Un Dios loco de amor

Pensaba ayer, por ser Viernes Santo, en la muerte en la cruz de nuestro Señor Jesucristo. A lo largo de los años la explicación que le he encontrado a esta muerte ha ido variando, pero desde hace años me ha convencido más que solo es explicable desde la humanidad de Dios siendo Jesús que desde la divinidad de Jesús como hijo de Dios.

El cristianismo católico es una religión fuera de lo común, creemos en un Dios que nos quiere tanto que decide hacerse humano, y se hace tan humano que no renuncia a nada de su condición humana, sobre todo a ser tratado injustamente. En otras religiones las divinidades toman forma humana para seducir vírgenes, en el cristianismo es Dios quien se hace humano, muy diferente a decir que toma forma humana. Pero este Dios es reacio a presentarse con pompa y gloria, este Dios se junta con leprosos, publicanos, prostitutas, borrachos, etc, le da por vestir ropas y sandalias seguramente polvorientas de echarse a los caminos y encima no va ni a caballo. El relato de los evangelios es un relato insólitamente diferente al de otras religiones, Jesus/Dios hasta en sus milagros rehúye la fama y la gloria y en ocasiones le disgusta tenerlos que hacer por miedo al amor por interés. Pienso que es un Dios que quiere ser visto por los hombres como un hombre, como un igual y no como un superior, un Dios que ama tanto a la humanidad que se hace uno más entre nosotros y que tal vez con mucho gusto habría vivido más sino hubiese sido por el trágico final. Pero hasta en este desgarrador final de sus días que celebramos con la pasión y muerte, quiso ser humano y sentir lo que sentimos con la injusticia, la traición, la incomprensión, el abandono, la mentira, la tortura, etc, y hasta morir como morimos sintiéndose hasta abandonado por el Dios Padre como cualquiera de nosotros puede sentirse hasta en su momento final. La duda y el miedo no falta ni en sus labios en el peor de los momentos.

Podría decir que el relato de Jesucristo es el de un Dios que tanto nos quiere, tanto nos admira con nuestras virtudes y defectos, que quiso dar el paso que ningún ídolo de ninguna religión habría dado nunca, pues en el imaginario popular el Dios cristiano no hace lo que lo que el resto de dioses ha hecho. Los otros como dije, son dioses que toman forma humana para violar vírgenes, o si les ofenden se ponen extremadamente furiosos. El Dios cristiano es demasiado diferente, demasiado loco de amor por nosotros para ser uno más de entre nosotros y apuntarse a todo lo que significa ser una persona normal y corriente de una Palestina de principios del siglo I. Pero lo increíble de este Dios, no es solo ese loco amor que le lleva a hacer tal locura como ser uno más entre nosotros y al 100 % de lo que significa ser humano, sino que el mismo manifiesta en vida la necesidad de Dios de ser correspondido en ese amor que nos tiene y que le lleva a hacer esta locura de hacerse totalmente humano.

Espero haber plasmado bien mi reflexión de esta semana santa.
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