(Diócesis de San Sebastián).- El obispo de San Sebastián, Mons. Fernando Prado, ha manifestado su voluntad de que todos los agentes de pastoral y colaboradores de la diócesis participen en un curso de formación esencial para prevenir y proteger a los menores y personas vulnerables frente a posibles abusos, que forma parte del programa “Arduratuz”.

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Este curso, que comenzará a mediados de noviembre, ha sido diseñado por la Oficina Interdiocesana de Protección al Menor en coordinación con el Centro de Orientación Familiar (COF), y será obligatorio para todos los sacerdotes, agentes de pastoral, agentes educativos y trabajadores de Caritas, entre otros.

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Como explica el Obispo en su carta: “Una de las responsabilidades importantes del obispo diocesano es la de proteger y asegurar el bien común de los fieles, especialmente de aquellos amados con predilección por Jesús: los más pobres y necesitados, los menores, los que habitualmente tienen un uso imperfecto de razón y aquellos otros a los que el derecho reconoce igual tutela; todo ello es parte integrante fundamental de la misión de la Iglesia”.

El curso será certificado y tiene como objetivo formar a los miembros de la Iglesia en la prevención de abusos, proporcionando las herramientas necesarias para reconocer y actuar frente a situaciones de riesgo. Este esfuerzo se enmarca dentro del compromiso de la Diócesis de San Sebastián de seguir dando pasos concretos para profundizar en la prevención de abusos y socializar buenas prácticas.

“En San Sebastián hemos querido desarrollar un sencillo programa básico de prevención, denominado ‘Arduratuz’, que quiero que se extienda a toda la diócesis. (…). Es mi deseo que todos los sacerdotes y agentes de pastoral de las parroquias, curia y colegios (…) realicéis este curso y certifiquemos así que en la Iglesia de Gipuzkoa seguimos dando pasos concretos y reales para profundizar en la cuestión de los abusos”, enfatiza el Obispo.

Se ha preparado un curso específico para cada uno de los grupos: sacerdotes, agentes de pastoral y colaboradores de parroquias, trabajadores de la curia y de Cáritas, profesores de religión católica de las escuelas públicas y agentes educativos. Este esfuerzo integral está alineado con la misión de la Iglesia de proteger a las personas más vulnerables y de asegurar espacios seguros dentro de la comunidad eclesial.

El Obispo concluye su carta manifestando que “Pedir perdón por lo sucedido en la Iglesia es necesario, pero no es suficiente. Es importante nuestro compromiso con un futuro sin abusos y empeñarnos en ello con los medios que tenemos a nuestra disposición”.

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Puedes leer aquíla carta completa del Obispo