Se ha ido con discreción, tal y como ha actuado a lo largo de su vida. Impulsor y promotor de muchas iniciativas diocesanas, ya que cuando nació la diócesis, hace 75 años, fue uno de los primeros curas en incorporarse, destacaba por su sencillez y prudencia.
Se ordenó presbítero el 29 de junio de 1950, en Vitoria. Entre 1950 y 1956 realizó estudios en Roma y Jerusalén. Desde 1956 a 1980 fue formador del Seminario y profesor de Escritura. Entre 1956 y 1980, censor de oficio y consiliario de la Hermandad Ntra. Sra. del Perpetuo Socorro. En 1968 le nombraron director del centro diocesano de estudios sacerdotales y entre 1968 y 1980 fue vicario general de la Diócesis de Bilbao.
De 1983 a 1992, fue auxiliar de San Ignacio Deusto. Fue el primer director del Instituto Diocesano de Teología y Pastoral (IDTP) desde 1984 a 1989.
Miembro del colegio de Consultores (1985-1990), del Consejo Pastoral Diocesano (1988-1990). Miembro del equipo presbiteral del sector de Deusto y responsable del servicio vicarial del clero (1993-1998). Auxiliar de San Pedro de Deusto (1993-1999), miembro del equipo presbiteral de San Antón, Santos Juanes, San Nicolás y Santiago de Bilbao (1999-2001). Durante varios periodos fue miembro del Consejo de Presbiterio y también de la comisión de gobierno de las residencias diocesanas, de la comisión de diaconado permanente y canónigo de la catedral de Santiago.
Arrestado durante tres días
En abril de 1969 se produjo el asesinato del taxista Fermín Monasterio, primera víctima mortal de ETA en Bizkaia. Días más tarde fueron detenidos primero varios curas, acusados de facilitar la huida del miembro de la organización armada, y poco después José Ángel Ubieta, que quedó en libertad tras tres días de arresto. El Administrador Apostólico denunció la violación del Concordato a raíz de las detenciones, defendió el secreto profesional en el caso de su vicario y criticó la información tendenciosa facilitada por la prensa afín al régimen.
Caso Añoveros
Uno de los momentos más sonados en la historia de la Diócesis de Bilbao fue el denominado caso Añoveros. El 24 de febrero de 1974, se leyó en las parroquias de Bizkaia una pastoral del obispo Antonio Añoveros titulada “El cristianismo, mensaje de salvación para los pueblos”, a favor de la libertad del Pueblo Vasco. Esto provocó la mayor crisis entre la Iglesia y el régimen de Franco. José Ángel Ubieta era entonces el vicario general de la Diócesis.
Uno de los puntos del texto decía lo siguiente: «El pueblo vasco, igual que los otros pueblos del Estado español, tiene derecho a conservar su propia identidad, cultivando y desarrollando su patrimonio espiritual, dentro de una organización sociopolítica que pueda reconocer su justa libertad».
El Gobierno de Arias Navarro reaccionó duramente ante esta lectura, acusando a Añoveros de haber atacado la unidad de España. Así, el 27 de febrero, el obispo de Bilbao y su vicario, José Ángel Ubieta, fueron obligados a permanecer bajo arresto domiciliario, sin poder moverse de su residencia habitual. Posteriormente, el Gobierno envió un avión al aeropuerto de Sondika para trasladar forzosamente a ambos eclesiásticos fuera del país.
Sin embargo, el obispo Antonio Añoveros manifestó que no abandonaría la diócesis de forma voluntaria, y que solo lo haría, si el Gobierno utilizaba la fuerza, o si el Papa Pablo VI le pedía que dejara el obispado. El cardenal Tarancón convocó entonces el Comité Ejecutivo del episcopado, y redactó una nota donde se recordaba la pena de excomunión para aquellos que «directa o indirectamente impidiesen la jurisdicción eclesiástica de un obispo«. Por su parte, el Ministerio de Asuntos Exteriores llegó a preparar una nota de ruptura de les relaciones con el Vaticano. Finalmente, el “caso Añoveros” se solucionó por una intervención personal de Franco, que no quiso enfrentarse a la Iglesia.
Vídeo de la historia diocesana, incluye el `Caso Añoveros´