El Arzobispado de Valencia contrata a un bufete especializado en abusos sexuales para ejercer la acusación popular El Juez decreta prisión sin fianza para el presunto asesino del canónigo de Valencia
El Fiscal solicitó prisión sin fianza para el encausado al hallar indicios de criminalidad suficientes
El detenido se ha vuelto a negar a declarar nada al respeto de lo que se le acusa, siguiendo el consejo de sus abogados, y el juez de guardia ha dictado auto de prisión, quedando a disposición del Juzgado de Instrucción n. 19
Por el detenido se personó un prestigioso jurista penalista, Carbó, experto en Derechos Fundamentales
Por el Arzobispado de Valencia se personó una abogada perteneciente al prestigioso bufete Molpeceres
Por el detenido se personó un prestigioso jurista penalista, Carbó, experto en Derechos Fundamentales
Por el Arzobispado de Valencia se personó una abogada perteneciente al prestigioso bufete Molpeceres
El Magistrado Juez de Instrucción n. 3, en funciones hoy de guardia, ha decretado este el ingreso en prisión, comunicada y sin fianza, de Miguel Tomás V.N., de 40 años, y de nacionalidad peruana, detenido en relación con el crimen del canónigo de la catedral de Valencia, Alfonso López Benito, hallado muerto con signos de asfixia en su domicilio en Valencia.
El presunto homicida se negó a declarar también ante el Juez por consejo de su abogado, Jorge Carbó, en comparecencia ante el Juez de Guardia, a quien fue llevado por la policía, agotado el plazo legal de detención.
El Fiscal solicitó prisión sin fianza para el encausado al hallar indicios de criminalidad suficientes. El Juez ha tenido en cuenta «la gravedad de los hechos, las pruebas que obran en las actuaciones y el riesgo de fuga del sospechoso dada su situación irregular». El Arzobispado de Valencia, que se ha personado como acusación popular en la causa abierta por los delitos de homicidio y estafa, a través del letrado Molpeceres, también ha pedido el ingreso en prisión del detenido.
Esta mañana ha sido puesto a disposición judicial Miguel V.N., de 40 años de edad, de nacionalidad peruana, en situación irregular y viviendo en la calle, por el grupo de homicidios de la brigada de policía judicial nacional, como presunto autor del asesinato del canónigo de la catedral de Valencia, Alfonso López Benito.
El detenido se ha vuelto a negar a declarar nada al respeto de lo que se le acusa, siguiendo el consejo de sus abogados, y el juez de guardia ha dictado auto de prisión, quedando a disposición del Juzgado de Instrucción n. 19, a quien correspondió en reparto el asunto. Hoy estaban de guardia los juzgados 3 y 4 de Instrucción de Valencia.
El arrestado llegó en un furgón policial a media mañana a la Ciudad de la Justicia de Valencia, entrando al garaje por la rampa de acceso al parking y fue imposible fotografiarle. Sólo había allí una cámara de televisión y una fotógrafa por toda expectación mediática. Por la puerta principal del Juzgado de Guardia entraron los letrados que serán parte en este asunto de momento.
Por el detenido se personó un prestigioso jurista penalista, Carbó, experto en Derechos Fundamentales, a pesar de que en los primeros momentos fue asistido el detenido por una abogada de oficio. El letrado Carbó vimos que entró y salió varias veces de las dependencias del Juzgado de Guardia durante la mañana, para hablar por teléfono.
Por el Arzobispado de Valencia se personó una abogada perteneciente al prestigioso bufete Molpeceres & Colomer, en nombre de su titular, despacho que está especializado en asuntos de abusos sexuales. Ha variado de posición y actitud, de decir que lo ocurrido era un asunto particular que no iba con la institución, ha puesto toda la carne en el asador para defender al fallecido.
Miguel V.N., al igual que hizo ante la policía, acogiéndose al derecho que le asiste, no declaró nada ante el Juez por la estrategia de la defensa. A la hora de cerrar esta información, se estaba a la espera de que el Fiscal solicitara al Juez el ingreso en prisión del detenido.
Al menos está probado que el sospechoso llevaba encima el teléfono móvil y la tarjeta bancaria del fallecido, objetos con los que había hecho llamadas y realizado extracciones de dinero en cajeros, así como efectuado pagos en establecimientos comerciales. Uno de estos pagos fue una comida efectuada en un bar de la calle de Jesús, donde suelen reunirse miembros de la colonia peruana en Valencia, hecho que disparó las alarmas e hizo que la policía le detuviese siguiendo el rastro del pago.
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