La comprobadísima teoría de la evolución de las especies.
La evolución de un ser vivo es más rápida cuanto mayor es su capacidad por generar nuevos individuos de la especie, y menos tiempo tarden en reproducirse. Las especies que evolucionan más deprisa son los virus, por el contrario, quienes lo hacen más lentamente somos los grandes mamíferos con gestaciones largas y en las cuales se dan con excesiva frecuencia partos de un solo individuo.
Un bicho viviente que evoluciona deprisa es el virus del SIDA, su mutabilidad y capacidad de adaptación es tan elevada, que cuando el cuerpo humano ya tiene totalmente preparadas sus defensas para detenerlo, este muta y la respuesta inmune se queda obsoleta. La medicina ha probado diversas estrategias, si administraba un antiretroviral, el virus tardaba solo unas semanas en volverse resistente al tratamiento, pero si probaba con terapias triples o cuádruples, el VIH frenaba tanto su capacidad reproductiva que descendía un montón su capacidad evolutiva hasta el punto que puede un paciente estar muchísimos años con el mismo cóctel de medicamentos.
Otro virus de rápida evolución es la gripe, que cambia no con las semanas como el VIH sino prácticamente cada año. Por eso las vacunas solo nos previenen de los virus pasados de la gripe y nunca de los virus futuros, porque este virus evoluciona.
Pero las bacterias también evolucionan deprisa hasta el punto de mutar y volverse resistentes a los antibióticos. O también de adaptarse a las circunstancias más inhóspitas y sorprendentes.
Si queremos preguntarnos por otros bichos que evolucionan deprisa, son por ejemplo las cucarachas. Estas son capaces de adaptarse a un veneno con cierta rapidez, sorprende muchísimo que lo que un día funcionaba contra ellas de repente ya no funcione y haya que probar con algo nuevo. Y ni que decir de las propias ratas.
Pero la evolución también es muy curiosa, por ejemplo en los periquitos que vemos en pajarerías o que tenemos en nuestras casas. Los periquitos de colores azules, morados o blancos no se pueden encontrar en la naturaleza porque una mutación como esa es rápidamente eliminada por los depredadores. Pero en cautividad y en ausencia de depredadores, estas mutaciones terminan apareciendo y los seres humanos terminamos por “acelerar” su proceso evolutivo seleccionando por su belleza estas mutaciones.
La evolución de las especies está ahí, la podemos ver y hasta manejar en los animales y plantas que nos rodean. Es absurdo negar lo que se ve, se observa y hasta se experimenta. Pero es más absurdo aún negar que hay unos fósiles que nos confirman que la humanidad ha evolucionado a partir de especies anteriores, y que también lo han hecho animales que conocemos como elefantes, caballos, perros, etc.