La guerra civil que tuvo lugar en la República Centroafricana hizo que el convento carmelita de Notre Dame du Mont Carmel en Bangui se convirtiera en diciembre de 2013 en un campo de refugiados para 10 mil desplazados.
Desde este mes de enero, un proyecto financiado por el Alto Comisionado para los Refugiados de las Naciones Unidas, en cooperación con el Gobierno de la República Centroafricana y otros partner, ha permitido a los refugiados poder regresar por fin a los barrios de la ciudad y reanudar una vida normal.
Cada familia ha recibido una pequeña ayuda económica con la única condición de llevarse todas sus pertenencias a su nueva residencia, desmontar su tienda de campaña y abandonar el campo.
Todo esto ha sido posible no sólo por el pequeño incentivo económico, sino sobre todo por la situación de paz y seguridad que ahora se ha creado en la capital. Este nuevo clima ha alentado a los refugiados a dar el paso y empezar una nueva vida en sus barrios de origen o en otros barrios de la ciudad.
Si la situación ha mejorado notablemente en la capital, todavía no ha sucedido lo mismo en otras partes del país, como Bocaranga o Bambari. Pequeños grupos de rebeldes siguen realizando acciones criminales que causan víctimas inocentes, sembrando el miedo y obligando a la población a abandonar las aldeas.