An Education, cuando la vida lanza las preguntas



La interesante realizadora Lone Scherfig nos ofrece esta historia de iniciación que ha alcanzado un importante éxito de público. Una joven ha de construir su propio destino eligiendo entre una atractiva, divertida y falsa felicidad, realmente un proyecto basado en la mentira, y una seguridad ambigua propuesta por su familia y el sistema educativo, que subordina el saber y sacrifica la vida a la supervivencia económica.


Tres factores han confluido en esta película dándole un significativo valor. Por una parte, un guión sencillo pero eficaz tanto por el adaptador como por el texto base. Basado en las memorias del primer amor de Lynn Barber, una conocida periodista británica, con una adaptación de la mano del experimentado Nick Hornby, el autor de la famosa novela “Alta fidelidad” y de significativos guiones de cine tales como “Fuera de juego” o “Un niño grande”. El segundo factor es una realización admirable por la puesta en escena y la fotografía de los ambientes del Londres del comienzo de los 60 en un mundo cerrado que contrasta con París, que se promete como un sueño. Lone Scherfig nos tenía acostumbrados a películas sugerentes por sus temáticas e innovadoras en sus formas, de las que nos interesaron la entrañable “Italiano para principiantes” (2000) y la sorprendente “Wilbur se quiere suicidar” (2002); sin embargo, también ella ha crecido hacia el territorio más seguro de una narración clásica donde la sombra del Oscar ha podido alcanzarle. El último factor ha sido el más inesperado. La sorprendente actuación de Carey Mulligan, que con 22 años encarna a la joven protagonista Jenny, una colegiala de 16 años que descubre otra escuela de la vida más allá de las aulas. Su aportación permite que la película sobrepase la corrección y la media para resultar atractiva y sugeridora.


Como narración de iniciación propone un ajustado retrato de los valores de una época. La familia como ámbito de seguridad, pero marcada por un rigor que en el fondo esconde una vulnerable inconsistencia. El sistema educativo basado en el mérito y el esfuerzo pero que no prepara para los verdaderos resortes del éxito, que en la economía se basa unas veces en la creación y el riesgo y otras en la pillería y la ambición. Y por medio, la situación de la mujer que busca su autonomía en la independencia económica pero en el fondo sacrifica la perspectiva del sentido y la felicidad.

La llegada del pillo David, correcto pero lineal Peter Sarsgaard, hace añicos el mundo cerrado de Jenny, con la buena vida de un mundo de disfrute y ensueño, exento de esfuerzo y responsabilidad. En el otro lado de los personajes masculinos, que sirven para la descripción del mundo social, Jack, ajustado y significativo Alfred Molina, haciendo del padre integrado y rígido pero frágil e asustado de Jenny. Las mujeres, salvo Jenny, están ajustadas a la sombra: la esposa y madre, la amante despreocupada, la rígida directora. Solamente escondida pero elocuente una profesora de literatura que saldrá de la oscuridad a la luz. Y en medio Jenny, aprendiendo de la vida lo que los libros no le enseñaron. Cayendo en la trampa para así aprender, de los propios desengaños.


“A education”, es una película valiosa para plantear las preguntas esenciales sobre lo que da sentido a la existencia y por lo tanto a la educación. Ni la seguridad económica, ni el goce despreocupado, ni el saber por sí mismo, ni el sometimiento al marco social son suficientes para guiar los pasos de los que se abren a la vida. La crítica que la joven e inteligente Jenny va elaborando le abre camino hacia decisiones más costosas y profundas sobre el sentido de la felicidad. Pero, ni el guión ni la realización van más allá. Las respuestas quedan abiertas en la medida en que únicamente se muestra por donde no hay camino. Siempre es más fácil la crítica que la propuesta. Aunque en este momento, las preguntas resultas urgentemente valiosas; no bastan, hay que encontrar las respuestas y más en el territorio de la oferta educativa. Sin embargo, éstas no se encuentran en la película y probablemente habrá que volver a la vida para buscarlas. Inquietud que probablemente queda sembrada en el espectador.
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