"Ofrecemos alternativas propias a la gente que necesita una vivienda", dice el ecónomo a RD Evangelio y Doctrina Social: Así 'saca al mercado' la Diócesis de Tui-Vigo sus inmuebles vacíos
"Hoy nos encontramos con casas parroquiales que quedan vacías y fincas o montes sin explotar. Ello nos lleva a buscar alternativas para que estos bienes que ya no tienen como fin el mantenimiento del sacerdote deriven su objetivo al sostenimiento de la parroquia y sus actividades"
"La diócesis (y sus parroquias) tenemos también un conjunto de fincas alquiladas a empresas o particulares que las explotan con plantaciones de viñedo, manzanos, kiwis, aguacates u otros, así como alguna dedicada a pastos de vacuno o bovino"
"De estos 69 inmuebles, dos tercios pertenecen a las parroquias y, por tanto, los ingresos son para las parroquias; el resto va a la diócesis que, con ello, trata de rehabilitar otros inmuebles para poner al servicio alguno más, o cubre aquellas necesidades pastorales que lo necesiten"
"De estos 69 inmuebles, dos tercios pertenecen a las parroquias y, por tanto, los ingresos son para las parroquias; el resto va a la diócesis que, con ello, trata de rehabilitar otros inmuebles para poner al servicio alguno más, o cubre aquellas necesidades pastorales que lo necesiten"
"Hoy nos encontramos con casas parroquiales que quedan vacías y fincas o montes sin explotar. Ello nos lleva a buscar alternativas para que estos bienes que ya no tienen como fin el mantenimiento del sacerdote deriven su objetivo al sostenimiento de la parroquia y sus actividades". Esa es la razón que, tal y como explica a Religión Digital el ecónomo de Tui-Vigo, Jesús Martínez Carracedo, ha llevado a la diócesis gallega a poner "desde hace más de 20 años sus bienes al servicio de las parroquias y sus gentes".
Aplicando los criterios evangélicos y concretados en su Doctrina Social de la Iglesia, la diócesis ha puesto en el mercado un total de 69 inmuebles (dos tercios pertenecen a las parroquias y, por tanto, los ingresos son para ellas), pero también "un conjunto de fincas alquiladas a empresas o particulares que las explotan con plantaciones de viñedo, manzanos, kiwis, aguacates u otros, así como alguna dedicada a pastos de vacuno o bovino". Aunque no todos les reportan beneficios y la mitad de los inmuebles, o contemplan la cesión gratuita, o su precio está por debajo del precio mercado para ayudar a las personas más necesitadas.
La diócesis de Tui-Vigo pone en alquiler 69 viviendas y 19 locales. ¿Cuál es el objetivo final? ¿Cuál es la causa de que la diócesis tenga estas viviendas vacías?
La diócesis de Tui-Vigo no pone, sino que lleva poniendo desde hace más de 20 años sus bienes al servicio de las parroquias y sus gentes. Los datos a los que se refiere han surgido a raíz de la pregunta de una periodista por las viviendas, pero la diócesis (y sus parroquias) tenemos también un conjunto de fincas alquiladas a empresas o particulares que las explotan con plantaciones de viñedo, manzanos, kiwis, aguacates u otros, así como alguna dedicada a pastos de vacuno o bovino.
Pero tenemos un fenómeno nuevo -nosotros, como todas las diócesis- que es el descenso en el número de sacerdotes en contraposición con la gran generosidad de los cristianos de las generaciones anteriores, que no sin esfuerzo, consiguieron dar vivienda y bienes beneficiales (fincas, montes…) para el sostenimiento de sus sacerdotes. Es por ello que hoy nos encontramos con casas parroquiales que quedan vacías y fincas o montes sin explotar. Ello nos lleva a buscar alternativas para que estos bienes que ya no tienen como fin el mantenimiento del sacerdote deriven su objetivo al sostenimiento de la parroquia y sus actividades.
¿Entra la Iglesia en el mercado inmobiliario?
En este sentido, la Iglesia no entra en el sector inmobiliario, sino que siempre lo ha estado, pero ahora podemos decir que ofrece alternativas propias también a la gente que necesita una viviendaofrece alternativas propias también a la gente que necesita una vivienda.
Hay que tener en cuenta que, de estos 69 inmuebles, dos tercios pertenecen a las parroquias y, por tanto, los ingresos son para las parroquias; el resto va a la diócesis que, con ello, trata de rehabilitar otros inmuebles para poner al servicio alguno más, o cubre aquellas necesidades pastorales que lo necesiten; con excepción de aquellos bienes que en su donación ya tenían establecido un objetivo concreto: así, varios inmuebles han sido donados con la cláusula de que los beneficios deben ir destinados a Cáritas, y en otros su destino es la formación de seminaristas o del clero.
Y debe hacerlo desde la forma de gestión que le es propia: aplicando los criterios evangélicos y concretados en su Doctrina social.
¿Contemplan también la cesión gratuita a personas sin recursos? ¿Tienen casos de este tipo?
Desde esos principios de la DS, por supuesto que esa gestión tiene que contemplar una respuesta a aquellas personas o familias que no tengan suficientes recursos o carezcan de ellos. Entre estos recursos se pueden contemplar las posibilidades de una cesión en precario (gratuita), alquileres por debajo del precio de mercado, o pagando una parte del mismo en especie (por ejemplo, comprometiéndose a limpiar alguna finca adyacente también propiedad de la parroquia).
En estos momentos, la mitad de estos inmuebles están en una de estas situaciones.
¿Hay otras diócesis que se hayan planteado esta opción para rentabilizar su patrimonio?
La gestión eficiente del patrimonio es un deber moral; el abandono o la no puesta en servicio de la gente y de la pastoral podríamos decir que es pecado, o al menos, antievangélico.
Es verdad que no siempre es fácil, porque en muchas ocasiones es necesaria una inversión demasiado grande que no tenemos, para poder ponerlos a disposición, pero siempre que sea posible, debe hacerse.
En algún caso de un bien importante, y con riesgo de perderse, hemos gestionado una cesión por 25 o 50 años con alguna administración (ayuntamientos, Xunta de Galicia…) a cambio de inversión en rehabilitación del inmueble.
Esta es otra forma de pensar y de gestionar el patrimonio a largo plazo, para que los cristianos del futuro puedan disfrutar de la generosidad de los cristianos de ese precioso pasado.
¿No temen que les critiquen por ‘hacer negocio’, cuando algunos de esos inmuebles puede que estén exentos del IBI?
Quiero recordar que la exención del IBI se da porque tiene una función social o que su gestión revierte en la sociedad, y este es el fin de todos estos bienes: generar unos ingresos que reviertan en la caridad de la parroquia (en los más pobres), o en la recuperación o mantenimiento del patrimonio (iglesias, capillas, retablos, imágenes, casas parroquiales…) que en nuestras pequeñas parroquias gallegas, en la mayoría de ocasiones, es el único patrimonio histórico que permanece en pie, y que genera riqueza y economía a la zona a través de las visitas turísticas y culturales a los mismos; así como también revierten en el mantenimiento del culto, la evangelización y la pastoral.
Y con el alquiler para vivienda de estos inmuebles también ayudamos a que se produzca un arraigo en el rural, a que nuestra Galicia no se quede 'vaciad'. Generamos vida familiar, y social; y tratamos de que esta vida sea un bien en todos los sentidos.
Ojalá que todos los inmuebles vacíos que tampoco pagan IBI (propiedad de ayuntamientos, fundaciones, ONG, sindicatos…) generasen tanta vida como los nuestros.