La Justicia vaticana volvió a dilatar el inicio "en plenitud" del proceso al cardenal Becciu y a los otros cinco imputados que quedan en el proceso por supuestas irregularidades financieras. En un juicio que aparece cada vez más entreverado, el presidente del Tribunal Vaticano, Giuseppe Pignatone, decidió hoy ordenar la transcripción de los interrogatorios en video del exfuncionario de la secretaría de Estado Alberto Perlasca, figura clave de la investigación, y retomar las audiencias el 25 de enero. 

Pero en el proceso en el que también quedan como imputados Tommaso Di Ruzza, Enrico Crasso, Gianluigi Torzi, Cecilia Marogna, René Brullhart todos los tiempos parecen destinados a alargarse. Por eso desde el propio tribunal ya adelantaron que la próxima sera una audiencia "de mero tránsito" una vez más. "Espero que sea la última", planteó con resignación hoy Pignatone tras la sesión de apenas diez minutos.

El 10 de enero, según lo dispuesto por el Tribunal, deberán quedar transcritas las 115 horas de conversaciones, contenidas en 53 DVDs, con los cinco interrogatorios a Monseñor Perlasca. 

Con Becciu, una vez más, como único de los seis imputados presentes, Pignatone dispuso hoy la transcripción de los interrogatorios de audio/video que marcan uno de los ejes centrales del proceso. Las desgrabaciones deberán estar listas el 10 de enero para que sean revisadas por un perito.

"El proceso necesita tiempo antes de entrar en tema", reconoció hoy Pignatone.

A través de una nota, la Oficina del Promotor de Justicia del Estado de la Ciudad del Vaticano agradeció hoy "la dialéctica ordinaria entre las partes, acusación y defensa, que confirma la solidez del sistema procesal, se reitera que todos los documentos fuente fueron depositados y se encuentran en el proceso. Sin embargo, hasta la fecha ninguno de los acusados ha solicitado consultar las copias forenses".

En la previa de la audiencia de hoy, Becciu recibió un duro revés en su batalla aparte con Perlasca: según publicó AdnKronos, la Justicia rechazó el pedido de embargo de 500.000 euros por daños y perjuicios a su acusador y antiguo ayudante. Más allá del golpe monetario, la decisión fortalece aún más a Perlasca como testig central del proceso.

Para el juez, Lorenzo Azzi, “del relato del demandante no se desprende ninguna conducta efectivamente lesiva” por parte de Perlasca.

La defensa de Becciu había pedido el embargo sobre Perlasca con acusaciones al ex ayudante del cardenal por supuestas amenazas a través de su amiga Genoveffa Ciferri, que estaría encargada de dañas la reputación del cardenal.