La voz pacífica del Papa ante la fiebre del rearme y carrera nuclear Francisco: "¿Cómo podemos proponer la paz si utilizamos continuamente la intimidación de la guerra nuclear?

Francisco en el memorial de la paz de Hiroshima
Francisco en el memorial de la paz de Hiroshima

"Tras años en los que la diplomacia ha permanecido en silencio y la capacidad negociadora ha estado ausente, parece que el único camino viable es el del rearme"

"En los últimos años, con lucidez profética, el papa Francisco ha visto acercarse el peligro. Sus palabras son iluminadoras para comprender el momento que vivimos"

"'¿Cómo podemos proponer la paz si utilizamos continuamente la intimidación de la guerra nuclear como recurso legítimo para la resolución de conflictos?', se ha planteado el Santo Padre"

"'¿Es ésta realmente la única manera de defendernos?'"

(Vatican News).- Vientos de guerra, rearme con enormes inversiones, propuestas de reactivación de las armas atómicas... La forma en que la carrera armamentística se presenta en Europa y en todo el mundo, como si fuera una perspectiva inexorablemente necesaria, la única viable, es realmente impresionante. Tras años en los que la diplomacia ha permanecido en silencio y la capacidad negociadora ha estado ausente, parece que el único camino viable es el del rearme. Los padres fundadores, como Alcide De Gasperi, partidario de la creación de un ejército común europeo, se ponen en entredicho para justificar iniciativas muy distintas, que no ven a la Unión Europea como protagonista, sino a cada uno de los Estados por separado.

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Se vuelve a hablar de "paraguas nuclear" y de "disuasión", lo que revive los peores escenarios de la Guerra Fría, pero en un clima de mayor inestabilidad e incertidumbre que el del siglo pasado, con el abismo de una Tercera Guerra Mundial cada vez más presente en el horizonte. En los últimos años, con lucidez profética, el Papa Francisco ha visto acercarse el peligro. Sus palabras son iluminadoras para comprender el momento que vivimos. Démosle voz a él, que como paciente del Hospital Gemelli ofrece sus sufrimientos y sus oraciones por la paz en el mundo.

"Es un hecho", había dicho Francisco en noviembre de 2017, "que la espiral de la carrera armamentista no conoce descanso y que los costes de modernización y desarrollo de las armas, no sólo nucleares, representan una partida considerable de gastos para las naciones, hasta el punto de tener que poner en segundo plano las verdaderas prioridades de la humanidad que sufre: la lucha contra la pobreza, la promoción de la paz, la realización de proyectos educativos, ecológicos y sanitarios y el desarrollo de los derechos humanos... Los armamentos que tienen como efecto la destrucción del género humano son incluso ilógicos en el plano militar".

En noviembre de 2019, desde Nagasaki, ciudad mártir de la bomba atómica, el Obispo de Roma declaraba: "Uno de los anhelos más profundos del corazón humano es el deseo de paz y estabilidad. La posesión de armas nucleares y de otras armas de destrucción masiva no son la respuesta más acertada a este deseo; es más, parecen continuamente ponerlo a prueba. Nuestro mundo vive la perversa dicotomía de querer defender y garantizar la estabilidad y la paz en base a una falsa seguridad sustentada por una mentalidad de miedo y desconfianza, que termina por envenenar las relaciones entre pueblos e impedir todo posible diálogo".

Y añadía: "La paz y la estabilidad internacional son incompatibles con todo intento de fundarse sobre el miedo a la mutua destrucción o sobre una amenaza de aniquilación total; sólo es posible desde una ética global de solidaridad y cooperación al servicio de un futuro plasmado por la interdependencia y la corresponsabilidad entre toda la familia humana de hoy y de mañana".

También en noviembre de 2019, desde Hiroshima, Francisco recordaba, haciendo suyas las palabras del Papa Montini, que la verdadera paz sólo puede ser desarmada: «En efecto, si queremos realmente construir una sociedad más justa y segura, debemos dejar caer las armas de nuestras manos: “no se puede amar con las armas ofensivas en el puño” (San Pablo VI, Discurso a las Naciones Unidas, 4 de octubre de 1965, 5). Cuando nos entregamos a la lógica de las armas y nos alejamos del ejercicio del diálogo, nos olvidamos trágicamente de que las armas, antes incluso de causar víctimas y ruinas, tienen la capacidad de provocar pesadillas, «exigen enormes gastos, detienen los proyectos de solidaridad y de trabajo útil, alteran la psicología de los pueblos» (ibíd.). ¿Cómo podemos proponer la paz si frecuentamos la intimidación bélica nuclear como recurso legítimo para la resolución de los conflictos? Que este abismo de dolor evoque los límites que jamás se pueden atravesar. La verdadera paz sólo puede ser una paz desarmada".

La voz del Sucesor de Pedro, continuaba, es "la voz de aquellos cuya voz no es escuchada y que observan con inquietud y angustia las crecientes tensiones que recorren nuestro tiempo, las inaceptables desigualdades e injusticias que amenazan la convivencia humana, la grave incapacidad para cuidar nuestra casa común, el continuo y espasmódico recurso a las armas, como si éstas pudieran garantizar un futuro de paz".

A continuación, repudiaba no solo el uso sino también la posesión de armas nucleares que siguen llenando los arsenales del mundo con tal potencia que son capaces de destruir a toda la humanidad decenas de veces: “Con convicción, deseo reiterar que el uso de la energía atómica con fines de guerra es hoy más que nunca un crimen, no sólo contra el hombre y su dignidad sino contra toda posibilidad de futuro en nuestra casa común. El uso de energía atómica con fines de guerra es inmoral, como asimismo es inmoral la posesión de las armas atómicas, como ya lo dije hace dos años. Seremos juzgados por esto”. 

Según la Federación de Científicos Americanos, citada por el periódico "Domani", hay 290 ojivas atómicas en Europa bajo control francés y 225 en Gran Bretaña. Casi todas las ojivas atómicas - 88% - están en los arsenales de Estados Unidos y Rusia, más de 5.000 ojivas cada uno. En total, 9 países tienen bombas nucleares, además de los ya mencionados están China, India, Corea del Norte, Pakistán e Israel. Actualmente existen misiles balísticos capaces de desatar un poder destructivo mil veces superior al de las bombas lanzadas sobre Hiroshima y Nagasaki en 1945. Uno se pregunta: ¿realmente necesitamos aún más armas? ¿Es ésta realmente la única manera de defendernos?

"En la convicción de que un mundo sin armas nucleares es posible y necesario, pido a los responsables políticos que no olviden que éstas no nos defienden de las amenazas a la seguridad nacional e internacional de nuestro tiempo"

"La Iglesia católica", dijo el Papa Francisco en Nagasaki hace seis años, "está irrevocablemente comprometida con la decisión de promover la paz entre los pueblos y las naciones: es un deber por el que se siente obligada ante Dios y ante todos los hombres y mujeres de esta tierra... En la convicción de que un mundo sin armas nucleares es posible y necesario, pido a los responsables políticos que no olviden que éstas no nos defienden de las amenazas a la seguridad nacional e internacional de nuestro tiempo".

Petición · Queremos paz en el mundo. No guerra entre países. - México ·  Change.org

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