En la populosa barriada de Malilla, en Valencia Santa Cecilia, un portaviones parroquial que lleva medio siglo evangelizando a través de la música
"Rafael Gomar es el titular del portaviones parroquial de Santa Cecilia, un buque insignia que hace latir un populoso barrio que surgió como generación espontánea, a marchamartillo, sobre la fértil huerta de Malilla"
"El arzobispo Roca Cabanellas, hace 50 años, puso allí la primera piedra con Rafa Gomar, el selecto cura que sigue pilotando el complejo, medio siglo con la batuta de dirección de orquesta Gomar en un templo que es mejor que todos los auditorios de la ciudad"
"Las liturgias parroquiales son excelentes, muy cuidadas. Los cantos iguales. Tiene un coro la parroquia que ya quisieran los del Conservatorio. Las Misas, a la manera de la catedral de Bruselas son auténticos conciertos. Un lujo en una barriada periférica que para nada está contagiada del lastre de la vieja ciudad"
"Liturgia y concierto, la cultura como arma de evangelización … Siembra eficaz, verbum efficax, de un párroco que ha sabido trabajar pastoralmente con inteligencia, acierto, sentido común, humanidad, sensatez y acogida"
"Las liturgias parroquiales son excelentes, muy cuidadas. Los cantos iguales. Tiene un coro la parroquia que ya quisieran los del Conservatorio. Las Misas, a la manera de la catedral de Bruselas son auténticos conciertos. Un lujo en una barriada periférica que para nada está contagiada del lastre de la vieja ciudad"
"Liturgia y concierto, la cultura como arma de evangelización … Siembra eficaz, verbum efficax, de un párroco que ha sabido trabajar pastoralmente con inteligencia, acierto, sentido común, humanidad, sensatez y acogida"
Rafael Gomar es el titular del portaviones parroquial de Santa Cecilia, un buque insignia que hace latir un populoso barrio que surgió como generación espontánea, a marchamartillo, sobre la fértil huerta de Malilla, el arrabal de la ciudad de Valencia que conectaba con el mar. Los gobiernos socialistas juraron que el territorio nunca dejaría de ser huerta, la protegerían, pero el hermoso vergel moruno fue tapizado de ladrillos.
El arzobispo Roca Cabanellas tuvo la feliz idea de procurar espacios en las nuevas selvas del asfalto para levantar templos y parroquias. Y hace 50 años puso allí la primera piedra con Rafa Gomar, el selecto cura que sigue pilotando el complejo. García Gascó dedicaría el templo, también con Gomar presidiendo, alto como un faro en la populosa barriada densamente poblada.
En un barrio sin tradición, creado ex novo, correspondió al párroco ingeniarse el cometido y buscarse la vida entre la amalgama de culturas que iban apelmazándose en la mansalva de bloques que día a día aparecían. Se agarró fuertemente a la titular de la advocación del templo, santa Cecilia, y el vínculo que tiene la santa con la música, con la cultura musical, con las bandas y formaciones musicales.
Lleva medio siglo con la batuta de dirección de orquesta Gomar en un templo que es mejor que todos los auditorios de la ciudad. Precioso en el diseño y espacioso, con buena sonoridad, mejor megafonía. Los curas siguen sin enterarse de que es necesaria una buena megafonía en las iglesias y que quienes hablen o canten lo hagan bien.
Las liturgias parroquiales son excelentes, muy cuidadas. Los cantos iguales. Tiene un coro la parroquia que ya quisieran los del Conservatorio. Las Misas, a la manera de la catedral de Bruselas son auténticos conciertos. Un lujo en una barriada periférica que para nada está contagiada del lastre de la vieja ciudad.
Durante todo el año la Parroquia ofrece conciertos. Un elenco de formaciones corales y musicales van desfilando por la iglesia. Música sacra por lo general, pero no ha faltado incluso la zarzuela. Liturgia y concierto. El enorme recinto se llena de continuo. Gente del barrio seducida por la música, por los coros, que gozan y vibran con tanta cultura.
"La cultura como arma de evangelización"
Y de rondón se cuela la Evangelización, la cultura como arma de evangelización. Llevan medio siglo sin parar. Disfrutan, participan, escuchan y aplauden los asistentes, vecinos de toda Malilla. No hay bancas suficientes que los acojan.
Hoy han inaugurado un nuevo órgano. Tiene más de nueve metros de altura y 1.800 tubos. Han esperado a bendecirlo el día de santa Cecilia, patrona de los músicos. La santa que no falta en ninguna de las más de 500 sociedades musicales de la región valenciana.
Lo han hecho a su manera, como siempre, en familia numerosa. Sin mitras ni báculos, a lo sencillo. Sólo han invitado al canónigo prefecto de música sacra de la Catedral de Valencia a bendecirlo, Aquilino Martínez.
El organista Arturo Barba realizó una interpretación al órgano, tras lo que dio comienzo la Eucaristía, acompañada por los cantos de los coros parroquiales, dirigidos por Zvonimir Ostoic, director musical de la parroquia. Y a los postres de nuevo concierto con bellísima ejecución de selectas piezas.
Es una parroquia dinámica, enorme, grande, en todos los sentidos, corazón animador de todo un barrio, dinamizador de la vida social y cultural. Creo que es la única parroquia que se llena a tope en sus principales actos, llevada en su dimensión humana por la cultura, la música. El misterio que lleva e introduce al gran misterio. Siembra eficaz, verbum efficax, de un párroco que ha sabido trabajar pastoralmente con inteligencia, acierto, sentido común, humanidad, sensatez y acogida.
"Siembra eficaz, verbum efficax, de un párroco que ha sabido trabajar pastoralmente con inteligencia, acierto, sentido común, humanidad, sensatez y acogida"
Tiene de todo en la parroquia, desde agencia de viajes hasta columbario. Y una gigantesca comunidad muy sensibilizada por el Evangelio. Una rara avis de parroquia, un ejemplo de lo que debiera ser una iglesia encarnada, enraizada fuertemente entre sus gentes. Un ejemplo de parroquia sin lugar a dudas a seguir, a analizar, a visitar, a aprender de ella. Una realidad esperanzadora, deslumbrante ante tanta desazón.
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