8 de septiembre, día de las "marededeutrobades" 200 imágenes de la Virgen fueron encontradas en tierras valencianas
Se les atribuye un origen mistérico al haber sido halladas bajo tierra, ocultas bajo campanas, en huecos de los árboles, en parajes singulares, y, por lo general por animales de labranza o humildes labradores
Son muchas –dos centenares- las imágenes de la Virgen María a las que, según piadosas tradiciones, se les atribuye un origen mistérico al haber sido halladas bajo tierra, ocultas bajo campanas, en huecos de los árboles, en parajes singulares, y, por lo general, por animales de labranza o humildes labradores.
En algunos casos, fueron imágenes de la Virgen que veneraban las primitivas comunidades cristianas preislámicas, que hubo de ocultar con la invasión y dominación musulmana, especialmente con las oleadas de muslimes radicales de los siglos XII y XIII. Otras las trajeron los reconquistadores cristianos que llegaron con Jaime I y después, para que la nueva religión compitiera bien con la de fe mahometana. Se trataba de intentar sustituir una creencia religiosa por otra, así como una cultura por la distinta.
La mediterraneidad ha comportado como algo intrínseco a la antropología valenciana lo mistérico. El 8 de septiembre, día litúrgico en torno a la Natividad de María, los pueblos de Algemesí, Sueca, Oliva, Utiel, Torres-Torres, Agres, L'Alcudia, Alaquàs, L´Olleria, Puçol, Xirivella, Chiva, Llosa de Ranes, Corbera, Alfafar y Benaguasil celebran solemnes y populares fiestas en honor de sus respectivas Vírgenes Patronas.
La cultura mediterránea lleva a llamarle a María no Virgen, como en Castilla u otras partes de la Península, sino Madre de Dios (theotokos) a la manera griega, que en valenciano es Mare de Déu, más íntimo, tierno y entrañable, como corresponde a la manera de ser de los valencianos.
Todas ellas pertenecen a la serie de conocida por los expertos en iconografía religiosa mariana como "marededéus trobades". Todas fueron halladas de manera "milagrosa" en campos o parajes singulares de los respectivos pueblos, generalmente por labradores o pastores. No están todas las imágenes marianas valencianas halladas en esta lista, pues otras ya tienen su jornada festiva señalada aparte.
No son Vírgenes "aparecidas", sino descubiertas. En origen casi todas ellas son románicas, veneradas por las primeras comunidades cristianas. Imágenes de la Virgen sentada, con el Niño Jesús sobre las rodillas, a veces tomando el pecho la criatura. Denotan donde son veneradas que allí hubo muy tempranamente una comunidad cristiana, indicador también de presencia de comunidad humana, pueblos antiquísimos.
Cuando la dominación islámica, las comunidades cristianas, temerosas de las persecuciones y agresiones musulmanas a su credo, templos, imágenes y objetos de culto, escondieron lo que más estimaban. La devoción a la Virgen comenzó en la Iglesia desde el Concilio de Nicea, año 325. Era representada sentada y en su regazo el Niño Jesús, bajo la advocación lauretana de Trono de la Sabiduría.
Ocultadas las imágenes en plena hegemonía musulmana y coránica, tras la Reconquista por Jaime I, comenzaron a "aparecer" las imágenes de la Virgen, bien porque se conservara una cierta memoria o tradición oral donde fueron escondidas, bien por casualidad. Los hallazgos, en una sociedad teocéntrica como la medieval, fueron rodeados de hermosos, piadosos y legendarios relatos, con pinceladas mistéricas.
Los Gozos que en la actualidad se les canta, así como la tradición oral tan importante en el devenir de los hechos, perpetúan estas candorosas historias, que, en bastantes casos han coincidido con las pruebas científicas practicadas a las imágenes históricas.
He tenido la oportunidad de conocer de cerca las pruebas resultantes del "escaneado" de las imágenes en servicios especializados de hospitales y en talleres de restauración y se ha visto allí indicios de la historicidad de las mismas, coincidentes o muy próximos a lo que los relatos transmitidos de generación en generación han llegado hasta nuestros días.
