El arzobispo de Mérida-Badajoz presidió la eucaristía en Guadalupe en el Día de Extremadura Carballo: “Extremadura es una tierra bendecida por Dios, pero muchas veces marginada por los hombres”
Guadalupe ha sido el epicentro de las celebraciones religiosas de este fin de semana, entre el 6 y el 8 de septiembre. D. José Rodríguez Carballo, arzobispo de Mérida-Badajoz, presidió el viernes 6, solemnidad de la Virgen de Guadalupe, la misa del Patronato, concelebrada por D. Ángel Rubio, obispo emérito de Segovia, y natural de Guadalupe. D. José había asistido antes a la ofrenda floral organizada por las Damas de Guadalupe
La Eucaristía estuvo concelebrada por el arzobispo de Toledo, D. Francisco Cerro, (bajo cuya jurisdicción está Guadalupe)
Iinvitó a las instituciones religiosas, sociales y políticas de Extremadura “a caminar juntos” y a “soñar juntos” por “una sociedad más humana, más justa y en la que no haya ciudadanos de primera y segunda clase
Iinvitó a las instituciones religiosas, sociales y políticas de Extremadura “a caminar juntos” y a “soñar juntos” por “una sociedad más humana, más justa y en la que no haya ciudadanos de primera y segunda clase
(Mérida-Badajoz).- El día 8 de septiembre, fiesta popular de la Virgen de Guadalupe y Día de Extremadura, el Arzobispo de Mérida-Badajoz presidió la misa pontifical, siendo la primera vez que lo hacía un obispo de una diócesis extremeña. En su homilía, D. José Rodríguez Carballo habló de la alegría: “No hay lugar para cristianos tristes […] Que nadie nos robe la alegría de ser discípulos y misioneros de Jesús” y recordó la visita que realizó a ese mismo lugar el papa Juan Pablo II en el año 1982.
En este día de fiesta regional, D. José denunció que “Extremadura es una tierra bendecida por Dios, pero muchas veces marginada por los hombres, como se puede ver en las comunicaciones y en el campo” y enumeró algunos de los problemas de nuestra tierra, como “la falta de trabajo, sobre todo, en los jóvenes, obligados a marcharse”, la baja natalidad, que lleva a una población envejecida, y la violencia de todo tipo, también de la de género".
Por todo ello, el Arzobispo de Mérida-Badajoz pidió a la Virgen María que “nadie nos robe la esperanza para tener una sociedad justa. Además, invitó a las instituciones religiosas, sociales y políticas de Extremadura “a caminar juntos” y a “soñar juntos” por “una sociedad más humana, más justa y en la que no haya ciudadanos de primera y segunda clase.
D. José también tuvo palabras de cariño para los numerosos peregrinos que estos días han ido llegando hasta los pies de la patrona de los extremeños.
La Eucaristía estuvo concelebrada por el arzobispo de Toledo, D. Francisco Cerro, (bajo cuya jurisdicción está Guadalupe), el arzobispo de Granada, D. José María Gil Tamayo (natural de nuestra diócesis), los obispos de las diócesis de Coria-Cáceres y Plasencia, D. Jesús Pulido y D. Ernesto Brotóns, respectivamente, el obispo emérito de Segovia, D. Ángel Rubio, y el obispo emérito de Albacete, D. Ciriaco Benavente. Además, de nuestra diócesis concelebraron varios vicarios, entre ellos el Vicario general, y el canciller-secretario.
Antes del inicio de la Eucaristía, D. José Rodríguez Carballo saludó a María Guardiola, presidenta de la Junta de Extremadura, y a Guillermo Fernández Vara, expresidente del ejecutivo regional y, actualmente, vicepresidente del Senado.