Inició su pontificado en 2014 pidiendo a la Virgen de los Desamparados ayuda "para ser obispo, padre, pastor y hermano de los pobres" Cardenal Antonio Cañizares: Ocho años de impulso evangelizador en Valencia
Antes de tomar posesión como Arzobispo de Valencia, el 4 de octubre de 2014, el cardenal Antonio Cañizares le pidió a la Virgen de los Desamparados ayuda “para ser obispo, padre, pastor y hermano de los pobres” en esta Archidiócesis
Inmigrantes, desempleados, refugiados, defensa de la vida, laicos, marginados y desamparados, prioridades del Arzobispo
La mayor colecta de la historia de la diócesis, con más de 1,2 millones de euros, para Ucrania
Ocho años después de la toma de posesión, la Iglesia en Valencia camina con el impulso evangelizador del cardenal Cañizares que ha promovido numerosas iniciativas en el seno de la Archidiócesis y para toda la sociedad valenciana
La mayor colecta de la historia de la diócesis, con más de 1,2 millones de euros, para Ucrania
Ocho años después de la toma de posesión, la Iglesia en Valencia camina con el impulso evangelizador del cardenal Cañizares que ha promovido numerosas iniciativas en el seno de la Archidiócesis y para toda la sociedad valenciana
| Archivalencia
Antes de tomar posesión como Arzobispo de Valencia, el 4 de octubre de 2014, el cardenal Antonio Cañizares le pidió a la Virgen de los Desamparados ayuda “para ser obispo, padre, pastor y hermano de los pobres” en esta Archidiócesis. Desde Roma volvió a su tierra natal con un propósito claro: “servir y anunciar a Jesucristo porque en Él encontramos la paz, la reconciliación y la esperanza”.
Al comienzo de su pontificado nos invitó a “abrir de par en par nuestras puertas a Jesús, sin ningún miedo, y que en el centro de todo esté la Eucaristía”. Tendió la mano a todos, creyentes y no creyentes, con especial dedicación siempre a las personas vulnerables.
Ocho años después, la Iglesia en Valencia camina con el impulso evangelizador del cardenal Cañizares que ha promovido numerosas iniciativas en el seno de la Archidiócesis y para toda la sociedad valenciana. Ha sido un Arzobispo misionero en Perú, Chile y Ecuador; defensor de la vida y de la libertad educativa y religiosa; promotor de acciones para acercar el amparo de la Virgen a los enfermos y sus familias en pandemia; y de proyectos en favor de los inmigrantes y refugiados, en la crisis migratoria del Mediterráneo y en la reciente guerra en Ucrania.
También ha sido motor de la acción evangelizadora con la Gran Misión Diocesana y el Sínodo Diocesano, de la adoración eucarística y de un nuevo papel de corresponsabilidad para los laicos.
Cercanía y mano tendida a los afectados por la pandemia
En marzo de 2020 el mundo se paralizó por la pandemia de la COVID-19. En aquel contexto de confinamiento, miedo y dolor, el Arzobispo pidió a las familias convertirse en “Iglesia doméstica, con la luz de la Palabra de Dios en la unidad de la familia”. Fueron meses de solidaridad por parte de parroquias, congregaciones y movimientos religiosos.
En la memoria de todos, una imagen: el 10 de mayo de 2020 la Virgen de los Desamparados se asomó a su Plaza, desde la puerta de la Basílica, para acercarse a los valencianos el día de su fiesta. En las Fallas de 2021, por deseo del Arzobispo, la imagen “peregrina” recorrió en su “maremóvil” Valencia en señal de cercanía con los afectados por la pandemia. Y en algunos recorridos fue el copiloto. También el Viernes Santo, acompañando al Cristo de Medinaceli de la Semana Santa Marinera a residencias, cementerios, hospitales y a la cárcel de Picassent.
Y de Valencia, a toda la Diócesis: en mayo de 2021 tuvo lugar la visita extraordinaria de la “peregrina” a cien localidades. En diez días recorrió más de 3.000 kilómetros.