Son estos días fiestas religiosas, de profunda emotividad, a la par que señas de identidad de un pueblo, que analizadas desde distintas vertientes nos hablan de lo que han sido y siguen siendo sus moradores.
Románicas, góticas y barrocas
Todas las imágenes marianas «trobades» fueron en sus orígenes románicas o visigóticas y góticas, nunca barrocas. Las románicas sentadas siempre sobre sillón majestuoso de madera, en alusión a la Virgen como Trono de la Sabiduría, con el Niño Jesús sentado centrado sobre las rodillas. De posición hierática y rostro austero. Con el tiempo, el barroquismo valenciano iría modificando estas imágenes, no pocas veces a lo bestia, convirtiéndolas en imágenes barrocas y recargadas de velos, mantos, túnicas, pelucas, de todo.
El 8 de septiembre es el día por excelencia que en la mayoría de pueblos con este tipo de imágenes le dedican solemnes fiestas. Hay casos especiales, como la de El Puig que le reserva un total de 18 días, un poco más que a San Roque que les ocupa todo el mes de agosto. La de El Puig fue la primera y principal patrona del reino cristianizado por el monarca aragonés, quien se sintió favorecido por ella en la larga campaña de asedio a Valencia. Aquí hasta la alcaldesa socialista grita el «Vixca la Mare de Déu del Puig», un vitol a la seña de identidad religiosa patria.
Gaspar de la Figuera, de Olocau del Rey, fue uno de los primeros historiadores de estas vírgenes. En su tiempo catalogó hasta 31 «marededeutrobades» valencianas, pero vienen a ser unas doscientas. Entre ellas, Nuestra Señora de Aguas Vivas, de Carcaixent; Nuestra Señora de Sales, de Sueca; la Virgen de Gracia de Énova, la «Mare de Déu Pobra», de Xaló; Nuestra Señora del Lledó, de Castelló; la Virgen de la Misericordia, de Burriana, la Mare de Déu de Campanar, la Mare de Déu de Albuixech, la Mare de Déu del Patrocini, de Foyos; la Virgen de Montiel, de Benaguasil, Verge del Rebollet, de Oliva; Virgen de la Consolación, de Corcolilla-Alpuente, ? aunque no todas fueron halladas en los fervores de la repoblación cristiana, sino más tarde, sobre los siglos XVI y XVII.
Mito e historia se entremezclan en la gran cantidad de estas historias marianas. La propia imagen de la Virgen de los Desamparados, siglo XV, tuvo su leyenda, «la feren els angels», y lo cierto es que de su talla histórica no sabemos nada, ni quien la hizo, ni donde, ni cuánto costó. En mi parecer se ocultó todos estos datos para que la gente creyera en serio que el origen de la imagen era divino.
Muchas fueron ocultadas por las primitivas comunidades cristianas durante la dominación islámica del territorio y luego descubiertas cuando la hegemonía cristiana
En la actualidad, en algunos pueblos se hacen representaciones teatrales populares y callejeras de la llegada de la Virgen al pueblo o de su hallazgo que rememoran la tradición del acontecimiento, como es el caso de la Virgen de Aguas Vivas de Carcaixent o la Virgen del Oreto de l´Alcudia. Y las vírgenes a las que no se dotó de carta de naturaleza mistérica fueron regaladas por héroes conquistadores o monarcas, como el caso de Jaime I en Alcublas o El Cid en Almenara. Donadas fueron tallas como las Vírgenes de la Huerta, de Ademuz, o la del Remedio de Albaida; la Virgen de Gracia en Simat.
Son estas pequeñas historias, esquejes de la gran historia de religiosidad popular, cultural y social de los valencianos, señas de identidad de nuestros pueblos, que les hace sentirse vivos receptores y portadores de ancestrales tradiciones, que sabidas muchas veces leyendas, aprecia, valora y respeta, incluso contra arrollamientos despiadados de dogmáticos historiadores. Es su fe, la fe de un pueblo.
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