La Santa Sede confirmó hoy que se pospone "sin fecha" el viaje que el papa Francisco tenía previsto hacer a Malta el 31 de mayo y con el que iba a poner en primera línea la problemática de los migrantes.

La suspensión se suma así a una larga lista de cancelaciones, eventos pospuestos y reorganizados desde que la pandemia del Covid-19 empezó a circular en Italia y el mundo.

Se trata de una serie de contratiempos que no solo va sin lugar a dudas a redefinir el cronograma pontificio para 2020, sino que también amenaza con dejar un "efecto arrastre" para un 2021 en el que los cuatro grandes países católicos que el Papa aún no ha visitado (Argentina, España, Francia y Alemania) soñaban con ver a Jorge Bergoglio en sus tierras. Y que ahora parece un poco más difícil.

Cumbre de Asís y Pacto Educativo

El primer gran evento que el Vaticano debió cancelar fue la cumbre de tres días sobre Economía en Asís, pensada para el 26 al 28 de marzo, pospuesta para, si las condiciones lo permiten, octubre.

La misma suerte corrió el Pacto Educativo Global, el megaevento que con su fundación Scholas Occurrentes a la cabeza Bergoglio había pensado para tender puentes entre el mundo de la educación y la sociedad.

Si bien nunca había sido confirmado oficialmente, era una cuestión de semanas que se hiciera oficial el viaje de Francisco a Indonesia, Nueva Guinea y Timor, una peregrinación immportantísima que iba a suponer al mismo tiempo su llegada al país con mayor número de musulmanes en el mundo y también su primera visita a Oceanía, en un inédito viaje a dos continentes. Pensado para la primera semana de septiembre, las chances de mantenerlo son casi remotas, especialmente porque esta semana debía partir desde Roma la avanzada de seguridad y ceremonial que iba a dar los detalles definitivos de la agenda.

El contacto diario y permanente con los fieles

Francisco es quizás el líder con mayor poder de convocatoria a nivel mundial, considerando sus dos encuentros semanales con decenas de miles de fieles. La suspensión de las audiencias generales de los miércoles y de los Ángelus del domingo "hasta nuevo aviso" no solo puede crear un efecto negativo sobre toda la industria del turismo religioso de Roma, sino que también priva al pontífice de uno de sus grandes tanques de reserva de energía: el contacto diario y permanente con los fieles.

La decisión de televisar las audiencias y Ángelus, así como las misas de Santa Marta, confirman la decisión del Pastor Bergoglio de no alejarse de ese pueblo con el que establece un doble canal de ida y vuelta. Es la "Iglesia en salida" en tiempos de streaming y coronavirus.

Rezar por todos

Pero es también la marca de la preocupación de un pontífice que va dedicando el inicio de sus homilías matutinas a un grupo humano distinto cada día: así ha rezado por los enfermeros y los presos, por las autoridades y los ancianos, entre otros.

Pero es también la marca de la preocupación de un pontífice que va dedicando el inicio de sus homilías matutinas a un grupo humano distinto cada día: así ha rezado por los enfermeros y los presos, por las autoridades y los ancianos, entre otros.