Lo realmente preocupante de estos dos señores, es su escasa moral. Anteponen la política, el éxito y el poder por encima de las personas. El ataque a Siria por parte de EEUU y la ayuda de Putin al régimen sirio evidencian que sobre aquel país están jugando cada uno con su ego. Y para desgracia de los sirios, no hay ningún futuro con estos dos pájaros, que hacen que su guerra nunca tenga fin.
Lo vergonzoso es la actitud de las iglesias evangélicas no condenando a Trump y la ortodoxa a Putin. La católica por lo menos ya hace tiempo que protesta por esta guerra. Pero sin un alzamiento de las voces de las diferentes Iglesias contra estos dos, a ningún cuerdo se va a llegar.