El Papa Francisco ha nombrado Arzobispo de la Arquidiócesis de la Santísima Concepción a Monseñor Sergio Pérez de Arce, SS.CC., hasta ahora Obispo de Chillán.

Tres razones hacen a este nombramiento un hito para la iglesia chilena. Primero, es el décimo nombramiento episcopal gestionado por el nuncio Alberto Ortega antes de ser trasladado a Venezuela. Segundo, continúa la misión de renovación y fortalecimiento pastoral marcada por el Papa Francisco. Y tercero, Pérez de Arce ha sido un pastor caracterizado por su sinodalidad y realizar una destacada gestión en Chillán donde llegó hace seis años -antes de ser consagrado obispo- como administrador apostólico.

En efecto. El nuevo arzobispo penquista es el último nombramiento episcopal de 10 que gestionó en su período de nuncio apostólico en Chile, monseñor Alberto Ortega, quien se caracterizó -en general- por llevar adelante las indicaciones de Francisco. Ortega será nuncio en Venezuela a partir del próximo mes.

Como obispo "su trabajo pastoral ha estado marcado por una dedicación ejemplar al servicio de la comunidad cristiana", señala un comunicado del Obispado de Chillán. Respecto de su nombramiento en Concepción, señaló: "pido al Señor que me permita ser para ustedes (en Concepción) un buen pastor. Sigamos buscando los caminos para ser esa Iglesia orante, misionera, comunitaria y servidora que la Arquidiócesis ha formulado en sus énfasis para este año, siempre poniendo en el centro de nuestras vidas al Señor Jesús", dijo con entusiasmo.

Luego, Pérez de Arce destacó la diversidad social y cultural del territorio, mostrando su sensibilidad hacia las dificultades que enfrenta la sociedad y su dedicación al servicio de los más necesitados, “especialmente a los hermanos más frágiles, a quienes están sufriendo por la violencia y el miedo, por preocupaciones laborales, por la enfermedad, por la pobreza o por otras dificultades que hacen la vida más precaria".

Ver aquí su mensaje enviado a la Arquidiócesis de Concepción.

Al ser consultado por Religión Digital, Pérez de Arce, señaló “estar disponible a lo que viene, sin muchos planes”. Dijo sentirse “deseoso de conocer, de aprender del camino de esta Iglesia de Concepción y ponerme a su servicio y ver cómo acompañar a toda la Iglesia, sobre todo a los sacerdotes, a los consagrados y consagradas, a la gente que lleva adelante las comunidades, los agentes de pastoral; es decir, ponerme al servicio de todo ese amplio grupo de servidores de la Iglesia y del Señor”.

Añadió que asume este desafío pastoral “con esperanza, pidiéndole al Señor que me dé discernimiento y espíritu generoso”. Destacó que también siente “pena por tener que dejar Chillán y los lazos que se van creando, muchos planes que se han hecho y, sobre todo, necesidades que abordar. Llevo aquí cerca de seis años, es poco tiempo, y quedan muchos desafíos por delante”, sostuvo. “Es una Iglesia sencilla, pobre en recursos, pero generosa en el servicio y compromiso. Así que me quedo con un poco de pena y pidiendo al Señor para que fortalezca esta comunidad. Me siento muy agradecido de Dios”.

El nuevo arzobispo es sacerdote de la Congregación de los Sagrados Corazones y ha mantenido siempre un estrecho vínculo con sus hermanos. Por ello, dijo: “en estas situaciones uno recorre su vida y da gracias a Dios por la vocación, por mi vida religiosa y mi vocación Sagrados Corazones. Cuento con la comunidad y sigo vinculado a ella. Más, ahora, habiendo ahí en Concepción una comunidad de hermanos, con quienes estaremos cerca con ellos para servir al Señor”, concluyó.

Sergio Pérez de Arce nació en Quillota (región de Valparaíso) el 26 de agosto de 1963, es licenciado en Teología por la Pontificia Universidad Católica de Chile, y desde 1982 pertenece a la Congregación de los Sagrados Corazones. Fue ordenado sacerdote el 15 de diciembre de 1990 en Valparaíso. Ha sido formador y asesor de diversos colegios y pastorales juveniles; fue Capellán del Patronato SS.CC. y del templo Sagrados Corazones en Valparaíso, y entre 2005 y 2011, se desempeñó como Superior Provincial de dicha Congregación. 

En 2018 fue nombrado en la provincia chilena SS.CC. como Delegado para la recepción de denuncias de abusos. Ese mismo año, fue nombrado Administrador Apostólico sede vacante ad nutum Sanctae Sedis de la Diócesis de San Bartolomé de Chillán y el 5 de febrero de 2020 el Papa Francisco lo nombró Obispo de dicha Diócesis. Desde julio de 2021, es también el Secretario General de la Conferencia Episcopal de Chile periódo en que le ha tocado liderar el proceso de asambleas eclesiales en la perspectiva sinodal.

Desafíos

El nuevo arzobispo tendrá en su nuevo territorio pastoral una rica tradición católica, siempre requerida de un liderazgo y una voz clara que promueva la colaboración y la corresponsabilidad con los laicos. El estilo pastoral de Pérez de Arce, cercano y dialogante, promete ser un catalizador de este proceso, buscando siempre el bien común y el fortalecimiento de la comunidad cristiana.

Pérez de Arce reemplaza a monseñor Fernando Chomalí, actual arzobispo de Santiago, quien fue una figura relevante en la región, conocido por su involucramiento en temas de derechos humanos, sociales y laborales. La zona de Concepción ha enfrentado históricamente problemas significativos como el reciente cierre de la planta de Huachipato, que afectó a miles de familias y generó preocupación por el futuro laboral de la región.

Por ello, como arzobispo Pérez de Arce deberá abordar temas críticos para el país, ya que Concepción también es parte en la provincia de Arauco de la macrozona de la Araucanía, que históricamente ha estado marcada por el conflicto del Estado y el pueblo mapuche, y últimamente atravesada por delitos de robo de madera, narcotráfico y violencia terrorista con el asesinato de 3 policías el mes pasado.