Un pastor con sombrero y cayado La paz armada, compañeros

No criticó a la Iglesia, pero la quiso verdadera y auténtica, al estilo del maestro de Nazaret. Su vara y su cayado ha sosegado a los cansados y agobiados por la injusticia y la pobreza.

Orar con Casaldaliga en su muerte...
El poema de Casaldáliga con el que recé, soñé, y que nunca conquisté. Me sigue emocionando y llamando su son de amor y batalla:
Será una Paz Armada, compañeros
Será toda la vida esta batalla
Que el cráter de la carne solo calla
Cuando la muerte acalla sus braseros
Sin lumbre en el hogar, y el sueño mudo
Sin hijos, las rodillas y la boca
a veces sentirán que el hielo toca.
La soledad les pesará a menudo
No es que dejés el corazón sin bodas
Habrás de amarlo todo, todos, todas
Discípulos de aquel que amo primero
Perdida por el Reino y conquistada
Será una paz tan libre como armada
Será el amor, amado a cuerpo entero
Padre Pedro Casaldáliga
Me encanta la mirada  teológica de Leonardo Bof sobre su figura:
"Cuando los tiempos actuales perturbados hubieren pasado, cuando las desconfianzas y mezquindades hubieren sido engullidos por lo vorágine del tiempo, cuando miremos para atrás y consideremos los últimos decenios del siglo XX y los comienzos del siglo XXI, identificaremos una estrella en el cielo de nuestra fe, rutilante, después de haber parado nubes, soportando oscuridades y encendido tempestades: es la figura simple, pobre, humilde, espiritual y santa de un obispo que, extranjero, se hace compatriota, distante se hace prójimo y prójimo se hace hermano de todos, hermano universal: Don Pedro Casaldáliga".
(Leonardo Boff)

La imagen puede contener: una o varias personas y personas sentadas

Y me consuela su propia definición vital y apasionada:
"Voy a pasar la vida más o menos inútil, más o menos poeta. No habré tenido un hijo. No habré sido magnate ni gerente de lucros, ni albañil o mecánico. Habré plantado unos contados árboles y habré escrito unos libros, muchas cartas, hojas hijos al viento. Procura que la Gracia y la Ternura llenen de vino nuevo ... tu ánfora de barro. Dios mide a su manera la eficacia. Ama a todos los hijos de los hombres. Di tus palabras como las semillas que mueren pero brotan. Haz de tu corazón célibe solo un ambulante hogar desatrancado, una lona de circo bullanguero. Deja las digitales de tus pies peregrinos como besos en llama solidaria sobre la carne de la Madre Tierra. Posa tus ojos, tibios ya de ocaso, como lumbres de aceite, acurrucadas en la vigilia universal del Tiempo ”
(Confesiones, Pedro Casaldàliga)

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