Fruto de la pandemia fue la Comisión Diocesana contra el Paro y por el Empleo Digno, para ayudar a las familias afectadas por el cierre de empresas, los despidos y las deudas:. Sindicatos y empresarios valencianos participaron en una Mesa por el diálogo social.
No fue la única acción en esa línea: en 2021 nace la Fundación Pauperibus, promovida por el cardenal Cañizares, para asistir a personas en situación de vulnerabilidad por la pandemia. Cuatro meses después, la Fundación recibió una aportación por parte de la Archidiócesis de más de 200.000 euros, 40.000 de ellos de donaciones particulares.
La mayor colecta de la historia de la Diócesis, para Ucrania
Tras estallar la guerra en Ucrania se creó una Comisión Diocesana a través de la cual el Arzobispado y Cáritas Diocesana sumaron esfuerzos para canalizar las ayudas de la Iglesia en Valencia. El resultado: la mayor colecta de la historia de la diócesis, con más de 1,2 millones de euros. Más de 700.000 euros fueron donativos directos a Cáritas y cerca de 500.000 euros, de la colecta extraordinaria convocada por el Arzobispo. Todo ello para las víctimas de la guerra. Además, la Archidiócesis fue, y sigue siendo, lugar de acogida y emergencia temporal para familias ucranianas.
La Iglesia no mira a otro lado: ‘Aquarius’ y crisis migratoria
El 17 de junio de 2018 llegaron en tres embarcaciones al Puerto de Valencia 630 inmigrantes desde el buque 'Aquarius' tras pasar ocho días en el Mediterráneo, dos de ellos a la deriva. El Arzobispo organizó un gabinete de urgencia para coordinar los recursos de la Iglesia en Valencia para acoger y asistir a “nuestros hermanos”, en palabras suyas. Esos medios fueron puestos, desde el primer momento, a disposición de las autoridades locales, autonómicas y del Gobierno de España.
La Diócesis acogió a 40 inmigrantes del ‘Aquarius’: 20 en la Ciudad de la Esperanza y 20 -familias con hijos menores a su cargo y varones adultos- en viviendas de Cáritas Diocesana. Tras esta iniciativa, el Papa Francisco felicitó y agradeció a la diócesis de Valencia “la prontitud y generosidad con que habéis reaccionado”.
También en 2015, la Diócesis abrió sus puertas a los inmigrantes y refugiados que, atravesando el Mediterráneo, huían de la persecución y los conflictos en Siria, Afganistán o Irak. El Arzobispo promovió la Comisión Diocesana de Ayuda a Refugiados y Cristianos Perseguidos, con Cáritas Diocesana de Valencia y diferentes órdenes y congregaciones religiosas. Recaudaron donativos, acogieron familias, organizaron vigilias de oración por todos ellos en parroquias y buscaron profesores de lengua y abogados para ayudar a los desplazados en el proceso de integración.
En febrero de 2016 la Comisión Diocesana envió 35.000 euros a Alepo, la ciudad más poblada de Siria que estaba sitiada por los bombardeos. No fue la única ayuda: en octubre de 2019 el Arzobispo entregó las donaciones recogidas por la Diócesis -más de 100.000 euros- para la campaña en favor de los cristianos perseguidos en Siria de la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada. Dicha campaña fue presentada en Valencia, dos meses antes, por el arzobispo sirio católico de Alepo, monseñor Antoine Chahda, que se reunió con el cardenal Cañizares, quien hizo un llamamiento a la Diócesis: “no podemos ser insensibles ante esta realidad”.
Iglesia presente en el mundo: personas sin hogar, menores y presos
“Una Iglesia presente en el mundo, con su responsabilidad propia en él, no puede estar ajena a los avatares de la política y de la sociedad en que vive”. De las palabras -del cardenal Cañizares- a los hechos: la Diócesis cuenta desde 2019 con un centro nocturno de acogida para personas sin hogar en Valencia, con 30 plazas, y una residencia hogar para menores de edad en Torrent, ambos gestionados por Cáritas.
