tu tristeza mortal,
- en medio de la insolidaridad e inconsciencia de los discípulos.
Abres tu corazón a los tres testigos de la transfiguración:
- “Me muero de tristeza. Quedaos aquí y manteneos despiertos”.
Como nosotros, deseas una intervención divina poderosa.
Es la tentación permanente:
- “¡Abba! ¡Padre!, todo es posible para ti; aparta de mí este trago”.
Pero aceptas la debilidad del Padre frente a la libertad humana.
Si nos ha creado libres, tiene que respetar las decisiones humanas.
Libertad y naturaleza son creación divina.
Tú lo reconoces así:
- “No se haga 1o que yo quiero, sino 1o que quieres tú”.
Tu voluntad amorosa coincide con el Amor del Padre;
- amor siempre a merced y servicio de la libertad humana;
- amor que se revela impotente ante el rechazo humano.
¡Jesús de Getsemaní!:
- “despiértanos” a tu amor sin medida, a tu voluntad amorosa;
- ayúdanos a ser fieles a la vida, a la conciencia, al cuidado de los hermanos...
Padrenuestro...

Quinta Estación: Jesús es arrestado (Mc 14, 43-52)
Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
Porque por tu santa cruz redimiste al mundo

Lectura del evangelio de San Marcos (14, 43-52)

Oración:
Señor Jesús:
De parte de los dirigentes del pueblo (sacerdotes, letrados, senadores), se presenta uno de los tuyos y una multitud de gente.
El beso de Judas es pura formalidad:
- “este pueblo me alaba con la boca y me honra con los labios,
pero su corazón está lejos de mí,
y el culto que me rinden es puro precepto humano, simple rutina” (Is 29,13).
Es la tradición que quiere enmascarar la injusticia y la miseria:
- “invalidáis el mandamiento de Dios con las tradiciones.
Y de estas hacéis muchas” (Mc 7, 8-13).
Jesús, compañero de Judas, ¿por qué no rompiste la tradición del beso?
- ¿por qué te dejaste besar sin respeto, sin corazón?
Sólo se explica por tu Espíritu, bebido en la oración al Padre:
- Espíritu “de tolerancia, agrado, generosidad, dominio de sí...” (Gál 5,22-23).
- Espíritu de amor que “disculpa, se fía, espera, aguanta..., siempre” (1Cor 13, 7).
Padrenuestro...

Sexta Estación: Jesús ante el sanedrín (Mc 14, 53-65)
Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
Porque por tu santa cruz redimiste al mundo

Lectura del evangelio de San Marcos (14, 53-65)

Oración:
Señor Jesús:
Por fin han logrado llevarte ante el Consejo judío, autoridad suprema del pueblo.
Pedro te sigue “de lejos”, espera que cambien las cosas, no acepta tu muerte.
Los dirigentes quieren eliminarte, y buscan una coartada definitiva.
Tu silencio delata su mala fe.
El sumo sacerdote quiere destapar tu pretensión de Mesías de Dios:
- “¿Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios bendito?”.
Acabas con el secreto:
- “Yo soy. Veréis al Hombre sentado a la derecha de la Potencia
y llegar entre las nubes del cielo”.
Con esta declaración firmas tu sentencia de muerte:
- “¿Qué falta nos hacen ya testigos? Habéis oído la blasfemia”.
Ninguno reconoce que el Hombre, el ser humano es hijo de Dios;
- a Dios le dan dinero, honores, templos suntuosos...;
- a su hijos les “escupen, les dan golpes y bofetadas”...
Hemos progresado poco: siguen existiendo templos y chabolas;
Seguimos en las mismas: lujo para Dios, miseria y golpes para sus hijos.
Admiro, Jesús, tu valor, tu testimonio, tu silencio, tu no violencia, tu verdad serena.
Padrenuestro...

Séptima Estación: Pedro niega a Jesús (Mc 14, 66-72)
Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
Porque por tu santa cruz redimiste al mundo

Lectura del evangelio de San Marcos (14, 66-72)

Oración:
Señor Jesús:
Marcos nos narra con claridad la apostasía de Pedro:
aparenta ignorancia postiza e hipócrita:
- “¡Ni sé ni entiendo lo que dices!”.
Negación desabrida y cortante: “Él volvió a negarlo”.
Negación jurada: - “¡No sé quién es ese hombre que decís!”.
Pedro rompe definitivamente contigo:
- tu mesianismo pacífico, sin resistencia, no le cabe en la cabeza.
El canto del gallo le recuerda tu palabra:
- “renegarás de mí...”.
Tu palabra le trae tu bondad sin límites.
“Se echó a llorar” es la expresión de su desconsuelo infernal.
Pero tu Amor pudo más que el desconsuelo:
resucitado, sin reproche, le acoges con el mismo amor confiado.
Él, eternamente agradecido, te sigue definitivamente.
Ayúdanos, Señor, a perdonar como tú.
Padrenuestro...

