Las ventanas tarde o temprano se rompen, unas veces el aire y otras son las personas. Una pedrada de un marroquí rompió una ventana a la altura del segundo piso del centro de primera acogida de Hortaleza, desconozco si fue travesura o perversa intencionalidad el motivo de la pedrada, pero el resultado de la misma es que quedó rota y es la ventana de la habitación de tres menores. Un mes lleva la ventana rota, y un mes que entra el frío a la habitación y los chicos deben dormir con esa ventana que no está debidamente arreglada y cerrada. Para que no entre frío le pusieron una manta a la espera del arreglo, pero como no hay dinero y si mucha dejadez por parte de la Comunidad de Madrid, un mes llevan los chicos de dicha habitación aguantando el frío que entra y conformándose con abrigarse mucho por las noches.

¿Hasta cuando va a dejar la Comunidad de Madrid esta ventana rota? Ni idea, pero siento una gran decepción por la dejadez hacia un centro tan dejado…, que hasta la bandera de España que hondea la fachada ha perdido hasta su color. Como a algunos ya se que les importa bien poco los inmigrantes, puedo afirmarles que en dicho centro hay cuatro chicos españoles, tutelados por la Comunidad de Madrid, a saber que circunstancias familiares tuvieron para acabar allí. Pueden ser sus hijos o los hijos de cualquiera, los que podrían acabar allí, y no es justo que la Comunidad no invierta en mejorar dichas instalaciones y en un esmerado cuidado a todos los menores atendiendo a sus necesidades específicas. Se necesita educadores, ampliar el centro y crear uno nuevo para aquellos menores con problemas de adicciones como ocurre con los marroquíes que esnifan disolvente, es decir, un centro de desintoxicación y tratamiento psicológico, pues muchos de estos chicos son salvables.