Es donde Jesús instituyó la Eucaristía y aconteció Pentecostés, el nacimiento de la Iglesia Cientos de miles de peregrinos visitan cada año el Cenáculo en Jerusalén
Los propietarios históricos fueron los Franciscanos, a quienes se les arrebató y lo siguen reivindicando
"Estábamos en el epicentro del mundo cristiano, un sepulcro vacío, lo cual es la noticia, no la contradicción. Un sepulcro sin nada, porque quien lo ocupó resucitó"
Tras los horarios de oficio, una larga cola de personas, turistas de todo el mundo, se mantiene durante el día para visitar el sepulcro, que está cargo de los ortodoxos
El devenir de la historia ha hecho que en Jerusalén, la tierra de Cristo, los cristianos sean minoritarios, no tengan poder y vivan en precario, cuando no limitados o perseguidos
Tras los horarios de oficio, una larga cola de personas, turistas de todo el mundo, se mantiene durante el día para visitar el sepulcro, que está cargo de los ortodoxos
El devenir de la historia ha hecho que en Jerusalén, la tierra de Cristo, los cristianos sean minoritarios, no tengan poder y vivan en precario, cuando no limitados o perseguidos
| Baltasar Bueno, enviado especial a Jerusalén
La visita más importante de la Peregrinación a Tierra Santa es la de la Basílica del Santo Sepulcro. Las horas para que los grupos de peregrinos puedan celebrar sus Eucaristías en el propio sepulcro de Jesús son pocas y están muy racionadas. A las seis de la mañana, el franciscano Fray Luís Quintana, nuestro guía especialista, nos tenía allí más que formados. Era una ocasión de oro. No éramos los primeros, los armenios –su país fue el primero que en masa se convirtió al cristianismo- estaban en su altar, pegado a la parte trasera del Santo Sepulcro, oficiando sus ritos desde una hora antes. El Custodio de Tierra Santa presidió la Misa que concelebró con todos los sacerdotes de la peregrinación. Se cantó la Misa de Angelis y resultó emotiva la ceremonia. Luego, uno a uno, fuimos entrando al sepulcro, besándolo y venerándolo.
Estábamos en el epicentro del mundo cristiano, un sepulcro vacío, lo cual es la noticia, no la contradicción. Un sepulcro sin nada, porque quien lo ocupó resucitó. Después de mil avatares y tragedias el sepulcro de Cristo permanece vivo en la basílica que comenzaron a construir ad hoc Santa Elena y su hijo el emperador Constantino, perfeccionándola en el siglo XII los Cruzados. En ella mandan hoy armenios, ortodoxos y católico latinos, las tres grandes religiones cristianas históricas, aunque las llaves las tienen los musulmanes en su poder, que son los que mandan, todo pasa por ellos desde que el Imperio Turco se les otorgó el poder en un status quo, ellos cierran y abren todos los días, y cobran por ello. Tras los horarios de oficio, una larga cola de personas, turistas de todo el mundo, se mantiene durante el día para visitar el sepulcro, que está cargo de los ortodoxos.
Jerusalén es un enjambre de iglesias cristianas. Cualquier iglesia u orden religiosa que se precie se ha venido a esta ciudad en poder de no cristianos. El devenir de la historia ha hecho que en Jerusalén, la tierra de Cristo, los cristianos sean minoritarios, no tengan poder y vivan en precario, cuando no limitados o perseguidos. La inmensa mayoría de habitantes de Tierra Santa son judíos o musulmanes. Si no fuera por los franciscanos que están allí presentes desde el siglo XVI, por ello frailes muy apreciados, poca influencia tendrían en esta parte del mundo la cristiandad.
Imposible contar en unas pocas líneas la carga afectiva y racional que ha supuesto esta entrada en Jerusalén, la mítica ciudad de la Biblia, asentada sobre cinco colinas, todas ellas escenarios de los grandes acontecimientos de Jesús. A su término, hemos ido recorriendo la ciudad vieja, la tantas veces construida y derruida por unos u otros, biografiada y radiografiada en la Biblia, que se mantiene vigente y vigorosa, llena de rocas vivas cargadas de historia, arquitectónicamente cuidada con gusto, excepto en lo urbanístico, su belleza monumental está estropeada por un enjambre de cableados propios de países bananeros.
