En ella participan más de 100.000 personas La Ofrenda de flores a la Virgen se hará a pesar de la lluvia
La autoridad municipal suspendió la mascletà del mediodía, pero no hizo lo mismo con la Ofrenda, porque ·la gente tiene ganas de Ofrenda y Virgen".
El cortejo, una procesión cívica floral, se interrumpirá si llueve, se refugiarán, pero volverán a continuar durante toda la tarde hasta la madrugada.
En el centro de la Plaza de la Virgen, la PPlaza de las emociones, se instala una imagen de la Patrona de Valencia desvestida, para tejerle el ramo manto a manto.
En el centro de la Plaza de la Virgen, la PPlaza de las emociones, se instala una imagen de la Patrona de Valencia desvestida, para tejerle el ramo manto a manto.
| Baltasar Bueno corresponsal en Valencia
La autoridad municipal en la Junta Central Fallera de Valencia ha suspendido la poderosa mascleta de hoy jueves 17 de marzo en la plaza del Ayuntamiento, acto al que acuden en masa propios y extraños, pero no se ha atrevido a hacer lo mismo con con la Ofrenda de Flores a la Mare de Déu dels Desamparats, en la que intervienen más de 100.000 personas integrantes de las distintas comisiones falleras, desarrollándose en dos jornadas, la de este jeves y mañana viernes.
La causa de las suspensiones es la borrasca o dana situada sobre el territorio valenciano, procedentes de las Islas Baleares y que se mantendrá sobre nuestro techo hasta el próximo lunes al menos. Lo que ha decidido la autoridad municipal de permiir la Ofrenda de Flores a la Virgen han sido las ganas de Ofrenda y Virgen que tienen falleros y falleras. El cielo sigue cubierto de nubes, aunque el grueso se está desplazando hacia Alicante.
La única instrucción que se ha dado que si en algún momento llueve el cortejo se detendrá y refugiará hasta que amaine para luego proseguir. La Ofrenda, una procesión cívica, comenzará a las 15.30 y se espera termine de desfilar ante la Virgen sobrela una de la madrugada, cuando el cardenal Arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, recibirá a la Fallera Mayor Infantil de Valencia y su Corte a las puertas de la Real Basílica de la Virgen, para depositar ante su altar los ramilletes de flores que llevarán.
Desamparados y no Desamparados
Fue un Rector muy efectivo de la prestigiosa Universidad Politécnica de Valencia, Justo Nieto, quien nos sorprendió intitulando a la Patrona de Valencia y su Reino con el dulce título de Madre de los Desamparados y no Desamparados. Sabio Rector, a la manera de Miguel Unamuno, también como él sabía Teología un rato, sin haber pasado por ninguna de las Facultades de esta especialidad al uso. Lo hizo con ocasión de haber restaurado sus docentes y alumnos, bajo las órdenes de los catedráticos Ignacio González y Pilar Roig, la Basílica dela Virgen y sus monumentales frescos de Palomino.
A esta Virgen, con cientos de advocaciones populares, Mare dels qui no tenen mare, la bautizan democráticamente sus más fervientes seguidores, las Fallas de Valencia dedican todos los 17 y 18 de marzo por entero sus mejores horas, prime time de la eclosión del gran día de san José. El calderón de la voluptuosa sinfonía fallera de ésta Valencia caótica, medio bloquada y colapsada, en coma inducido por la intensidad y ajetreo de una ciudad que, si de normal vive en permanente estado de fiesta, en estas festividades anuncio de la primavera en pleno marzo revienta pletórica en su calendario legionario fallero, un sin parar de soltar adrenalina, de explosión de emociones.
Ximo Rovira, el popularísimo presentador de televisión, bautizó muy acertadamente en una de las múltiples retransmisiones que ha hecho de la Ofrenda de Flores a la entrañable plaza de la Virgen, portada de la Valencia histórica y turística, como plaza de las emociones. Mejor definición imposible. Como Nieto, puro ejemplo de explicar a la gente lo que es el hecho popular religioso de los valencianos. La clerecía podría aprender de ellos a transmitir las sensaciones del corazón del pueblo.
