En la primavera árabe de Egipto el remedio fue peor que la enfermedad
La primavera árabe trajo graves persecuciones a los cristianos, asegura David Tawfik, copto ortodoxo, que recuerda con horror el ascenso al poder de los Hermanos Musulmanes.
La tensión social se hizo insoportable. El Cairo se convirtió en una olla exprés. Los coptos dejaron de tener garantizada su protección y los ataques a las propiedades de cristianos eran diarios.
Lo peor llegó en el verano de 2013, cuando los militares dieron un golpe de Estado y expulsaron del poder a los Hermanos Musulmanes. Los cristianos fueron responsabilizados de su caída y se convirtieron en el blanco de las iras de los islamistas.
Aquel verano fue el infierno para los cristianos. Más de 80 iglesias fueron quemadas y centenares de comercios de propietarios coptos destrozados. También inmuebles farmacias, escuelas, coches, despachos y propiedades de cristianos.
David Tawfik copto ortodoxo cuenta así lo ocurrido en su entorno familiar:
Mi madre vendió su tienda de ropa a un hombre que luego nos enteramos que pertenecía a los Hermanos Musulmanes. En el cheque de la venta no había fondos. Le dije que le denunciaría y él dijo que me asesinaría. A mi hermana la agredieron e intentaron violarla. Estuvo meses con tratamiento psicológico. Con posterioridad, me quemaron el despacho…. Y además, la Policía no garantizaba la protección de los cristianos. Por eso nos fuimos. Yo estoy en España y el resto de mi familia en Alemania. No volveremos a mi país.
Dejaron todo por su fe: su trabajo, su país…
Al ser preguntado si lo volvería a hacer responde así:
Sí. Y lo haría con mucha alegría. Ya lo decía Jesús en el Evangelio de san Juan: «Si el mundo os aborrece, sabed que me aborreció a mí antes que a vosotros».