Emocionante ha sido entrara en el espacio de la casa donde nació María, madre de Jesús, la de santa Ana, desde donde ha comenzado el itinerario de la Vía Dolorosa, camino del Calvario, cada memento hoy convertido en devotos santuarios. Una vía que atraviesa el barrio árabe de la ciudad, respetuosos por lo que no es sólo una visita turística, también un rezo del Vía Crucis por el itinerario que la tradición dice ocurrió. Las piedras aquí son memoria histórica. No es que se conserve exactamente los edificios o lugares de la época cuando sucedió, sino que quedan reliquias de aquel espacio y sobre ellas se ha alzado monasterios o santuarios devocionales que guardan su culto y memoria, con el apoyo de las naciones de donde proceden las distintas encomiendas u órdenes religiosas, que izan en lo alto las banderas de los países que les apoyaron o mantienen.
La parte vieja de Jerusalén termina en la explanada donde hay dos ampulosas mezquitas, hoy cerradas, una de ellas donde en los años 70 mataron al rey de Jordania, pero que son, curiosamente, icono de la ciudad, una de ellas con su gran cúpula dorada. La tarde ha sido dedicada a visitar lugares emblemáticos como el Monte Sión o el Cenáculo, esta casa hoy, muy transformada, está en manos del Estado de Israel, que no permiten allí, donde celebró Jesús la primera Eucaristía, puedan oficiar los católicos Misas.
Desde la embajada israelí en España precisan lo siguiente sobre la información de nuestro enviado especial a Tierra Santa: "Por acuerdo de las cinco iglesias cristianas con el Estado de Israel, se permiten cinco misas al año. El rezo y las visitas turísticas están siempre permitidas".
Cenáculo que además fue el escenario de Pentecostés, acontecimiento del que nació la Iglesia Católica. El Cenáculo era propiedad de los Franciscanos de Tierra Santa a quienes se les arrebató y éstos siguen reivindicándolo. Aquí, fray Luís ha invitado a los sacerdotes de la peregrinación, varios, a renovar sus promesas sacerdotales.
Hemos asistido al rezo de los judíos de manera presencial, sin ningún problema. Rezos que ellos hacen de forma muy curiosa, recitando en voz alta textos de sus pergaminos, rollos o textos sagrados, además de hacer gestos con todo su cuerpo, pues la norma dice que no hay que rezar sólo de boca, sino que hay que hacerlo con todo el cuerpo.
Siguiendo la trama cristiana hemos conocido el barrio árabe, con sus populosos y vivos comercios, cuya espina dorsal es el Camino del Calvario, la Vía Crucis o Dolorosa. Al regreso del cenáculo, se ha entrado en el barrio judío, totalmente distinto al musulmán y llegado hasta el muro de las lamentaciones, en la plaza que es el lugar más sagrado del judaísmo mundial.
El P. Quintana, conocedor profundo de la realidad de Jerusalén, donde ha residido varios años, investigándola, va describiendo mil y un detalles de la ciudad, como el que el gobierno israelí en la Vía Dolorosa levantó el pavimento postizo y rescató las piedras milenarias que pisó Jesús en su camino al Gólgota, que son ahora las que conforman la empinada cuesta. Es una enciclopedia de saberes de Tierra Santa este fraile que convierte lo que podría ser una visita turística en toda una lección de Biblia. Identifica cada uno de los pasajes bíblicos en la geografía de Jerusalén y Tierra Santa.
Él pertenece al equipo franciscano de aquella Custodia, dedicada a llamar la atención, promocionar y velar por el tesoro que para la cristiandad en general significan los Santos Lugares. Más, sobre todo, hace asequible, inteligible, vivencial, didáctico y práctico los contenidos de la Biblia, que en lo referente al Nuevo Testamento son hechos y lugares verificables, constatables, él los identifica con un aquí ocurrió esto o lo otro, las frases dichas corresponden a determinado enclave. Y lo hace fácil y posible con el apoyo técnico y profesional que lleva años en el sector, Halcón Viajes, líder en su sector, y por ende en peregrinaciones y turismo religioso.