“Hemos procurado que la Iglesia en Valencia fuera, utilizando palabras del Papa Francisco, un hospital de campaña, estando en primera línea y un poco más allá, especialmente en este tiempo de pandemia, que hemos vivido apasionadamente, aunque experimentando la impotencia de no poder hacer todo lo que se nos demandaba”, ha dicho el obispo auxiliar de Valencia, Arturo Ros, en la rueda de prensa telemática dada con motivo de presentar la Memoria de Cáritas Diocesana de 2019 y el balance de las acciones de los 90 días que llevamos de coronavirus.

En la rueda de prensa estuvieron también el director de Cáritas Valencia, Ignacio Grande Ballesteros y la secretaria general de la institución, Fani Raga Quiles, los cuales desgranaron los datos balance y los acotaron con una serie de reflexiones sociológicas, junto con las del prelado.

Arturo Ros agradeció la gran labor del conjunto de las Cáritas Diocesana, de sus 6.000 voluntarios, siempre y más en este duro período: “Me faltarían palabras para alabar, bendecir, el trabajo entregado que se está haciendo. Buscamos el bien de la persona siempre, sea quien sea, venga de donde venga y que pueda vivir con dignidad. Con mucha humildad podemos decirlo, Cáritas está ahí permanentemente.”

Recordó los consejos del Papa Francisco a los voluntarios de Cáritas: “Escuchar el clamor de los pobres, nosotros trabajamos con los pobres siendo pobres. Desprendernos de todo para servir a nuestros hermanos necesitados, cosa que no se hace con mal humor sino sonríendo, acariciando, abrazando. El abrazo de Cáritas ha hecho que mucha gente pudiera comer y encontrar un poco de esperanza”.

Fanny Raga presentó la Memoria de pasado año e incidió luego con los datos más importantes de la acciones de todas las Cáritas parroquiales y Diocesana valencianas en tiempos de epidemia subrayando las constataciones sociológicas que está dejando este hecho, que ha hecho crecer un 32% el número de personas atendidas por Cáritas habitualmente, aumento que se desglosa en un 39% de población española y un 61 por ciento extranjera.

En deterioro de renta y personal y familiar, la Comunidad Valenciana está por encima de la media española, generalmente por la pérdida de empleo tanto legal como informal, como llaman al sumergido, lo que ha supuesto una inversión de Cáritas para paliar o ayudar en sus problemas de 1.300.000 euros en este período y hasta el momento, frente a los casi 5 millones que invirtió en total y en el conjunto del año.

Reivindicó que los colectivos de extranjeros irregulares, que han sido excluidos de la posibilidad de cobrar la Renta del Ingreso Vita Mínimo, puedan recibirlo también, pues de lo contrario quedan en la pobreza absoluta.

Nacho Grande, director de Cáritas Diocesana, profundizó en el análisis antropológico y social de las consecuencias que está arrojando la epidemia. Habló de una sociedad frágil e insegura que se ve agravada y que exige respuestas complejas para evitar que se “normalice” lo precario, pues un 40 por ciento de las familias valencianas ya no pueden hacer frente a los imprevistos, al haber agotado el colchón económico que tenía para ello, advirtiendo que de la inseguridad se pasa a la exclusión.

Ante ello, “tenemos que garantizar Derechos Fundamentales, como el empleo, que no es un privilegio, sino un derecho, y el acceso a una vivienda digna. Volver a estructurarnos como sociedad, estamos muy conectados, pero no vinculados, el vínculo es ser responsable de que mis acciones puede depender la vida de otras personas. Hoy más que nunca tenemos que caminar de manera conjunta, unir sinergias todos. No podemos dejarnos a nadie atrás. Crear espacios de convivencia, fomentar la comunidad, es importantísimo que todos nos sintamos una gran familia”.

Terminó agradeciendo al pueblo valenciano la generosidad que ha tenido siempre, en especial en estos meses duros, colaborando con Cáritas, cuya aportación suele ser el 70 por ciento del presupuesto anual, correspondiendo el 30 por ciento restante a las administraciones local y autonómica. Animó a marcar las casillas de la Iglesia y la de Asuntos Sociales en la declaración de la renta. Auguró que la realidad de necesidades “que se nos viene encima van a ser mucho mayor de lo habitual, siendo éstas para las familias de alimentación, vivienda y empleo principalmente.

La ayuda en cifras

Cáritas Valencia atendió a 11. 528 familias a lo largo de los meses de confinamiento con motivo del estado de alarma por la COVID-19, muchas de las cuales, un 32 por ciento de ellas, no habían solicitado ayuda con anterioridad a la pandemia. El dato de beneficiarios de estos meses correspondería a un 23 por ciento de los que muestra la Memoria de 2019, para todo el año (49 523). El incremento de personas se debió, fundamentalmente, a la pérdida del empleo por causa de los despidos o los ERTES realizados por las empresas o a la pérdida del empleo informal en muchas familias.

En este sentido, los perfiles de personas acompañadas durante estos meses por las Cáritas parroquiales coinciden con los más habituales atendidos en años anteriores y con los de mayor vulnerabilidad en nuestra Comunitat y son, familias con hijos (reconocida por el 76,9 % de las parroquias); personas que han perdido su empleo o se han visto afectadas por un ERTE (59,4 %); persona extranjera en situación administrativa irregular (54,6 %); mujer sola con hijos (42,4 %).

A lo largo de estos meses, las Cáritas parroquiales han realizado acciones de acompañamiento, orientación e información, que han llevado a cabo de forma telefónica o telemática; atención a necesidades básicas, por medio del reparto de alimentos y productos de higiene básicos, de vales de compra para supermercados e hipermercados o tarjetas solidarias. Además, durante la pandemia, muchas Cáritas parroquiales han incrementado el habitual trabajo de coordinación con las instituciones públicas y privadas Más información: Programa de Comunicación. Cáritas Diocesana de Valencia. Tlf.: 96 315 35 01. Móvil: 608 415 619. de su entorno (servicios sociales, policía y protección civil, otras entidades y ONG) para poder acompañar mejor a las familias.

Así, las Cáritas parroquiales han invertido 431 653 solo en estos dos meses, sumados a los más de tres millones de euros que gastaron el año pasado en la atención a las personas en situaciones de mayor vulnerabilidad de la diócesis. Este dinero se une a los 883 990 euros que ha invertido Cáritas Diocesana que se han destinado, además de en el apoyo al trabajo de las Cáritas parroquiales, en el mantenimiento de sus programas y proyectos de atención a las personas. Un total de 199 personas han pasado la pandemia en las 38 viviendas cedidas por Cáritas a familias vulnerables, migrantes y refugiados y personas sin hogar. Además, 24 menores de edad estaban alojados en el Hogar residencia Mare de Déu dels Desemparats i dels Innocents, que se puso en marcha en el mes de diciembre de 2019 y once personas en situación de sin hogar en el Centro San Esteban, reabierto para la ocasión con el apoyo del Ayuntamiento de Valencia.