Obispo de Coria-Cáceres: "Francisco expresa el amor del corazón de Cristo" Francisco Cerro: "Ayudaría mucho que Guadalupe pudiera ser sede episcopal"

(Antonio Aradillas).- Sé, por demás, que el término gramaticalmente correcto y exacto no es el de "colonizar", y menos en la acepción que posee su contenido de "gente que se establece en un territorio inculto de su mismo país para poblarlo y cultivarlo". La historia de la Iglesia, está, a la par, pletórica y definida tanto por los vicios como por las virtudes entrañada en sus "colonizaciones" y en sus respectivos fines, procesos y procedimientos.

Los obispos, como obispos, -nombrados, que no elegidos- para las respectivas diócesis, no tienen nada que ver con la colonización ni con los colonizadores. Son, -y fueron-, nada más y nada menos, que "obispos", por tanto, con la misión y el ministerio sagrado de "vigilancia, defensa y ayuda".

Para los sacerdotes y para el resto del pueblo de Dios - hombres y mujeres, en igualdad de derechos y deberes, por haber sido "unos y otras creadas a su imagen y semejanza", sus obispos vivirán y testimoniarán hasta sus últimas consecuencias, su bíblica definición de "epíscopos".

En este contexto, su procedencia del pueblo-comunidad, al que se consagrarán en calidad de "pastores", parece lo más conveniente, obvio, manifiesto y preciso. Así se va entendiendo ya en la mayoría de las diócesis y provincias eclesiásticas de España, siendo tan solo la de Extremadura la única en la que tal norma es excepción, resultando esta impensable e inviable en las correspondientes, por ejemplo, a las Comunidades Autónomas de Cataluña, País Vasco, Galicia, Valencia...

Por fin, concretamente en la diócesis de Coria-Cáceres, su obispo actual, Monseñor Francisco Cerro Chaves, es nativo de un pueblo -Malpartida de Cáceres, por más señas-, quién efectuó sus estudios en el seminario de Cáceres y en el de Toledo, consiguiendo el doctorado en Teología Espiritual en la Universidad Gregoriana de Roma, por tanto, con merecimientos sobrados para que le resulte más fácil comprender y llevar a la práctica el dicho evangélico referido a "las ovejas que conocen la voz de su pastor, a la vez que este conoce la de las suyas, una por una".

Y al obispo de nacencia extremeña, le ofrezco la oportunidad de situarse ante el ambón de RD, de tanta y acreditada resonancia en tierras hispanas y americanas, poniendo por testigos a Francisco Pizarro, Hernán Cortés, Núñez de Balboa, Nuestra Señora de Guadalupe y a tantas influencias mutuas entre pueblos hermanos. A mi sugerencia de centrar esta vez su reflexión episcopal, en tan reducido esquema, no opuso el obispo resistencia alguna, con riguroso respeto por mi parte de transcribir su pensamiento sin ponerle ni quitarle ni un punto ni una sola coma.



¿Cuál podría ser la acción de la Iglesia diocesana para contribuir a que Extremadura abandone los últimos puestos que ocupa hoy entre todas las regiones de Europa?

Debería fundamentarse llevando a la práctica, siempre, la Doctrina Social de la Iglesia con una clara apuesta por el servicio a los más necesitados, a los más pobres, a los que no tienen trabajo ni hogar, de los refugiados y emigrantes; en una palabra, una Iglesia en salida, como repite constantemente el Papa Francisco y, además, estar sobre todo a través del laicado, en el compromiso por la justicia y el desarrollo de todas las zonas deprimidas, sobre todo, en el ámbito rural. Y, evidentemente, ayudar a las iniciativas conducentes a un trabajo digno.

¿Algún problema especial en la relación Iglesia-Estado en el marco de la Autonomía extremeña?

Las relaciones son buenas, aunque podrían mejorarse. En el tema de la enseñanza y en lo concerniente a las clases de religión, la Provincia Eclesiástica ha estado trabajando para que se hiciera realidad el derecho fundamental de los padres y alumnos en las clases de religión. Puede que en algún momento haya podido existir o surgir alguna tensión como consecuencia de haber apoyado a personas o colectivos más pobres y vulnerables.

Su opinión respecto a la carencia de vocaciones sacerdotales, dentro y fuera de la diócesis.

Estamos apostando, todo el Pueblo de Dios, por rezar, acoger y potenciar las vocaciones sacerdotales. En el presente año y en el que viene, ordenaremos a cuatro nuevos sacerdotes. Aunque no es para tirar cohetes, si es cierto que estamos subiendo poco a poco, como consecuencia de la labor realizada por una buena pastoral infantil y juvenil y vocacional y, aunque no está exenta de dificultades, queremos hacerlo bien y a conciencia porque es mucho lo que nos jugamos.



¿Contribuiría a paliar este problema el acceso de la mujer al sacerdocio ministerial, así como el celibato opcional?

En estos temas, como en todos, me siento en comunión plena con la Iglesia Católica. El Papa Francisco en la rueda de prensa que concedió a los periodistas en el vuelo de regreso de Suecia a Roma, explicó que lo que la Iglesia enseña sobre la ordenación sacerdotal no va a cambiar y que la última palabra sobre este tema lo tuvo san Juan Pablo II en la Carta Apostólica Ordinatio Sacerdotalis de 1994; en ese texto, el Papa polaco, señala que "la ordenación sacerdotal, mediante la cual se transmite la función confiada por Cristo a sus apóstoles, de enseñar, santificar y regir a los fieles, desde el principio, ha sido reservada siempre en la Iglesia Católica, exclusivamente a los hombres". Por otra parte, estoy convencido y apuesto por ello, de que a la mujer se le dé en la Iglesia todo el protagonismo que se le debe dar, ya que ha demostrado con creces su buen hacer.

Su opinión acerca del Papa Francisco, destacando alguno, o algunos, de sus gestos y expresiones.

El abrazo incondicional a cada persona que se encuentra en el camino, sea de la condición, raza o religión que sea, expresa el Amor del Corazón de Cristo.

¿Para cuando la integración de Guadalupe, patrona religiosa y signo civil de extremeñismo, pasará a pertenecer a alguna de las diócesis de la provincia eclesiástica de Extremadura?

En la Provincia Eclesiástica, con el Arzobispo D. Celso a la cabeza, estamos muy comprometidos con que se solucione pronto el tema de Guadalupe y pueda integrarse en una de las Diócesis que componen la Provincia Eclesiástica.

Pienso que ayudaría mucho a resolver la situación, el hecho de que Guadalupe pudiera ser sede episcopal, unida a una de las diócesis de la Provincia Eclesiástica. El diálogo es punto clave en la situación que hay planteada y estoy convencido de que a través de ese diálogo podremos llegar al entendimiento. El Pueblo de Dios que camina en Extremadura, en la Provincia Eclesiástica, nos lo está demandando a sus pastores. Recemos y actuemos, sin prisas, pero sin pausas.

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