Lo terrible de la belleza

El poeta no habla del volcán, pero yo viendo lo sublime de las imágenes trasmitidas por televisión y pensando en el terror y en el pánico de las gentes que habitaban cerca de las bocas del dragón que vomitan fuego recordé los primeros versos de la elegía de Rilke. “¿Quién, si yo gritara, me oiría desde las jerarquías / de los ángeles, y aún el caso de que uno me cogiera / de repente y me llevara junto de su corazón: yo perecería por su / existir más potente. Porque lo bello no es nada / más que el comienzo de lo terrible, justo lo que / justo nosotros podemos soportar / y lo admiramos tanto porque él, indiferente, desdeña / destruirnos…”.  La belleza que a mí me maravilla no es más que el inicio de lo terrible para los habitantes que pueden tocarla  con la mano.

Volver arriba