La pandemia del Covid ha impedido que las Fallas de Valencia realizarán la Ofrenda de Flores a la Virgen, es así como se le llama, sin advocarla, se sabe de sobra cómo se llama la que en origen fue Nostra Donna Sancta Mare dels Ignoscens, Folls, Orats e Desamparats. Ha sido una de las muchas tristezas que nos ha traído el virus, aunque no la hubo en su solemnial despliegue, muchas Falleras acudieron con sus ramos individualmentea la Real Capilla.
De vuelta a una cierta normalidad social y fallera, a empujones y muchas ganas, la lluvia amenaza una nueva suspensión contra la que se levantan empeñosos falleros y falleras, que quieren acudir con sus ramos de flores, como siempre, a dejarlos los pies de su imagen, mientras revientan en emoción, lloros, lágrimas, besos al aire y oraciones. Fíjense en los rostros de la Falleras cuando llegan ante Ella, enorme, serena, plantada en medio de la plaza, son tot una plorera. Plorisnen, de plorisnar, diría san Vicente Ferrer en uno de sus sermones a caballo de los siglos XIV y XV.
Virgen desvestida
Este año la previsión meteorológica habla de que precisamente hoy, el primer día de Ofrenda, va a caer toda el agua que en el primer trimestre del año no ha bajado del cielo. Anioche, Juan Carlos Fortea, el prestigioso y muy didáctico hombre del tiempo de A Punt, sensible a lo que para los valencianos y valencianas de la capital supone la Ofrenda, ofreció un rayo de esperanza, la lluvia podría menguar por la tarde e incluso posibilitar el desarrollo de la Ofrenda. Una gran amiga, Rosa Miquel, inasequible e imperturbable al desaliento, se vestirá y saldrá a la Ofrenda, aunque caigan chuzos de punta. Como ella, no pocas. Su lema es que ni el viento ni el agua van a poder con la espectacularidad de la Ofrenda.
La Ofrenda comenzó siendo nada y fue expandiéndose como una pandemia de afectos. Son miles las personas organizadas en sus comisiones las que desfilan, una procesión civil, ante la enorme efigie de la Virgen, que les espera al acceder a la plaza. No lleva manto, está desvestida, sin aditamentos, esperando que sean Falleros y Falleras que le vahan tejiendo amorosamente con las flores que portan su manto. La viste, la adorna, la decora, con sus mejores galas el pueblo. No se sabe lo que ocurrirá, si las nubes escamparán o se detendrán en este momento crucial para muchos habitantes de la gran ciudad. Caso de llover quedará el consuelo o la interpretación de que ha sido una bendición para todos, dada la sequía y falta de agua que se está padeciendo. No habrá hecho falta hacer ninguna oración ad petendam pluviam, la Virgen nos la ha enviado de oficio.
La imagen de la Mareta no sólo está de manera aparatosa en el centro de su plaza y en su Real Basílica. Está en todos los casales falleros sin excepción, en todas las presentaciones, en los complementos de la indumentaria tradicional valenciana que lucen los protagonistas de la fiesta fallera, Podría hablarse de que goza de la adhesión carismática de un pueblo que vibra tiernamente con esta imagen y advocación tan entrañable en la historia de Valencia. La Ofrenda es la renovación de la expresión de cariño y lealtad de un pueblo hacia su Reina de corazones. También, en no pocos casos, es el único vínculo que une a las cosas de Dios, de lo trascendente, por quiebra y fracaso de lo oficial y clerical en esta materia. Paul Claudel diría que no importa cómo llamemos a Dios, si lo ponemos a nuestra altura.
El pueblo es sabio y sabe que esta Virgen es pura solidaridad, fue creada por los propios valencianos para amparar y proteger a los más vulnerables física y sobre todo psíquicamente. En la historia de la Psiquiatría se sigue hablando del primer manicomio de Europa, hoy desaparecido, hemos retrocedido, levantado en Valencia, que funcionó bajo su protección y tutela, en el que ejercieron como médicos ilustres de nuestro siglo XV como Jaume Roig. Una historia y Virgen que para nada son leyenda, ni mito, sino una avanzada y pionera realidad religiosa y social. Una Virgen a la que tantos han recurrido en los momentos más delicados de su vida, bien individual o colectivamente. Y a la que acuden también a agradecerle, tras implorarle.
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