Pendientes de estreno (IV) Pío XII, bajo el cielo de Roma
Una oportunidad de acercamiento a la postura del papa Pío XII ante la persecución de los judíos durante la II Guerra Mundial. Con una buena factura televisiva, un guión inteligente que mezcla elementos históricos con la ficción centrándose en el entorno del papa y la persecución de unos jóvenes judíos, y un destacado elenco de actuaciones.
Esta nueva producción de Lux Vide para la RAI fue emitida en Italia y Alemania a final del 2010 con importante éxito de audiencia. Con el formato de miniserie en dos capítulos y 200 minutos de duración se centra en la posición de Pío XII durante nueve meses que van desde unos días antes del inicio de la deportación de los judíos de Roma (16 de octubre de 1943) hasta la liberación por las tropas aliadas (4 de junio 1944).
Los guionistas siguen el estilo de otras series de Lux Vide. Los responsables son Francesco Arlanch, guionista de San Agustín, Pablo VI, Clara y Francisco, Papa Juan Pablo II y San Pedro, junto con Fabrizio Bettelli, también guionista de la casa con El hombre de la caridad y Juan XXIII. El papa buen. El director Christian Duguay (Coco Chanel y San Agustín) también en la misma línea nos ofrece una película con historias de amor romántico, toques de tensión y suspense, presentación de hechos históricos y como trasfondo los dilemas políticos, sociales, espirituales y morales que vivió Pío XII en aquellos días.
Merece especial interés el que la historia no se centre exclusivamente en la biografía de Pío XII, sino en la situación de los judíos de Roma y en el enfrentamiento de la Iglesia y los nazis en este momento. Esto supone una restauración de la figura del papa Pacelli basada en hecho contrastados. Por una parte la impliación de la Iglesia de Roma, parroquias y conventos, en la acogida de refugiados judíos; así como las tensiones del Vaticano con las fuerzas alemanas del II Reich en Italia, y, por último, la compleja situación del Papa entre la protección de los judíos, el temor a las represalías y la salvaguarda de Roma. El plan de secuestro del Santo Padre por los nazis, como medida de coacción a los aliados, también es presentado en la película como un proyecto real pero que no llegó a realizarse.
Las historias de amor de tres jóvenes David (Marco Foschi) Miriam (Alessandra Mastronardi) y Marcos (Ettore Bassi) permiten a los espectadores colocarse en el drama de los judíos de Roma así como implicarse personalmente en la historia. La actuación sobresaliente de James Cromwell nos presenta un papa solitario pero cercano a su pueblo y a las personas, dubitativo a la vez que profundamente espiritual, además de diplomático y firme en las situaciones desesperadas. A su lado el joven Montini (Cesare Bocci) y sor Pascualina (Christine Neubauer) que le ayuda. También aparece el padre Pancracio Pfeiffer (Miguel Herz-Kestranek) representando a la iglesia acogedora, rescatando la imagen del pueblo alemán y haciendo de intermediario de Pío XII. En la estela de las producciones italianas para la televisión hay un exceso de sentimentalismo que en ocasiones desvía la cuestión histórica, a la vez que el deseo de acercamiento al mundo judío termina en un cierto desbarajuste de sotanas y hábitos de monja que resulta innecesario.
Entre los valores de esta miniserie, pueden señalarse la introducción de los propios textos del papa, especialmente las alocuciones radiofónicas, para alentar y pedir coraje ante el sufrimiento y las pruebas de la guerra. Igualmente tienen especial fuerza dramática los gestos de salida del papa a las calles de Roma para apoyar a la población. También resalta el papel de Pío XII ante los mandatarios nazis para el abandono de la ciudad sin resistencia ni destrucción añadidas.
En resumen, una propuesta para recuperar la figura de Pío XII en la que se resaltan elementos de veracidad contrastada y que afronta directamente el sentido de sus dudas y prudencia ante las consecuencia de sus palabras y posicionamientos. Un recuerdo emocionado de los sufrimientos de pueblo judío que supo agradecer al papa sus desvelos al final de la guerra. Y por último, una crítica a quienes han cuestionado su posición más desde posicionamientos ideológicos que desde la verdad yb complejidad de los hechos.