No a la guerra Constructores de Paz

Todo cuanto civiliza al ser humano, trabaja contra la guerra

En pocas palabras: Amistad y Cultura

La Paz solo será posible en la medida de que las personas individualmente y colectivamente concedamos más espacio a cultivar consciente y organizadamente las dimensiones de convivencia, respeto, tolerancia, cooperación y amor

Esto solo es posible si nos dejamos conducir por el Espíritu, que viene al centro de nuestro ser para indicarnos el recto camino por medio de la Inteligencia Espiritual que todos tenemos

Necesitamos acallar nuestra razón, nuestras emociones para recibir la luz interior que nos diga por donde seguir el camino

Francisco de Asís tiene conciencia de que la realidad es contradictoria ya que abunda el odio, la discordia, la desesperación y las tinieblas, pero sabe que el mal debe ser superado por el bien

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Ante tanta destrucción y violencia que estamos padeciendo, sin el más mínimo respeto a los derechos humanos y a la dignidad de las personas, Einstein el de 30 de julio de 1932, en otro contexto social también horrible, preguntaba a Freud: “¿Existe un modo de liberar a los seres humanos de la fatalidad de la guerra? Existe la posibilidad de influir en la evolución psíquica para que los seres humanos sean más capaces de resistirse a la psicosis del odio y la destrucción? (Nathan &Norden, Einstein on Peace,1984, 98). Y esta fue su respuesta: "No existe la esperanza de poder suprimir de modo directo la agresividad de los seres humanos. Pero se pueden recorrer vías indirectas, por ejemplo, reforzando el Eros, principio de vida, en detrimento de Thánatos, principio de muerte. Todo cuanto hace que surjan lazos emotivos entre los seres humanos va en contra la guerra. Todo cuanto civiliza al ser humano, trabaja contra la guerra” (Obras III,3.215).

Siguiendo la respuesta de Freud podemos trabajar en dos dimensiones: A) Establecer lazos fraternales entre los humanos, y B) Fomentar todo lo relativo al arte como elemento civilizatorio. En pocas palabras: Amistad y Cultura. La Paz solo será posible en la medida de que las personas individualmente y colectivamente concedamos más espacio a cultivar consciente y organizadamente las dimensiones de convivencia, respeto, tolerancia, cooperación y amor. La cultura de la Paz depende del predominio que demos a estas posibilidades, manteniendo a raya la dimensión destructiva, siempre presente, como la rivalidad, el egoísmo y la exclusión de los demás.

Es bueno ser conscientes de nuestra polaridad sapiens/demens, pulsión de vida y pulsión de muerte, de luz y de sombra, de lo sim-ólico (lo que une) y lo dia-bólico (lo que separa) de nuestra condición humana. Esto constituye nuestra realidad histórico-social. ¿No nos referimos a esto cuando hablamos del pecado original que todos compartimos? Pero es bueno, a nivel personal, poner los medios para un recto comportamiento. Y esto solo es posible si nos dejamos conducir por el Espíritu, que viene al centro de nuestro ser para indicarnos el recto camino por medio de la Inteligencia Espiritual que todos tenemos.

¿De qué inteligencia se trata? Todos los humanos, por el hecho de ser hijos de Dios, tenemos tres dimensiones de la inteligencia. La Racional (IR), la Emocional (IE) y la Espiritual (IES). Y todos estamos llamados a desarrollar en plenitud estas tres dimensiones. Por desgracia, en nuestro universo cultural, se ha valorado y se valora casi exclusivamente la (IR), la razón y la Ciencia. A la (IE), la emoción y el Arte se la tolera, sin reaccionar ante tantos desequilibrios psiquiátricos. Y finalmente, la (IES) es la gran desconocida y sin embargo es la más importante, ya que es el foco desde donde orientar las otras dos dimensiones de la inteligencia. Que pena que tantas personas pasen por la vida sin haber desarrollado la (IES). Es como ser seres descabezados.

¿Cómo desarrollar la (IES)? La (IR) en este mundo tecno-científico en el que vivimos se alimenta de la Razón. La (IE) se alimenta de los sentimientos y de la empatía. ¿De qué se alimenta la (IES)? Del SILENCIO. Necesitamos acallar nuestra razón, nuestras emociones para recibir la luz interior que nos diga por donde seguir el camino. Es ya bastante conocido el dicho: «En el silencio se alumbran grandes cosas». Necesitamos ser personas guiadas por el Espíritu y alimentadas por los dones de su gracia, que son los sacramentos, para resistir los envites del maligno. Francisco de Asís tiene conciencia de que la realidad es contradictoria ya que abunda el odio, la discordia, la desesperación y las tinieblas, pero sabe que el mal debe ser superado por el bien. De ahí su hermosa oración:

Señor, haz de mí un instrumento de tu paz. Que donde haya odio, lleve yo el amor. Donde hay ofensa, lleve yo el perdón. Donde haya discordia, lleve yo la unión. Donde haya duda, lleve yo la fe. Donde haya error, lleve yo la verdad. Donde haya desesperación, lleve yo la esperanza. Donde haya tristeza, lleve yo la alegría. Donde haya tinieblas lleve yo la Luz. Maestro, Haz que yo busque más consolar que ser consolado. Más comprender que ser comprendido. Más amar que ser amado. Porque es dando como se recibe. Es perdonando como se es perdonado. Y es muriendo como se vive para la vida eterna.

Es de subrayar el «plus» de esta oración cristiana. En las demás tradiciones religiosas se dice: ama a los demás como quieres que te amen a ti. En cambio en esta oración se nos dice: No busques la correspondencia de amar y ser amado, sino sobrepásala: consuela más, comprende más, ama más. Esta es la paz de Dios, que es don y gracia.

https://youtu.be/SVQJ35JDmNQ?si=W0FFaIhUSqnLLDIb

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