También en estos ocho años con el cardenal Cañizares como titular de la Archidiócesis ha sido impulsada la labor de la Pastoral Penitenciaria en favor de los privados de libertad: en 2016 se puso en marcha en Valencia un piso hogar para acogida y reinserción social de internos en tercer grado y otro para mujeres en la misma situación.
Ejemplos de acciones de carácter social en estos años hay muchos. Sirva como ejemplo también la colecta extraordinaria convocada por el Arzobispo para los damnificados por la erupción del volcán Cumbre Vieja en la isla de La Palma: fueron enviados 166.000 euros de los donativos recogidos en las parroquias.
Por la educación en libertad y el derecho de los padres a elegir centro
En el ámbito educativo, la Iglesia en Valencia también ‘ha hecho los deberes’. Desde la creación en 2015 en Valencia de la Mesa por la Educación en Libertad, constituida por padres, centros educativos y sindicatos, hasta la reciente Junta por la Educación en Libertad, presidida por el cardenal Cañizares y formada por la Fundación de Colegios Diocesanos, Escuelas Católicas-CV, FCAPA-CV, y FECEVAL, los delegados de Enseñanza de las diócesis de la Comunitat Valenciana, la Universidad Católica de Valencia (UCV) y la Universidad CEU Cardenal Herrera.
Todos defienden los mismos derechos: la libertad de educación, el derecho de las familias a la libre elección del modelo educativo y pedagógico y del centro escolar y el derecho de los padres a que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que decidan.
De todas las acciones emprendidas destaca la campaña #Yoelijo, desarrollada inicialmente por 730 colegios valencianos, a la que se sumaron entidades y asociaciones del mundo educativo, cuyo Manifiesto Por la Educación en Libertad cruzó las fronteras de nuestra autonomía: se sumaron también Madrid, Aragón, Andalucía, Galicia y Murcia, entre otras.
Además, el Arzobispo ha impulsado la labor de los colegios diocesanos, cuya Fundación San Vicente Mártir cumplió 25 años en 2019- y la defensa de su identidad cristiana; el proyecto “Un verano diferente” para atender -en colegios diocesanos- a alumnos de familias con escasos recursos en verano; la labor de Escuelas Católicas de la Comunitat Valenciana (ESCACV), que agrupa a 300 colegios concertados; el trabajo desarrollado en la Facultad de Teología San Vicente Ferrer de Valencia, integrada desde 2021 en la Universidad Católica de Valencia (UCV) -que cuenta con nuevo rector, José Manuel Pagán, desde 2018, año en el que la institución académica cumplió 15 años; y la labor de la Universidad CEU Cardenal Herrera (CEU UCH).
De las palabras a los hechos: Un Arzobispo en tierras de misión
En 2017 la Archidiócesis asumió un compromiso misionero con dos Vicariatos Apostólicos de Perú: Requena y San José del Amazonas, los más pobres y necesitados cultural, económica y socialmente. Eso se traduce en ayuda económica y en el envío de sacerdotes, religiosos y seglares.
El compromiso misionero lo asumió, también, el Cardenal en persona. En julio de 2019 viajó, durante dos semanas, a misiones valencianas en Chile, Perú y Ecuador. Fue una experiencia intensa en la que, como pastor de la Iglesia valenciana, quiso conocer in situ la labor de los misioneros valencianos. Con ellos convivió y les escuchó.
Recorrió parroquias, grandes templos y pequeñas capillas en aldeas de difícil acceso -también en los Vicariatos asumidos-, algunas de ellas rehabilitadas con ayuda del Arzobispado de Valencia; visitó comunidades religiosas, centros sociales y de salud, colegios, una Universidad y un Seminario. Y tuvo muy presentes a los más vulnerables: estuvo con personas enfermas y, en Ecuador, fue a ver las casas reconstruidas tras el terremoto de 2016 y conoció a varias familias.
