Folklore, santos patronos, bendición de cosechas y vírgenes marineras Las festividades culturales y religiosas que echaremos de menos este verano en España
De la noche de San Juan y sus petardos, a la Semana Grande en Bilbao, que venera a la Virgen de Begoña en agosto, el verano español tradicionalmente se llena de verbenas, procesiones y romerías
Tras la crisis sanitaria, la ‘nueva normalidad’ trae ganas ampliadas de celebrar y dar gracias, pero seguramente la mayoría de las fiestas patronales no puedan vivirse como de costumbre, obstaculizadas por las necesarias restricciones
El barrio de Vallecas, obrero y en el sur de una ciudad sin mar, organiza cada año la llamada “Batalla Naval”, en la que los vecinos se lanzan agua por el día de la Virgen del Carmen
En Anguiano, Rioja, se procesiona con coloridos trajes tradicionales y zancos junto a la imagen de Santa Magdalena, su patrona
El barrio de Vallecas, obrero y en el sur de una ciudad sin mar, organiza cada año la llamada “Batalla Naval”, en la que los vecinos se lanzan agua por el día de la Virgen del Carmen
En Anguiano, Rioja, se procesiona con coloridos trajes tradicionales y zancos junto a la imagen de Santa Magdalena, su patrona
De la noche de San Juan y sus petardos, a la Semana Grande en Bilbao, que venera a la Virgen de Begoña en agosto, el verano español tradicionalmente se llena de verbenas, procesiones y romerías. Festividades en las que se funde el trasfondo religioso con la fiesta, el folklore, el interés turístico… y las ceremonias de agradecimiento por lo que el verano tiene de vida y recolección, después del invierno y la siembra.
Este año, tras la crisis sanitaria, la ‘nueva normalidad’ trae ganas ampliadas de celebrar y dar gracias, pero seguramente la mayoría de las fiestas patronales no puedan vivirse como de costumbre, obstaculizadas por las necesarias restricciones de la pandemia. Sin ir más lejos, la procesión y romería del santuario de O Corpiño, que tendrían lugar mañana, se han suspendido y solo podrán acercarse a visitar a la Virgen hasta 350 fieles, con mascarilla y toma de temperatura.
Julio agrícola y marinero
Del día 7, festividad de San Fermín, al 29, cuando en As Neves se celebra la romería más antigua de Galicia para agradecerle la superación de enfermedades a Santa Marta de Ribarteme, el mes de julio destaca por acontecimientos culturales y festivos en torno a la bendición de cosechas y las vírgenes marineras. La Virgen del Carmen, que recibe estas conmemoraciones, se celebra el 16 de julio incluso en lugares tan insospechados como Vallecas, que consagra sus fiestas a la que llama la “Carmela”. El barrio, obrero y en el sur de una ciudad sin mar, organiza cada año la llamada “Batalla Naval”, en la que los vecinos salen a las calles y, además de compartir música y reivindicaciones sociales, festejan el elemento vital lanzándose agua con cubos, botellas, pistolas de agua… Algo así como lo que ocurre cada 29 de junio en la ‘Batalla del Vino’ de Haro, en La Rioja.
Normalmente celebrada del 21 al 23 de julio, en esa misma provincia tiene lugar la ‘Danza de los zancos’ (Anguiano, La Rioja). La cita aúna la carga religiosa y el folklorismo, rindiendo homenaje a Santa Magdalena, patrona de Anguiano. Los jóvenes participan en un desfile y lo hacen subidos a unos zancos que recuerdan el trabajo de sus ancestros, que con ellos atravesaban los ríos y valles nevados de la zona. Procesionan con coloridos trajes tradicionales junto a la imagen de la santa y concluyen la ceremonia lanzándose cuesta abajo, hasta dar a parar enfrente de la iglesia.
Por su parte, desde el 23 de julio se celebra en Ciudad Real ‘La Pandorga’, festividad castellano-manchega que tiene sus orígenes en una ofrenda de flores y frutos del campo a la patrona de la localidad, la Virgen del Prado. Celebración, en definitiva, del mundo agrícola, la fiesta ha ido evolucionando e incorporando juegos que atraen a los turistas más jóvenes, como la ‘Zurra’, batalla de sangría.
Pero tal vez la fiesta más relevante de julio sea el 25, día de Santiago, patrón principal de España. Los fuegos artificiales la noche del 24 y la llamada ofrenda del apóstol, protagonizada por el botafumeiro de la catedral, al día siguiente (también Día de Galicia) homenajean al compañero de Jesús martirizado en Jerusalén. Hijo de una prima de la Virgen María, la leyenda de Santiago es extensísima. Cuenta la tradición que llegó a la Península Ibérica con el objetivo de evangelizarla, y que, cuando sentía que había fracasado en su misión, a la altura del territorio zaragozano se le apareció la Virgen sobre un pilar, que le prometió que la fe cristiana prosperaría sobre esas ciudades.
También se dice que, después de ser decapitado, sus seguidores rescataron su cuerpo y se lo llevaron en barca, encomendándose a la providencia, que les llevó a desembarcar en el puerto de Iria Flavia, más allá de Portugal. Así habría vuelto Santiago a Galicia, fundiéndose sus restos con una roca, que se transformó en sarcófago. Desde entonces la ciudad le rinde tributo con fiestas de pastores, ganaderos y campesinos, que le invocan para tener una buena cosecha de manzanas. Y por supuesto con peregrinaciones a su tumba, que se aposentó en el terreno que marcó una estrella que se apareció (de ahí Compostela: Campus Stellae).
Las vírgenes de agosto
Antes de la famosa Virgen de La Paloma, homenajeada el 15 de agosto en Madrid a fuerza de chotis y zarzuela, la segunda semana de agosto tienen lugar en Huesca las fiestas consagradas a su patrón, San Lorenzo. Las estrellas fugaces del 10 de agosto, conocidas como 'lágrimas de San Lorenzo', sí que podrán contemplarse también en la nueva normalidad, y les podrá pedir deseos quien no prefiera rezar a este santo originario, según la tradición, de esta región española.
En el siglo III, Lorenzo, un joven diácono, fue llamado a la corte papal por Sixto II. Al ir a ser conducido al martirio, el Papa le pidió que entregase los tesoros que custodiaba la Iglesia, pero Lorenzo los vendió, repartió las ganancias entre los pobres de la ciudad y dijo a quien después le torturaría: “He aquí nuestros tesoros, los puede encontrar en cualquier lugar”. Famoso por esa voluntad de amar a los desvalidos, San Lorenzo es venerado desde tiempos de Constantino. Por haber sido martirizado sobre una parrilla (con carbones encendidos) se le considera algo así como el bombero del santoral, y se cree que cada viernes desciende al Purgatorio para salvar de las llamas un alma.
Otros lugares peninsulares se agitan festiva y piadosamente durante el mes de agosto. Del Misteri de Elche (un drama cantado de origen medieval, que se representa en la Basílica de Santa María el 14 y 15 de agosto) a los castells de Villafranca del Penedés en la festividad de San Félix (30 de agosto), declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Y otras cientos de fechas alrededor del planeta llevan desde la Edad Media bendiciendo la cosecha (fiesta de los frutos rojos en Noyon, Francia, por ejemplo) o la captura de la pesca (festival de la Sardina de Skala Kalloni, Lesbos, Grecia) con bailes tradicionales, canciones, flores, procesiones y comidas compartidas.