Los internos enemigos de la Iglesia.

Durante todos estos años en que el huracán Wojtyla imprimió un duro estilo eclesial, esta gente creció como setas, o mejor dicho, como ratas. Se encontraron felices desde su cómoda situación puritana y con un pontífice preocupado por erradicar aperturismos que pudieran significar algún difícil cambio en su forma de pensar. Pero ahora todo ha cambiado, ahora ha llegado un pontífice dispuesto no a enemistarse con el mundo sino a abrazarlo. Si les duele y les jode, pues que se jodan, llevan años instalados en esa manía perversa de destruir las vidas privadas y públicas de obispos, sacerdotes, religiosos y laicos que no comulgaban con su forma de pensar.

Gracias a Francisco, ahora ellos empiezan a sentirse que pierden la comunión con el Papa. Intentan por todos los medios censurar trozos de las entrevistas o matizarle, pero es inútil, Francisco es demasiado claro hablando y no es un Papa de profundas frases como Benedicto XVI. La prueba de ello es que hace unos años, cuando el Papa habló de alguna forma positiva acerca del condón, docenas de obispos saltaron a matizar lo que dijo, cada uno para lo que le interesó. Pero ahora con Francisco, todos parecen guardar silencio, todo ha cambiado.

En un año esta gente ha tenido que aceptar que los Papas pueden dimitir, ahora han comenzado a decir que no los elige el Espíritu Santo sino el colegio cardenalicio, que el Papa no pontifica en entrevistas (hasta Benedicto XVI era al revés), que el Papa se equivoca, ya no hacen aguerrida defensa de la pompa y riquezas vaticanas, y ahora dicen e insinúan algunos comentaristas que habría que rezar para que el Papa mida sus palabras o que el Papa los confunde.

Tanto ir a misa a zampar hostias en lugar de recibir la comunión es lo que tiene, las querían todas para ellos, y por eso se alegraban que el que viniera detrás o estuviera en última fila no pudieran ir a comulgar. Es más, los expulsaban de la Iglesia retirándoles el inexistente carné de católicos. Pero ahora es muy fuerte para ellos tratar de condenar al Papa, de hacerlo caerían en la más dura de sus contradicciones. Wojtyla cometió el error de alimentar ese gallinero estéril, Benedicto XVI de no ponerles un bozal, Francisco ya les ha metido miedo quitándoles el alimento y amenazándoles con lo que pueda venir mañana.

PD: En las profundidades de su gruta, el villano que no debe ser nombrado ha decidido silenciar a sus murciélagos. Es mucho lo que se juega, sobre todo porque esa caterva de personajes ofensivos que el ha criado en sus foros, amenazan con acribillarle a él o convertir su morada en un nido de antipapistas.
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