Grandes convocatorias impulsadas por el Cardenal
Durante su pontificado, y atendiendo a las prioridades pastorales, el cardenal Cañizares ha realizado grandes convocatorias para la Iglesia y la sociedad valencianas, entre ellas, la Gran Misión Diocesana inaugurada el pasado mes de septiembre, una gran acción evangelizadora que emprende toda la Diócesis, coincidiendo con el Año Jubilar Mariano por el Centenario de la Coronación de la Virgen de los Desamparados.
Según anunció el Cardenal en la apertura del Año Jubilar Mariano, “tenemos que emprender una misión popular diocesana -para impulsar iniciativas de renovación pastoral- que despierte y espabile a todos los cristianos”. En la Gran Misión Diocesana están llamados a ser misioneros los agentes de pastoral de las parroquias, catequistas, el Seminario y congregaciones religiosas, movimientos, colegios, universidades, asociaciones de fieles, culturales y voluntarios.
Asimismo, el Cardenal y los Obispos de la Provincia Eclesiástica Valentina han convocado para el próximo 14 de octubre un Rosario en Defensa de la Vida, en la Plaza de la Virgen, ante la reciente aprobación por el Parlamento de legislaciones que debilitan la defensa de la vida.
En la concentración se rezará un Rosario que dedicará cada uno de los cinco misterios a distintos ámbitos relacionados con la defensa de la vida: el aborto, la eutanasia, la violencia (ocasionada por la guerra, el terrorismo, los homicidios y suicidios), por la vida frente al hambre y las enfermedades que serían curables con nuestra ayuda y no son atendidas, y por la formación en la defensa de la vida, en la clase de religión y moral católica.
En la oración, además de los Obispos, participarán representantes de las distintas entidades y asociaciones valencianas que trabajan a favor de la vida y de la libertad religiosa.
Entre otras convocatorias figura también el Sínodo Diocesano, que convocó el Arzobispo en junio de 2019 para abordar los retos de una Iglesia que busca transformar la sociedad con una nueva cultura evangelizadora “con libertad, testigos de la fe y el Evangelio en la vida pública, en todas las esferas de la vida personal y social”, según expresó en su homilía. También abrió la fase diocesana del Sínodo Universal convocado por el papa Francisco en octubre de 2021, lo que fue “un día muy grande en comunión con el Papa para la revitalización de la Iglesia”.
También, grandes convocatorias han sido lanzadas a favor de la paz en el mundo, cuando han surgido conflictos a nivel internacional, como la guerra en Ucrania, con la invasión rusa. Ante esta tragedia, el cardenal Cañizares presidió en la Basílica de la Virgen, en enero de 2022, una eucaristía con el rezo de una oración por Ucrania y por la Paz sumándose así a la jornada propuesta por el Pontífice. El Cardenal pidió por la paz en Ucrania e invitó a los políticos y militares a “abrir las inteligencias y los corazones a la concordia”.
Tampoco nos podemos olvidar del Congreso Diocesano de Laicos, celebrado en noviembre de 2021 en el Palacio de Congresos de la capital, para “abrir un camino que ayude a acompañar y dinamizar el apostolado de los laicos en nuestra Diócesis”, y el desagravio en octubre de 2016 en homenaje a la Virgen de los Desamparados por la publicación en un cartel de una imagen de la Mare de Déu que, en palabras del Cardenal, “hiere profundamente los sentimientos de los católicos valencianos y de todos los hombres y mujeres de buena voluntad”.
Unidad y comunión con los Papas
La unidad y comunión del cardenal Antonio Cañizares con el papa Francisco, así como sus antecesores, Benedicto XVI y san Juan Pablo II, han sido clave en su pontificado.
En la última visita Ad Limina de los Obispos de la Provincia Eclesiástica de Valencia, realizada el pasado mes de enero, junto a las de Barcelona y Tarragona, el Cardenal agradecía al Pontífice su enseñanza “porque además de padre, hermano y pastor cercano, ha sido un maestro”. Tras el encuentro con el Santo Padre expresaba: “Hemos visto al Papa como es, el auténtico, transparente completamente”. Y si recordamos la toma de posesión de Antonio Cañizares como Arzobispo de Valencia, en 2014, el Papa aseguraba -en las Letras Apostólicas de su nombramiento- que el Arzobispo “está colmado de singulares dotes humanas, cristianas y sacerdotales”.
