A la salida de misa, los aldeanos dialogaban de esta guisa: “Mucha gente que tiene asco de limpiar el culo a sus hijos cuando se cagan (si pueden tienen criados para que se lo limpien), luego los encierra en mayor tiempo posible en un colegio (mas tarde, si puede los envía a un internado) y encierran a sus padres residencias pudiendo tenerlos en casa, tienen perros para combatir su soledad y les limpian cariñosamente el culo, los visten, les riñen si olisquean una mierda, si los perros corren detrás de una perra en celo o si la perra `de aquella manera´ busca un macho. Viven con monos, duermen con perros, tiene serpientes. Los más progres casan a los perros y les hacen un DNI. ¿Les habrán preguntado si quieren casarse y tener un DNI? Hablan de las diferencias, piden que todo el mundo acepte a todo el mundo, lo cual es lo más lógico y natural, al tiempo que tratan de borrar las diferencias entre animales y humanos. Estas gentes no respetan a los animales”. Alguien me dijo: escribe esto y publícalo.  Respondí: “¡Me crucificarían! Y me dirían: los aldeanos no sabéis tratar a los perros, Además, no sé hasta qué punto enfermedades como la del mono se debe al contacto físico de los humanos con animales. Entonces recordé que muchos de estos grupos animalistas, cuando estaba de moda hablar de los transgénicos, sacaron a colación aquel dicho: “natura non facit saltus”.