El arzobispo de Mérida-Badajoz repasa para RD la actualidad de la Iglesia extremeña Celso Morga: "Los obispos extremeños queremos una solución sensata y racional para Guadalupe"
(Antonio Aradillas).- Es posible que, mientras que a algunos les parezcan estas declaraciones como aproximadamente dogmáticas, otros no las juzguen con tanta largueza. Pero, en definitiva, son y expresan lo que de verdad piensa uno de los arzobispos de más relieve hoy en España y tal vez con mayor proyección para el futuro, lo que significa que son, y serán, materia de reflexión, y aún de discusión, sin obviar que ellas y cuantos comentarios de buena voluntad se hagan, reflejarán el sentir de la Iglesia, amada y contemplada desde perspectivas distintas, aunque siempre en la pluralidad y con la gracia de Dios.
Lo que por encima de todo aquí y ahora proclamo, es que me fueron hechas sin obstáculos ni recortes de ninguna clase , con plenas facilidades, sin protocolos adverbiales, amistosa y cercanamente y a pecho decubierto, sin que ninguna de mis preguntas se escamoteara, pese a la "peligrosidad" regional que entrañara.
Tener acceso "periodístico" en tales condiciones a un miembro del Episcopado español, no resulta frecuente, por lo que quiero que quede constancia de mi agradecimiento. Destaco el hecho de forma tan preclara como jsta, porque, por citar un ejemplo, a su antecesor en la Provincia Eclesiástica de Mérida-Badajoz le solicité por dos veces "audiencia"- así se llamaba la "visita", sin lograrlo y sin explicarme las razones, que pudieran haber sido pastorales, ideológicas y hasta gastronómicas.
La lección de la cercanía de los obispos al pueblo a través de entrevistas periodísticas, prudentes o no tanto, según, y no de los Boletines Oficiales Diocesanos, Hojas Parroquiales, "Declaraciones Colectivas" o "ruedas de prensa", en los medios "afines", .léase COPE o "13 TV", se magnifica en la anteriormente transcrita, con satisfacción y con gozo pascual. Tengo la seguridad religiosa de que llegará -ha llegado ya- el día, en el que los mismos obispos "pordioseen"- con su santa y humilde etimología- , hacerse un hueco en los medios de comunicación, y más en los llamados aconfesionales y hasta en los considerados y temidos como anticlericales.
Reconozco que tal y como soplan - y en qué dirección- los vientos hoy en la Iglesia y en la sociedad en general, en la mayoría de sus frentes, la decisión de prestarse a contestar todas las preguntas periodísticas de interés para el pueblo- pueblo, es tarea-ministerio episcopal digna de encomio y de reconocimiento. ¡Gracias, don Celso, y que, para otros, cunda el ejemplo!
¿Cuál es el pensamiento de los obispos sufragáneos de Extremadura en relación con el tema Guadalupe-Toledo?
Los obispos de la Provincia Eclesiástica de Mérida-Badajoz nos sentimos con cierta obligación de presentar esta petición, que existe entre nuestros fieles.
Pienso que tenemos que llegar a una solución que satisfaga a todos, también a Guadalupe y la Archidiócesis de Toledo; una solución sensata, racional y acorde a los tiempos actuales. La petición debe estar siempre revestida de un diálogo fraterno, que busque siempre el bien pastoral de la Iglesia.
¿Habría usted ya "revuelto Roma con Santiago para al final conseguir el visado", tal y como reza el adagio popular -"palabra de Dios"-, en el caso de que el santuario de la Virgen de Valvanera, patrona de La Rioja, perteneciera, por ejemplo, a la diócesis de Osma-Soria?
Supongo que si eso fuera así, y me tocara trabajar el tema, haría lo mismo.
¿Alguna solución para la dramática situación de la falta de vocaciones sacerdotales, que presumiblemente bien pronto se acentuará en aún más dentro y fuera de Extremadura?
Entiendo que no hay soluciones fáciles para un tema tan complejo, que no es la primera vez que se presenta a lo largo de la historia de la Iglesia. La visión histórica nos puede ayudar a ver este problema con perspectiva de futuro. Dado que toda vocación es un don de Dios, requiere de nuestra oración, de pedirle con insistencia al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies. Además la respuesta a la llamada depende de la persona que la recibe, pero que hoy está influida por muchos factores: la falta de fe, la indiferencia religiosa, pocos hijos en las familias, vida muy cómoda que dificulta la entrega, cierto miedo al compromiso definitivo, para toda la vida, que también se hace notar en la crisis que sufre hoy la institución matrimonial y todas las opciones que tienen carácter definitivo... De alguna manera es la cultura en la que estamos inmersos y de la que los cristianos no somos ajenos, aunque, para mi, el verdadero problema es la falta de fe. Sin embargo, vivo esperanzado en nuestra archidiócesis sostenido por la Palabra de Dios y también porque veo que el numero de seminaristas está creciendo.