Además de otros encuentros y audiencias, en septiembre de 2019 fueron recibidos por el Papa el cardenal Cañizares y una delegación valenciana de sacerdotes en sus bodas de oro sacerdotales. “Después de 50 años como sacerdote no sé hacer otra cosa más que servir. Nuestra vida sacerdotal consiste en que ayudemos a todos a volver a Dios, ésa es la gran regeneración y reconstrucción que pide nuestro mundo”, aseguró el Arzobispo. En el encuentro, que se desarrolló en el Vaticano, el Pontífice mostró su afecto al Cardenal -se fundió en un emotivo abrazo con él-, además de con toda la delegación valenciana, y les agradeció su vocación de servicio en la Iglesia.
El Cardenal inició su ministerio episcopal al ser nombrado por san Juan Pablo II (pontificado de 1978 a 2005) obispo de Ávila en 1992; el mismo Pontífice le designó en 1996 arzobispo de Granada y en 2002 arzobispo de Toledo y Primado de España. En el centenario de su nacimiento en mayo de 2020, el Cardenal, al evocar sus recuerdos personales, lo definió como “gigante de la humanidad y al mismo tiempo, humilde, sencillo. No fue un político, sino un hombre de fe y de Dios que, por encima de todo, defendía al hombre porque Dios es el que defiende al hombre”.
Igualmente, palabras de gratitud y admiración siempre ha dedicado el Arzobispo de Valencia al papa Benedicto XVI (pontificado de 2005 a 2013), quien le creó cardenal en marzo de 2006 y en 2008 le nombró Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Como dice Antonio Cañizares, Benedicto XVI “es el Papa del amor y el Papa de la esperanza, el Papa de la verdad y el Papa que nos abre a un gran futuro”. “Hemos tenido como Papa a un hombre de Dios, un amigo fuerte de Dios”.
Nuevas delegaciones y entidades creadas por el Cardenal Cañizares
En su carta a la Archidiócesis de Valencia tras ser nombrado titular de ella por el Papa, el cardenal Cañizares expresaba que una de sus prioridades en su gobierno pastoral serían los sacerdotes. Y, coherente con ello, erigió en 2015 la nueva delegación episcopal para el Clero, orientada específicamente a la atención de los sacerdotes.
Desde entonces la Delegación Episcopal se encarga de la atención espiritual y material de los sacerdotes de la archidiócesis de Valencia. Para ello, realiza un servicio de acompañamiento de los presbíteros para “poder ayudarles en el buen desempeño de su ministerio sacerdotal, así como para detectar con prontitud, o en su caso prevenir, las necesidades o problemas que puedan tener”.
En 2015, recuperó en la Diócesis el Convictorio Sacerdotal, después de 37 años, para el acompañamiento y ayuda a sacerdotes en los primeros años posteriores a su ordenación. Desde entonces, cada año celebra varios encuentros con ellos para abrir un espacio de diálogo.
También creó la Delegación Episcopal para la atención a las personas con discapacidad, a quienes ha mostrado siempre su compromiso y cercanía, así como la Comisión Diocesana de Religiosidad Popular, que quedó integrada en la Vicaría de Evangelización del Arzobispado. Surgió para ordenar las orientaciones que desde la Santa Sede se dan para vivir la piedad popular.
El Arzobispado de Valencia, a iniciativa del Arzobispo, puso en marcha un nuevo organismo dedicado a la evangelización de la cultura, con el fin de coordinar las entidades eclesiales que se dedican a ese menester en la Diócesis, favorecer y fortalecer sus actividades y establecer un diálogo con los representantes civiles de la cultura (artes, ciencias, universidad, política, economía, medios de comunicación…).
