¿Te agobia la vida o eres tú quien se agobia?
Es verdad, se te puede caer una farola encima y aplastarte. Pero, al menos a mí, no se me cae una farola encima todos los días. Lo que sí me ocurre es que me muerde el reloj, que el espejo no me aguanta y que la imaginación me... (ya sabéis, eso que empieza por jota).
Lo solemos llamar estrés y, mira por donde, siempre es culpa de alguien que no soy yo. Creo sinceramente que debemos analizarnos mejor y tratarnos con más sinceridad. Echar la culpa a los otros, a las circunstancias, a la vida, es -muchísimas veces- evadirse de la propia responsabilidad y renunciar a conducir nuestra propia vida.
En este tiempo de fríos y balances quisiera plantearme algunos remedios a ese estrés tan mordedor que nos acosa desde dentro. Si das la vuelta a cada remedio que propongo, descubrirás las causas.
Con una visión clara y breve de remedios y causas tal vez podamos aprender a vivir con menos agobios. No es inteligente vivir golpeándose contra las paredes por inconsciencia, prisa o estupidez. Me centraré en los remedios puramente humanos y dejaré que los creyentes añadan sus recetas espirituales -que las hay- como el silencio y la oración.
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1. REALIDAD: Es imposible caminar fuera de la realidad por mucho que tu cabeza lo intente. Construye a partir de tu realidad. El "funcionamiento imaginativo" es perverso. Sólo en la realidad se puede sembrar y cosechar. El resto es humo.
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2. HOY y AHORA:Es el tiempo de la realidad. No tienes otro. No sueñes con conseguir metas que no arranquen y se mantengan en el presente. No te engañes con andamios cerebrales, ni cuentos de la lechera.
3. RITMO: Repasa tus actividades y analiza si vas a un ritmo acelerado o frenado respecto a tu ritmo natural. Respeta tu ritmo. Querer quebrarlo te tensa y te inutiliza. Y no confundas tu ritmo con tu pereza.
4. AMBICIÓN: Abandona la angustia de no ser el primero. No te compares. Lo importante es ser tú mismo, auténtico y maduro. Eso te hará más equilibrado, más eficaz y más feliz. Paradójicamente también serás más competitivo en el mercado laboral. Los buenos empresarios no buscan trepas sino gente equilibrada y honesta.
5. HUMILDAD: Reconoce que nadie es imprescindible, ni siquiera tú.
6. OCIO: Desconecta. Disfruta del tiempo libre. Relájate. Es imprescindible para tu higiene física y mental.
7. ADAPTACIÓN:Sé más flexible contigo mismo y con los demás. Reconoce que tus aspiraciones a la perfección, al orden, a la eficacia, etc. pueden ser legítimas pero no siempre se adaptan a la realidad (tuya, de los otros, del entorno). Adaptarse es compaginar y convivir.
8. VALORES: Replantea tu jerarquía de valores. Haz por escrito tu propia lista. Tus auténticos valores se muestran en tus "aspiraciones profundas". Después sé coherente y no te engañes (hay mucha moneda de plomo circulando). Te asombrará la paz que puedes conseguir.
(Ten en cuenta este presupuesto: El dinero no es un valor, es un medio de vida, imprescindible sólo hasta el nivel de supervivencia. Y este otro: No siempre son valores humanos los que te llegan de fuera, ni acertada su jerarquía. Busca los tuyos).
9. EQUILIBRIO: No saques las cosas de quicio. No seas extremista. Hay muy pocas cosas realmente esenciales en la vida. Aprende a "desdramatizar".
10. RESPETO:No empujes a los demás, ni permitas que te empujen. Ten en cuenta este presupuesto: Unos buenos padres, un buen compañero, un buen jefe, siempre motivan, ayudan y clarifican. Las tareas para "anteayer" sólo son impuestas por imprevisores e ineptos (a veces nosotros mismos).
11. OBJETIVOS: Los objetivos profesionales te vienen normalmente impuestos y son orientadores. No los absolutices.
¿Y tus objetivos personales? No mires sólo hacia fuera. Déjate sentir, escribe los objetivos que se te imponen desde dentro y los medios que te estás dando para conseguirlos. Analiza si convergen o divergen de tu realidad profesional.
Quizás no estés en el mejor camino. Si es así, márcate unos objetivos y medios de convergencia realistas. La eficacia máxima está en la convergencia de los objetivos personales con los profesionales.
12. HABLAR: Una de las cosas que más desahogo y paz produce es hablar de corazón a corazón. ¿Tienes alguien con quien compartir así? ¿Tus padres, tu pareja, tu jefe, tu amigo, tu siquiatra, tu Dios…? Si no, busca alguien con quien compartir en profundidad y seguridad. Es imprescindible para el ser humano.
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Posdata desde mi fe:"Marta, Marta, tú te preocupas y te apuras por muchas cosas, y solo una es necesaria. María ha escogido la parte mejor, y nadie se la quitará" (Lc 10,41).
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¿En qué Dios crees?
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¿A quién oras?
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¿Por qué crees?
¿Porque te lo han dicho o porque has identificado el lenguaje de tu corazón?
Precisamente ahí nacen las certezas y las evidencias.
¿Tu fe es de papel o de sólida roca?
Las meditaciones de este libro te ayudarán a analizarte y a construir sólido cimiento a lo que crees, a lo que oras y a lo obras.
Lo escribí para ti, después de larga búsqueda, para que evites mis dolores y mis errores.
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