¿Para cuándo una casa sacerdotal diocesana para la de Mérida-Badajoz?
Estamos en ello, acondicionando un edificio diocesano existente en la ciudad de Badajoz. En estos días trabajan los arquitectos para redefinir los espacios de ese edificio de cinco plantas que ha sido residencia de sacerdotes en activo y oficina de entidades como Cáritas o Manos Unidas. Si esto no pudiera llevarse a cabo, tenemos otra posibilidad en otro edificio que los arquitectos estudian en estos momentos.
¿Algún problema pendiente de solución en la relación Iglesia-Estado-Comunidad Autónoma, en el marco extremeño?
Hemos tenido un problema, que se da también en otras Diócesis, en relación a la enseñanza de Religión en los centros de enseñanza. La Consejería de Educación redujo las horas lectivas y, ante la falta de una salida negociada, recurrimos a los tribunales que nos han dado la razón en lo que hemos planteado, de manera que el próximo curso debe reponerse el horario que estaba establecido anteriormente. Siempre estamos abiertos al diálogo y al entendimiento cordial. Por lo demás, las relaciones son buenas. Debemos tener en cuenta de que hay muchos temas que afectan al conjunto de la sociedad en los que la Iglesia tiene mucho que decir y arrimar el hombro. Cito dos como muestra: el patrimonio histórico artístico y la acción social. Estamos obligados a entendernos por el bien de todos los extremeños, y la Administración encontrará siempre en nosotros interlocutores leales dispuestos a trabajar y buscar el entendimiento.
Religiosidad popular y "apariciones" de Chandavila, en La Codosera: su personal criterio y oficial.
Los hechos de Chandavila, ocurridos en el año 1945, no constituyen, hoy por hoy, problema. No hay un pronunciamiento oficial por parte de la Iglesia diocesana, pero la situación es de normalidad pastoral. Don José María Alcaraz y Alenda, permitió la construcción de un templo en el paraje y, desde entonces, es un lugar de peregrinación; ha sido visitado por mis antecesores: don Antonio Montero y don Santiago García Aracil en reiteradas ocasiones y por mí mismo. Fue templo Jubilar en el 2000, en el Año Paulino y en el Año de la Misericordia. Tiene importancia pastoral, que es lo mejor que se puede decir de un templo o una comunidad, y todo se vive dentro de la normalidad.
¿Para cuándo la mujer dejará de ser y estar discriminada en la Iglesia, y en igualdad de derechos y deberes que el hombre?
La pregunta da por sentado que hay discriminación. Una gran mayoría de mujeres católicas, que viven su fe con normalidad, no lo ve así. En el tema del sacerdocio hay aspectos teológicos y de tradición de la Iglesia que no son baladíes. La Iglesia mira a aquello que Cristo ha querido para su Iglesia. La Sagrada Escritura, leída y vivida en la Tradición, son la guía. Durante más de veinte siglos la Iglesia ha interpretado y vivido esa voluntad de Cristo ordenando sólo varones. Se puede pensar que Cristo era hijo de la mentalidad de su tiempo, pero eso contradice la verdad de fe sobre el Hijo de Dios hecho hombre y contradice también el comportamiento concreto de Cristo en el trato con las mujeres. Hay documentos cercanos en el tiempo, como "Ordenatio sacerdotalis", la Carta apostólica de San Juan Pablo II, que se refieren a eso. Recuerdo ahora otro documento de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, la Declaración sobre la cuestión de la admisión de las mujeres al sacerdocio ordenado.
Recientemente el Papa Francisco, en la rueda de prensa que suele ofrecer en el avión al regreso de sus viajes, se refería a esto también. Fue concretamente en el vuelo de regreso de Suecia a Roma. El Santo Padre decía que la última palabra sobre este tema la tuvo san Juan Pablo II.
Creo que hay un tema de fondo que vicia este debate, y es no concebir el sacerdocio como servicio, sino como poder, en el marco de derechos. Si se entiende así vamos mal. Tenemos que seguir avanzando para que el pueblo cristiano, incluidos los sacerdotes, entienda que todos somos Iglesia, que cada uno tiene una responsabilidad y que toda responsabilidad es un servicio. Hay muchos ámbitos de responsabilidad en la Iglesia que no tienen porqué estar ligados al sacerdocio. En la Iglesia lo más importante no es la función que cada uno o cada una ejercita sino la santidad. A la santidad de todos los fieles va dirigida la actividad de la Iglesia; por ello, la Virgen María es proclamada como "Miembro excelentísimo y enteramente singular de la Iglesia" y como "Tipo y ejemplar acabadísimo de la misma en la fe y en la caridad". (LG Nº 53)