Para que puedan estudiar durante el confinamiento en sus casas La Generalitat deniega tablets a los alumnos del Colegio de Huérfanos San Vicente Ferrer
La Consellería de Educación, en manos de Vicente Marzá (Compromís) los ha dejado fuera del reparto gratuito que ha hecho de 14.000 tablets con 40 GB y 1.700 ordenadores para alumnos, centros y profesorado
El colegio, en Change.org: "Su manera de proceder ocasiona un agravio comparativo, fuera de toda justicia social y sentido común"
| Baltasar Bueno, corresponsal en Valencia
El Colegio Imperial de Niños Huérfanos de San Vicente Ferrer, ubicado en San Antonio de Benagéber (el segundo colegio más antiguo de España), ha denunciado “el olvido que una vez más tiene el Gobierno valenciano hacia los niños del centro”, tras no recibir “ninguna de las tablets con 40 GB de datos que van a 'salvar el curso' de los alumnos sin recursos digitales en casa”.
San Vicente Ferrer, en 1410 recogía en Valencia a niños huérfanos y abandonados y los dejaba en un colegio que ayudó a crear de manos de los Beguines. En 1540, se hicieron cargo del colegio Caballeros de la Cofradía Bienaventurado San Vicente Ferrer. En 1549, Carlos I de España oficia al Virrey de Valencia que proveyera lo más conveniente en beneficio de esta obra vicentina. En 1593, el rey Felipe II, por Real Carta manda a los jurados, el cabildo de la Seo y clavarios del Hospital nombren un representante suyo para administrar el Colegio, con lo que le dio plena personalidad jurídica, como Institución benéfica y régimen de gobierno. Desde entonces es un colegio internado, en régimen concertado, para niños huérfanos o desprotegidos. Su enclave actual está en san Antonio de Benagéber, pueblo cercano a Valencia.
Ahora, por la pandemia, todos los alumnos han sido enviados con sus familias, todas ellas necesitadas, y deben seguir sus clases por vía telemática, pero los alumnos no tienen los dispositivo electrónicos e informáticos para ello. La Consellería de Educación, en manos de Vicente Marzá (Compromís) los ha dejado fuera del reparto gratuito que ha hecho de 14.000 tablets con 40 GB y 1.700 ordenadores para alumnos, centros y profesorado.
El motivo de la denegación es que el colegio no es zona de riesgo de exclusión. El centro salió de la ciudad con su expansión y tuvo la oportunidad de alquilar su solar a unos almacenes comerciales. Se marchó a san Antonio de Benagéber cuando su término era puro y duro secano, porque allí hallaron los terrenos más baratos. Con el tiempo, en su entorno crecieron las urbanizaciones de segunda residencia. Y por esta circunstancia la Consellería quiere hacer ver que el colegio está en una zona rica, sin entrar en su verdadera realidad: es un colegio benéfico, de beneficencia.
El verdadero motivo puede estar en el campo educativo, el acoso a lo religioso que se tiene –los profesores de religión de cualquier centro educativo público o concertado bien lo saben- que dedican, sin embargo, todas sus energías a políticas culturales catalanistas.
El centro acoge a 96 niños y niñas en situación de vulnerabilidad. El director del centro, José Ignacio Llópez, ha denunciado que "no nos han asignado ninguna de las tabletas con las que van a 'salvar el curso' los alumnos sin recursos digitales en casa. Llevamos 600 años pero se siguen olvidando de que existimos. Seguramente habrá institutos a los que les han sobrado tabletas y a nosotros nos han dejado fuera, otra vez. Los docentes y los educadores del internado están realizando su labor en las plataformas, haciendo el seguimiento telemático y dando las pautas para que las familias y los menores respondan adecuadamente".
"No es nada sencillo -reconoce el director del centro-, pero todo se complica cuando no disponen de una tarjeta de datos y un dispositivo adecuado para hacer las tareas. El anuncio de la Conselleria nos llenó de esperanza, pero a estas familias no les ha tocado. El Colegio está ayudando hasta en lo que ni os imagináis y podría facilitar portátiles, lo que necesitamos es tarjetas de datos y dispositivo de conexión. Serían 20, aunque alguna más no vendría mal".
Desde la Conselleria de Educación dijeron que no hay nada que hacer a causa del ISEC (Índice Social Económico Cultural del centro) y los "criterios objetivos" que se han seguido. Pasaron el tema de las tablets a la Conselleria de Igualdad y políticas inclusivas.
"Que nuestro Señor os bendiga"
Cuando ha estallado el escándalo, el jefe del gabinete del Conseller de Igualdad se ha apresurado a remitir un mensaje al colegio diciendo que se va a estudiar el problema: “Os ruego que no se haga uso partidista de esto. Ése no es el camino. Muchas gracias por vuestra colaboración. Que Nuestro Señor os bendiga, con la intercesión de S. VICENTE FERRER. Bona Pasqua a tots!”.Mayor desfachatez imposible.
"Muchas gracias por vuestra colaboración. Que Nuestro Señor os bendiga, con la intercesión de S. VICENTE FERRER", ha sido la respuesta al centro de la Conselleria de Igualdad
Como todo pinta que en la Generalidad van a pasar del colegio –que está realizando desde hace siglos subsidiariamente la labor que no hacen las administraciones civiles y políticas respecto a niños huérfanos- han decidido encauzar su SOS a través de Change.org. En busca de gente sensata, responsable y solidaria para que les ayuden a que los alumnos del colegio confinados en sus casas puedan seguir sus estudios como el resto del alumnado de otro centros. La invitación a colaborar se puede leer aquí. Textualmente dice:
“La administración educativa valenciana obliga a la Fundación del Colegio Imperial de Niños Huérfanos de San Vicente Ferrer (www.colegioimperialsanvicente.es) a escolarizar un menor de familia normalizada en el centro concertado, mientras mantiene a 12 menores beneficiarios internos (menores con problemas familiares, sociales y económicos) escolarizados en el CEIP de la localidad de San Antonio de Benagéber. Y aunque los correspondientes funcionarios públicos puedan justificarse personalmente en el cumplimiento de las normas y las leyes, su manera de proceder ocasiona un agravio comparativo, fuera de toda justicia social y sentido común, provocando que estos 12 menores en situaciones familiares, económicas y sociales desfavorables, no puedan gozar de los beneficios que esta fundación les ofrece, y que 32 compañeros residentes internos (sólo en primaria, en ESO hay otros 35) sí que reciben, pero que a ellos, la administración educativa que "rescata personas", les niega. Sin embargo, un menor sobrevenido a la localidad, con familia plenamente normalizada, que no ha participado en el proceso ordinario de admisión de alumnos en el que otros no han sido admitidos, sí que recibe el apoyo de la administración educativa, no sólo para ocupar una plaza escolar (plaza 26 en un aula que nada más tiene concertadas 25) en la fundación, sino que además esa plaza escolar impedirá ulteriores aumentos de ratio (como ha estado sucediendo en los últimos 3 años) que permitan a beneficiarios internos de la fundación gozar de la ayuda que requieren”.