En una tertulia de café, se hablaba de las dietas para adelgazar, mantenerse en línea. Uno de los presentes dijo: yo hago dieta durante la cuaresma por motivos religiosos. Alguien exclamó: Baya tontería. ¡Qué puede importar a Dios que tu comas o dejes de comer, comas esto o aquello! El aludido replicó: No sé si a Dios le interesa o no. Gestos como éste con los que doy una dimensión humana a mi fe, hacen palpable mi relación con una persona que también ayunó, estuvo triste y disfrutó de la compañía de sus amigos. Hay cosas más importantes, le contestaron. Sin duda, pero lo más no puede hacernos pasar por alto lo menos. Lo más importante es el amor al hermano, dijo Él. Pero estas cosas pequeñas, a mí y a mucha gente con la que hablo de ello, nos ayudan a fortalecer la fe que nos lleva a hacer lo posible por ayudar a los hermanos. La relación con Dios, como toda relación personal, debe de tener una dimensión individual.