Entrevista al presidente de los obispos argentinos en el segundo aniversario de la 'encíclica de la pandemia' Óscar Ojea: "Fratelli Tutti es la culminación del magisterio de Francisco en la pandemia"
"Dos años después, lamentablemente, se han agudizado los desencuentros, las sombras en un mundo cerrado, como las llama el Papa en la encíclica, así como la cultura del descarte, el individualismo y ahora hemos entrado en una enorme pandemia emocional, donde la guerra es un partícipe importantísimo, una pandemia de crispación, de enojo, de odio"
San Francisco de Asís, el documento sobre la Fraternidad Humana y el Evangelio del Samaritano, ejes de la encíclica
La política "va a expresar claramente el rechazo a un capitalismo salvaje, que desprecia a la persona humana, que pone a la economía por encima de la persona y que ha reducido al hombre a ser una mercancía"
La política "va a expresar claramente el rechazo a un capitalismo salvaje, que desprecia a la persona humana, que pone a la economía por encima de la persona y que ha reducido al hombre a ser una mercancía"
Hernán Reyes Alcaide, corresponsal en el Vaticano
"Ha sido notable el magisterio del papa Francisco en la pandemia y, de alguna manera, Fratelli Tutti es la culminación de ese magisterio". El presidente de la Conferencia Episcopal argentina, Óscar Ojea, valoró la "vigencia" que ofrece la última encíclica de Bergoglio, que acaba de cumplir dos años desde su promulgación.
En declaraciones a RD, Ojea incidió que "Fratelli Tutti viene a culminar todo aquello que el Papa proponía: es decir, que de una crisis se tiene que salir mejor". Una encíclica que no puede ser entendida sin la pandemia, y sin el magisterio papal durante los meses más duros de la misma, como "las catequesis llamadas curar al mundo, sobre la Doctrina Social de la Iglesia; los sermones de Santa Marta, en la Misa diaria, que ofrecían un riquísimo material de meditación para poder transitar la crisis; y, sobre todo, el 27 de marzo de 2020, con el Papa solo en la Plaza San Pedro, dándonos una lección sobre la barca y la tempestad sosegada según el Evangelio de San Marcos".
Proyecto común en mitad de la 'pandemia de crispación' actual
Dos años después, lamentó el presidente de los obispos argentinos, "se han agudizado los desencuentros, las sombras en un mundo cerrado, como las llama el Papa en la encíclica, así como la cultura del descarte, el individualismo y ahora hemos entrado en una enorme pandemia emocional, donde la guerra es un partícipe importantísimo, una pandemia de crispación, de enojo, de odio".
Para el presidente de la CEA, "el llamado de Fratelli Tutti está más vigente que nunca. Un llamado a construir un proyecto común, una convivencia armónica, que incluya a todas las diferencias y diversidades, sean religiosas, culturales y sociales. Somos hermanos".
Los tres ejes de la encíclica
Además, Ojea planteó los tres 'ejes' de Fratelli Tutti. "Uno es San Francisco de Asís, del que se están conmemorando 800 años de su visita al Sultán, que significó entrar en contacto con los musulmanes que en esa época eran la cultura opuesta, y que haciéndose pobre se hizo un hermano universal", explicó.
Otro "ha sido el histórico encuentro con el Gran Imán de Al Aazhar, Ahmed al-Tayab, en Abu Dabi, en el que produjeron un documento sobre la fraternidad humana, la paz mundial y la convivencia común", planteó Ojea sobre la reunión del pontífice y la máxima autoridad del Islam sunita de 2019 que produjo una declaración en la que "se comprometen a asumir la cultura del diálogo como camino, la colaboración como conducta, el conocimiento recíproco como método y criterio".
"Esto está más vigente que nunca: el Papa ha redoblado los esfuerzos para que las religiones puedan unirse la servicio de la paz. El último encuentro en Kazajistán es un ejemplo claro de cómo las religiones pueden coadyuvar al proceso de paz", agregó Ojea.
Finalmente, el tercer fundamento de la encíclica es "el Evangelio, que está más vigente que nunca y nos trae ese nuevo paradigma que el Papa sintetiza en la parábola del buen samaritano, el del encuentro con un extraño en el camino".
"Caminamos juntos, nos encontramos como en este caso con un extraño y sin embargo el buen samaritano se detiene, entrega su tiempo, descubre aquello que lo une al hermano caído en su humanidad, descubre la auténtica fraternidad y por eso mismo es que después del encuentro, sin duda alguna, los dos salen transformados", profundizó sobre la parábola citada de forma recurrente por el Papa.
La Humanidad, por encima de todo
"Recordemos que el relato de Caín y Abel es como si fuera el relato originario de toda guerra", argumentó sobre el pasaje bíblico y planteó que "refleja lo que estamos viviendo en este tiempo: un culto a la libertad que no conlleva a la responsabilidad" así como "un culto al individuo que no contiene en sí mismo la responsabilidad sobre la vida del hermano".
"Y Fratelli Tutti es un llamado a poder encarnar en nuestra vida la humanidad por encima de todo", convocó Ojea, "en un momento en que la humanidad está sedienta de paz", reflexionó.
"La encíclica papal Fratelli Tutti es un llamado a poder encarnar en nuestra vida la humanidad por encima de todo", afirmó Ojea. La encíclica, según el religioso, retoma la necesidad de "ir trabajando en una enorme apertura a lo diverso, en donde se pueda conjugar todo el sabor local con la necesidad de la paz y la fraternidad universal, redescubrir el valor de la solidaridad, del destino común de los bienes, atender las situaciones desesperantes de hermanos nuestros como aquellos que tienen que estar sometidos a migraciones forzadas, y que son rechazados en los lugares a los que acuden".
Se trata, agregó, de "situaciones tremendas que vive el mundo a las que nadie tiene derecho a dar la espalda, porque somos todos partícipes de un destino común".
"Al mismo tiempo, esta ansia de diálogo se va a expresar en la participación en la política, entendida como la mejor política, la más noble de las artes, vinculada con la caridad y la búsqueda del bien común".
Fraternidad vs populismo
Una política, en definitiva, que "va a expresar claramente el rechazo a un capitalismo salvaje, que desprecia a la persona humana, que pone a la economía por encima de la persona y que ha reducido al hombre a ser una mercancía".
La fraternidad y la buena Política, agregó Ojea, "se opone también a un populismo que aprovecha circunstancias, necesidades que vive la población para ser explotados por intereses individuales, por conveniencias particulares".
"Por eso el Papa condena con claridad a todos los populismos: esta necesidad de diálogo se expresa también en la búsqueda a través de una política que se pueda expresar como una forma del amor, como una forma del amor social, a que volvamos a tener aprecio por el trabajo en favor de la cosa pública, del bien público", finalizó.
Boletín gratuito de Religión Digital
QUIERO SUSCRIBIRME
Etiquetas