Y en 2020, el Arzobispo anunció la creación de la Oficina de Protección del Menor (OPM) de la Archidiócesis, en cumplimiento de la carta apostólica del papa Francisco 'Vos estis lux mundi’ de 2019. La OPM nació fruto de la petición del Papa Francisco a todas las diócesis del mundo frente a casos de abusos sexuales. La de Valencia fue de las primeras abiertas en España con el objetivo de “estar siempre del lado de la víctima, escuchándola, acompañándola y recibiendo toda la información, en comunicación siempre y a disposición de las instituciones judiciales”.
Otra nota característica en el pontificado del cardenal Cañizares ha sido el impulso a la adoración eucarística. Una de sus prioridades ha sido “revitalizar la centralidad de la Eucaristía en la vida de las parroquias y comunidades”. La apertura de siete capillas de adoración eucarística perpetua lo confirman. Un mes después de su llegada se puso en marcha la de Alzira; en 2015 Gandia; en 2018 Catarroja, Agullent y Alcoi; en 2020 Requena (permanente); y en 2021, Moncada.
Una diócesis en movimiento: Años Jubilares y Visita Pastoral
Uno de los primeros anuncios del Cardenal al iniciar su pontificado fue la apertura, en octubre de 2015, del primer Año Santo Jubilar Eucarístico del Santo Cáliz “Cáliz de la Misericordia”. El segundo fue en 2020, “Cáliz de la Pasión”. La Diócesis ha vivido muchos más: unos propios, concedidos por la Santa Sede a petición del Arzobispo, y otros secundando convocatorias del Papa.
Cabe destacar el Teresiano, el de la Misericordia, Año Santo del 600 aniversario de la muerte de San Vicente Ferrer, el de la Basílica Sagrado Corazón tras su declaración como Basílica menor, Año de San José, Años Santos en Corbera, Cullera y Cocentaina, Jubileo de San Francisco Borja y el actual Año Jubilar por el Centenario de la Coronación Canónica de la Virgen de los Desamparados.
Además, el Arzobispo y sus obispos auxiliares iniciaron una visita pastoral a la Archidiócesis en noviembre de 2014; en ella han recorrido, entre otros, los arciprestazgos que comprenden las comarcas del Rincón de Ademuz y Los Serranos, la Ribera Alta y La Marina.
Ecumenismo y encuentro interreligioso, unidos en oración por la paz
En este tiempo, el Cardenal ha convocado varios encuentros ecuménicos e interreligiosos con representantes de otras religiones -musulmanes, judíos, budistas- y de confesiones cristianas como ortodoxos, evangélicos y luteranos. En todos ellos, un denominador común: rezar por la paz.
Precisamente en esos encuentros se forjó su amistad con Riay Tatary, presidente de la Comisión Islámica de España, fallecido en abril de 2020, “un hombre de fe, bueno, un gran amigo y hermano”, según palabras del Cardenal.
También ha potenciado la creación de parroquias personales para comunidades católicas de extranjeros residentes en Valencia: ortodoxos de Oriente Medio, polacos, chinos y africanos.
Con los jóvenes, en las JMJ de Polonia y Panamá
En julio de 2016 el Arzobispo acompañó a los jóvenes valencianos que participaron en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) celebrada en Cracovia (Polonia). Estuvo con el Papa Francisco en la ceremonia de bienvenida y en la vigilia de oración, e impartió catequesis a los jóvenes, que no dudaron en ovacionarlo por su defensa de los valores cristianos, la familia y la vida.
Repitió la experiencia en la JMJ de Panamá, en enero de 2019, encabezando la peregrinación de jóvenes valencianos. A su regreso, envió un claro mensaje: “Los cristianos no podemos callar y cruzarnos de brazos. Nos sentimos urgidos a evangelizar. A eso nos invita el Papa Francisco”.
Además, el cardenal Cañizares ha compartido con los jóvenes las vigilias mensuales celebradas en la Basílica de la Virgen de los Desamparados y también participó de forma activa en el Encuentro Europeo de la comunidad ecuménica de Taizé que reunió a 30.000 jóvenes en Valencia en las Navidades de 2015-2016. En esos días vimos “la fraternidad, la comunión, el amor, la acogida, la alegría y la juventud, signos todos de que Dios está con nosotros”, aseguró el Cardenal.
Etiquetas