Octava Estación: Jesús ante Pilato (Mc 15, 1-15)
Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
Porque por tu santa cruz redimiste al mundo

Lectura del evangelio de San Marcos (15, 1-15)

Oración:
Señor Jesús:
Sorprende que hombres piadosos pidan con tanta saña tu muerte:
- “¡Crucifícalo!, ¡Crucifícalo!”.
Debieron sentir profundamente que “tu muerte era su vida”.
Habías invalidado sus esquemas religiosos, sus jerarquías, su culto.
Habías relativizado su sistema social, profundamente sacralizado.
Colocando la Ley al servicio del hombre, habías cuestionado a su Dios.
Todos se sintieron identificados con el sumo sacerdote Caifás:
- “Antes que perezca la nación entera, conviene que uno muera por el pueblo” (Jn 11,50).
Hasta Pilato te condena porque comprometías su carrera política:
- podías ocasionarle un grave problema de orden público.
¡Cuántos proyectos vitales y comunitarios arruinados por la “nación”,
- por “el sistema eclesiástico”, por la ideología, por la venerable tradición,
- por leyes inhumanas, por la autoridad incuestionable...!
Tú te mantienes fiel al amor hasta las últimas consecuencias.
Defender la libertad, la igualdad, la fraternidad, era y sigue siendo peligroso.
Dar la cara por los pobres, los sin techo, las prostitutas..,
- por los sacerdotes casados, por los divorciados vueltos a casar,
- por la igualdad de la mujer en la Iglesia...
sigue sonando provocador, intolerable, subversivo.
Pero la voluntad de Dios Padre sigue siendo tu vida en favor de todos.
Padrenuestro...

Novena Estación: Jesús es coronado de espinas (Mc 15, 16-20)
Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
Porque por tu santa cruz redimiste al mundo

Lectura del evangelio de San Marcos (15, 16-20)

Oración:
Señor Jesús:
Los soldados no son judíos, pero conocen las tradiciones judías.
Debieron ser muchos:
“convocaron a todo el batallón” (Lit. “cohorte”; entre 600 y 1.000 hombres).
Con esta burla ridiculizan la figura del rey Mesías, esperado por los judíos.
Vistiéndote de púrpura, poniéndote una corona de espino, saludándote grotescamente,
golpeando tu cabeza, escupiéndote, arrodillándose ante tu ilusorio poder...
expresan el desprecio por este pueblo fanático y con aires de grandeza.
Estamos ante un carnaval donde quedan denunciados los reinos de este mundo:
- atuendos deslumbrantes enmascaran al Hombre verdadero;
- honores suntuosos disfrazan la fraternidad humanas;
- títulos y tratamientos encubren la igual dignidad de hijos de Dios.
Algo nos enseñan estos soldados paganos:
se burlan del rey que basa su poder en la fuerza, en la riqueza,
en los honores, en la vestimenta y en los títulos...
Tu reino de libertad y de vida, de igualdad y amor, de gracia y verdad...
“no es de este mundo”, violento y cruel;
tu reino vive en el corazón y en la vida nuestra.
Padrenuestro...

Décima Estación: Simón de Cirene lleva la cruz de Jesús (Mc 15,20-22)
Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
Porque por tu santa cruz redimiste al mundo

Lectura del evangelio de San Marcos (15,20-22)

Oración:
Señor Jesús:
Te “pusieron tu propia ropa”, que te hacía pasar como uno de tantos (Flp 2, 7).
Cumplen órdenes de arriba: te “sacan para crucificarte”.
“A uno que pasaba” es una expresión para referirse a un seguidor tuyo:
- ejercía su misión como Tú, “yendo de paso” (Mc 1, 16; 2,14).
Se trata de Simón, oriundo del norte de África, donde está Cirene.
Representa a los discípulos no sujetos a la ideología judía.
Es “padre” de comunidades cristianas griegas y latinas
(Simón es nombre griego y judío. Sus hijos, Alejandro es nombre griego
y Rufo latino; serían conocidos de los destinatarios del evangelio.
Podrían estar al frente de dos comunidades, o,
es un modo de expresar que quienes siguen a Jesús hasta el fin
alumbran (“padre”) comunidades en todo el mundo).
“Carga con la cruz”: la tuya y la suya.
¡Jesús del Víacrucis!
Ser “cireneo” es ser discípulo tuyo:
- “Si uno quiere venirse conmigo... que cargue con su cruz y me siga”.
Con la cruz propia y “la tuya”, la de tus pobres, tus vicarios de verdad,
queremos seguir siendo “cireneos” durante toda la vida.
Padrenuestro...

