Carta semanal del arzobispo de Barcelona Omella: "Quienes tenemos a Dios por padre, ¿no deberíamos hacer un mayor esfuerzo por reconocer a los demás como hermanos?"
"Notamos que soplan vientos de esperanza, que nos refrescan y animan"
En una carta anterior comentaba un hecho relevante de carácter religioso, el encuentro que el papa Francisco y el Gran Imán de Al-Azhar (Egipto) mantuvieron en Abu Dabi el pasado mes de febrero, un evento que deberíamos tener muy presente.
Al finalizar el encuentro, el Papa y el Gran Imán firmaron un documento extraordinario con el título La fraternidad humana por la paz mundial y por la convivencia común. En el prefacio se explica el proceso que les condujo a un acuerdo que no tiene precedentes en la historia. En este texto se nos muestra un camino por recorrer y por el que se nos invita a avanzar. Este no es un camino fácil, pero el Señor nos da pequeños empujones y, a veces, afortunadamente, notamos que soplan vientos de esperanza, que nos refrescan y animan.
En este sentido, hay dos hechos en nuestra archidiócesis que nos invitan a avanzar por este camino. Por un lado, tenemos muy presente el reciente estudio titulado Sociedad plural y Religiones, elaborado por Mn. Antoni Matabosch, sacerdote y teólogo de nuestra archidiócesis, es un libro que ha salido a la luz con motivo de su ingreso en la Real Academia Europea de Doctores, y en el cual aborda ampliamente la cuestión del diálogo interreligioso.
Como dice Mn. Matabosch:
«El diálogo no puede ser verdadero si no es un amor práctico, si no es una práctica del amor […] Las relaciones interpersonales son el inicio de cualquier relación fecunda y deben seguir existiendo si se quiere un diálogo sólido y duradero […] Un camino que facilita la relación y el diálogo entre las religiones es encontrar lo que nos une por encima de las diferencias […] “Quien no conoce no puede amar”, nos dice San Agustín».
Por otro lado, también queremos que la fraternidad sea nuestro hilo conductor en todas las esferas. Como bien sabéis, nuestro Plan Pastoral nos propone, para este curso, sentirla y testimoniarla en todos los ámbitos de nuestra vida. La fraternidad solo la podemos vivir desde el encuentro personal con Jesucristo.
Termino esta carta con una invitación a la lectura de un libro titulado La fraternidad de los cristianos. Esta obra recoge unas conferencias pronunciadas, en el año 1958 en Viena, por el entonces joven profesor de teología Joseph Ratzinger (actual papa emérito Benedicto XVI). Este libro, a propuesta de Mn. Salvador Pié Ninot, lo entregamos a todos los sacerdotes y diáconos de la diócesis al terminar la Misa Crismal. En esta obra se nos presenta el sentido más profundo de la fraternidad cristiana. La auténtica fraternidad entre los hombres supone la paternidad de Dios.
Queridos hermanos, quienes tenemos a Dios por padre, ¿no deberíamos hacer un mayor esfuerzo por reconocer a los demás como hermanos? Los cristianos estamos llamados a amar y a dar la vida por todos, cristianos y no cristianos. Y como dice la canción popular: «Juntos como hermanos… vamos caminando…».
Card. Juan José Omella
Arzobispo de Barcelona