Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado Acompañar en la diversidad
"A raíz de los movimientos migratorios, nuestra comunidad diocesana vive en un contexto social e histórico de gran diversidad cultural, ideológica y religiosa"
"La Iglesia abre la puerta a los que llegan de otras realidades y se hace más plural, con nuevas necesidades. Por eso, hoy celebramos la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, que convoca cada año el papa Francisco a finales de septiembre"
"Esta realidad ya la vivimos en nuestra archidiócesis… El lema del Plan Pastoral Diocesano '¡Salgamos!' es una invitación a ser proactivos en esta acogida que debe ser también un camino hacia el encuentro con el otro"
"El papa, en su mensaje para esta Jornada, nos recuerda que Dios nunca nos abandona. Quiere que tengamos esto muy presente, porque Dios es un acompañante fiel que camina siempre con nosotros"
"Esta realidad ya la vivimos en nuestra archidiócesis… El lema del Plan Pastoral Diocesano '¡Salgamos!' es una invitación a ser proactivos en esta acogida que debe ser también un camino hacia el encuentro con el otro"
"El papa, en su mensaje para esta Jornada, nos recuerda que Dios nunca nos abandona. Quiere que tengamos esto muy presente, porque Dios es un acompañante fiel que camina siempre con nosotros"
Hoy celebramos la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, que convoca cada año el papa Francisco a finales de septiembre. Este año, el lema de la Jornada es «Dios camina con su pueblo». El Papa se inspira en la experiencia del pueblo de Israel, en su éxodo. Esta experiencia también es la de muchos migrantes y refugiados de hoy que hacen un largo y peligroso viaje cargado de esperanza, pero también de frustraciones y dolor por tener que dejar su familia y su patria.
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El papa Francisco, en su mensaje para esta Jornada, nos recuerda que Dios nunca nos abandona. Quiere que tengamos esto muy presente, porque Dios es un acompañante fiel que camina siempre con nosotros. Y esto es fundamental cuando nos toca hacer un camino empinado y, a veces, forzado. El Papa nos lo recalca cuando dice: «Dios no solo camina con su pueblo, sino también en su pueblo, en el sentido de que se identifica con los hombres y las mujeres en su caminar por la historia».
A raíz de los movimientos migratorios, nuestra comunidad diocesana vive en un contexto social e histórico de gran diversidad cultural, ideológica y religiosa. Tenemos vocación de escuchar, dialogar con todos y aportar la mirada renovada que nos ofrece Jesucristo. Una visión que reconoce que todos tenemos la misma dignidad. La Iglesia abre la puerta a los que llegan de otras realidades y se hace más plural, con nuevas necesidades. Esta pluralidad y diversidad es enriquecedora dentro de la Iglesia y representa un reto como camino conjunto del Pueblo de Dios. La Iglesia quiere vivir y compartir con el mundo su experiencia de comunión en la diversidad.
Tal como expresamos los obispos de la Conferencia Episcopal Española en el documento Comunidades acogedoras y misioneras de marzo de 2024: «Muchas comunidades del presente, pero sobre todo las del futuro, son y serán cada vez culturalmente más diversas, más semejantes al acontecimiento de Pentecostés. Es una realidad positiva que pondrá a prueba nuestra catolicidad y la capacidad de acogida, armonización e integración de identidades culturales que irán confluyendo en nuevas síntesis». (N. 42)
"¡Salgamos!"
Esta realidad ya la vivimos en nuestra archidiócesis y muchas parroquias, comunidades y entidades eclesiales buscan darle respuesta. Lo hacen con propuestas pastorales, formativas y asistenciales creativas, que quieren promover la acogida de personas con orígenes, referentes culturales diferentes y con sensibilidades religiosas diversas. El lema del Plan Pastoral Diocesano «¡Salgamos!» es una invitación a ser proactivos en esta acogida que debe ser también un camino hacia el encuentro con el otro. Una acogida que nos enriquece y nos prepara para lo que viviremos en el cielo.
Queridos hermanos y hermanas, sintámonos acompañados por Dios en este itinerario diocesano que quiere, por una parte, salir al encuentro con el otro, con el diferente, con el vulnerable... y, por otra, quiere ir estableciendo este diálogo abierto en el seno de la Iglesia que nos enseñe y ayude a caminar juntos en la diversidad. Os pido también vuestra oración por los frutos de la segunda sesión de la XVI Asamblea General del Sínodo de los Obispos que empezará esta semana que viene.