Undécima Estación: Jesús en la cruz (Mc 15, 23-32)
Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
Porque por tu santa cruz redimiste al mundo

Lectura del evangelio de San Marcos (15, 23-32)

Oración:
Señor Jesús:
Intentan drogarte con narcótico de vino mezclado con mirra.
“No lo tomas” porque quieres dar tu vida a conciencia.
“Te crucifican”, dice sencillamente el evangelio.
Es un acto espantoso, reservado para esclavos, bandidos y revolucionarios.
“Se repartieron su ropa, echándola a suertes”.
Son palabras de un salmo que cuenta sufrimiento máximo (Salmo 22,19).
Todos te insultan y se burlan.
La gente que pasa pide que uses el poder para salvarte.
Los representantes del régimen sólo creen en el dios del poder, no del amor.
Los bandidos ajusticiados tampoco te comprenden, y te ultrajan.
La causa de tu muerte está escrita: “EL REY DE LOS JUDIOS”.
¿Cómo es posible, Jesús del calvario, tanta confusión con tu Reino?
Te has presentado como el Hijo del hombre, enemigo de toda violencia,
- contrario a devolver mal por mal, partidario de amar incluso a los enemigos,
- llamando dichosos a los pacíficos...
Sólo nuestra cerrazón brutal al Amor lo explica.
Padrenuestro...

Duodécima Estación: Jesús muere en la cruz (Mc 15, 33-38)
Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
Porque por tu santa cruz redimiste al mundo

Lectura del evangelio de San Marcos (15, 33-38)

Oración:
Señor Jesús:
Sobrecogidos asistimos a tu muerte, la muerte del Hombre.
De mediodía a media tarde, “la tierra entera quedó en tinieblas”.
Tres horas de tinieblas, como las del éxodo que duraron tres días.
Representan el enfrentamiento al Amor manifestado en Ti.
Presagian la luz que llega con tu vida nueva.
Con “una gran voz” renuevas la oración de Getsemaní:
- “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?” (inicio del Salmo 22,1);
el primer versículo lo dirías en voz alta, el resto lo recitarías mentalmente.
Con este salmo (que rezarías entero) te haces solidario de todo sufrimiento.
“Dios mío” es lo mismo que “Padre”, expresa tu confianza sin límites;
diciéndolo, sientes que el Padre no abandona nunca.
Los hombres no entienden el amor de Dios, respetuoso de la libertad;
no descubren a Dios en la debilidad, se burlan de él, le ofrecen su odio.
“Expiraste y la cortina del santuario se rasgó en dos de arriba abajo”.
Entregas tu Espíritu, mueres.
El Espíritu rasga el velo que impedía ver a Dios en la debilidad.
Tu humanidad (la cortina del santuario) deja ver a Dios en Ti.
“Se rasga el cielo”, aparece el esplendor de la vida nueva:
“teniendo como tenemos libertad para entrar en el santuario
en virtud de la sangre de Jesús, un camino que él nos inauguró, reciente y vivo,
a través de la cortina, es decir, de su carne...
acerquémonos con sincero corazón lleno de fe...” (Hebr 10,19-21).
Esta es nuestra esperanza:
- al rasgarse nuestra humanidad, veremos a Dios tal cual es.
Padrenuestro...

Decimotercera Estación: Un pagano proclama a Jesús “Hijo de Dios” (Mc 15,39-41)
Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
Porque por tu santa cruz redimiste al mundo

Lectura del evangelio de San Marcos (15,39-41)

Oración:
Señor Jesús:
El centurión, representante del mundo no judío,
descubre al Hijo de Dios al verte agonizar de aquel modo:
- “Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios”.
En tu obediencia al Amor sin límites,
un pagano descubre y confiesa tu identidad de Hijo de Dios.
Toda persona está llamada a descubrir, sobre todo en el débil,
en el maltratado, en el desposeído... la verdadera dignidad de hijo de Dios.
Un grupo de mujeres “observan aquello de lejos”, como Pedro tu arresto (Mc 14,54).
Creen fracasada tu pretensión de Mesías.
Te quieren, pero no comprenden tu mesianismo.
Lloran desconsoladas por el sin sentido de tu muerte.
Sólo tu Espíritu de resucitado “rasgará el cielo” y las hará comprender.
Padrenuestro...

Decimocuarta Estación: Anuncio de la resurrección a las mujeres (Mc 16, 1-8)
Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
Porque por tu santa cruz redimiste al mundo

Lectura del evangelio de San Marcos (16, 1-8)

Oración:
Señor Jesús:
El cariño de estas mujeres les lleva al sepulcro para embalsamar tu cadáver.
Empieza la nueva creación:
- “El primer día de la semana” (lit.: “el uno de los sábados”).
Ellas no esperaban tu resurrección.
El joven te representa a Ti, glorificado,
- “vestido de blanco”, “sentado a la derecha”:
- “No os desconcertéis. ¿Buscáis a Jesús el Nazareno, el crucificado?
Ha resucitado, no está aquí. Mirad el lugar donde lo pusieron”.
Ahí nace la fe: la vida no puede romperse por la injusticia de la cruz.
Es una revelación del cielo: “¡Ha resucitado!”.
Desde esta persuasión de fe se entiende la misión:
- “Va delante de vosotros a Galilea; allí lo veréis, como os había dicho”.
Hay que dejar la expectación judía de un mesías poderoso y político.
Hay que empezar, como Tú, desde Galilea, a vivir y explicar el amor del Padre.
Padre nuestro...

Rufo González
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