El responsable de la Oficina para la protección de menores de la Diócesis de Salamanca explica el nuevo servicio diocesano Javier García Santos: "La protección y el apoyo a nuestros menores y adultos vulnerables es prioridad"
¿En qué consiste la Oficina de Protección de Menores y Adultos vulnerables?
El responsable de la Oficina para la Protección a Menores repasa en esta entrevista los aspectos más destacados de este servicio diocesano que trata de dar respuesta a cualquier persona que requiera de su apoyo
Detalla el nuevo protocolo que tendrá que aplicarse en todas las actividades pastorales que impliquen el trato con menores y/o adultos vulnerables
Esta oficina ha sido una de las prioridades desde la llegada de don José Luis Retana a la diócesis, ha apuntado
Detalla el nuevo protocolo que tendrá que aplicarse en todas las actividades pastorales que impliquen el trato con menores y/o adultos vulnerables
Esta oficina ha sido una de las prioridades desde la llegada de don José Luis Retana a la diócesis, ha apuntado
(Diócesis de Salamanca).- Javier García Santos es el responsable de la Oficina para la protección de menores de la Diócesis de Salamanca. En esta entrevista, repasa los aspectos más destacados de este servicio diocesano que trata de dar respuesta a cualquier persona que requiera de su apoyo y detalla el nuevo protocolo que tendrá que aplicarse en todas las actividades pastorales que impliquen el trato con menores y/o adultos vulnerables.
-¿En qué consiste la Oficina de Protección de Menores y Adultos vulnerables?
-Una de las primeras decisiones como obispo de Mons. José Luis Retana fue promulgar un decreto en el que se creaba una nueva Oficina de Protección de Menores y Adultos Vulnerables. Es verdad que ya existía de forma embrionaria desde el año 2020, pero nuestro obispo ha creído que es mucho mejor darle un formato más funcional y más amplio, con un abanico de cobertura en diferentes aristas que suele tener este tipo de problemas.El objetivo de nuestra oficina es muy amplio. En primer lugar, queríamos tener un espacio físico abierto permanentemente y fácilmente localizable, que pueda acoger, escuchar, asesorar, dar respuesta y soluciones a cualquier persona que pudiera ser hipotéticamente víctima de este tipo de delitos, y que va a necesitar evidentemente un faro de luz al que poder caminar, para encontrar soluciones a su vida y a su problema.
-¿Qué personas conforman el equipo de la oficina?
-Aparte de un miembro del cuerpo judicial, que es un servidor, hay también un letrado del Colegio de Abogados de Salamanca, Raúl Román, de plena confianza; y también, una psicóloga perito forense, Aurora García, que habitualmente trabaja en nuestro Tribunal, por ejemplo, en las causas de nulidad matrimonial o en otros cometidos que se le encomiendan. Este equipo pretende dar respuesta desde diferentes aspectos al problema de la protección de menores y adultos vulnerables.
-¿Cómo surgió la elaboración del protocolo que se acaba de publicar en la Diócesis de Salamanca?
-El pasado 25 de marzo, el papa Francisco ha promulgado un decreto ley, “Vos Estis Lux Mundi” (“Vosotros sois la luz del mundo”), podríamos decir con terminología más coloquial, pero que en términos canónicos se denomina Motu Proprio, que es una ley de alcance universal para toda la Iglesia. Desde la Oficina de Protección de Menores de nuestra diócesis hemos elaborado unos protocolos de prevención y de protección de menores y de adultos vulnerables. De hecho, desde la llegada de don José Luis Retana a nuestra diócesis, esta fue una de sus prioridades, y creo que fue uno de los primeros decretos que él promulgó.
Y fruto de esta norma para toda la Iglesia Universal, cada obispo en su diócesis está elaborando una normativa adaptada a la realidad más concreta de su Iglesia particular. Por eso, el 30 de marzo de este mismo año, nuestro obispo ha promulgado un decreto de aprobación de unos protocolos específicos de prevención protección de menores y de adultos vulnerables que va a ser aplicado desde ahora mismo en toda la Diócesis de Salamanca.
-¿Cuál es su contenido?
-La primera parte del protocolo es una introducción jurídica, tanto estatal como canónica. Es el soporte y el cimiento legal sobre el que se inspiran los códigos y los protocolos de actuación que vamos a ver a continuación. La parte central de estos protocolos es lo que hemos denominado el núcleo central de prevención y protección, y se trata, básicamente, de un decálogo muy didáctico y muy fácil de manejar, muy ágil.
Desde la oficina hemos creado un folleto que va a ser distribuido por todas las realidades pastorales de nuestra diócesis, de forma que, muy fácilmente se pueda ver cuál es la actitud y las nuevas políticas que tenemos que implementar para proteger a nuestros menores y adultos vulnerables. La tercera parte del protocolo es mucho más práctica, y también, un poco más triste, porque es el dispositivo de aplicación del ámbito judicial y de sanación cuando ha fallado el dispositivo de prevención.
Y dentro de esta parte, digamos judicial, hay un desdoblamiento en función del caso personalizado, sobre si tiene una dimensión también estatal o únicamente canónica. El punto de criterio fundamental va a ser el plazo de prescripción de los delitos, que existe en el ámbito estatal; porque en el canónico, ningún delito de esta naturaleza queda impune.
-¿Cómo podemos crear espacios seguros en la comunidad diocesana?
-Muchas familias nos preguntan cómo crear espacios seguros para los menores y para los adultos vulnerables en todos los ámbitos de la realidad pastoral de nuestra diócesis. En nuestra opinión, la experiencia nos dice que la aplicación estricta de estos protocolos crea una nueva mentalidad, una nueva forma de mirar a la realidad, y al final, determinan cómo es la relación, que fundamentalmente está basada en el respeto y en la normalidad.
Cuando hay un ámbito de respeto y normalidad, eso va a proteger la integridad y la libertad de los menores, a los que hay que tratar también como personas adultas. Estamos en un ámbito social mediterráneo, que tiene sus peculiaridades en el trato, en las formas de interactuar, pero siempre hay que tener de prioridad la protección integral de nuestros menores y adultos vulnerables.
-¿A quién está destinado el protocolo?
-Este protocolo de prevención está destinado a todos los agentes de pastoral, no solamente a los párrocos, sino también a catequistas, miembros de coros, monitores, etc. En definitiva, estamos asimilando una realidad que ya existe también en la sociedad civil, como la Ley Orgánica del año 2021 de Protección integral de menores. Ya se está haciendo referencia a que tenemos que crear espacios seguros, y que tenemos una obligación de velar por todos, e incluso, existe una obligatoriedad de denunciar en caso de que seamos testigos de algún tipo de delito de esta naturaleza, ya que todos tenemos una corresponsabilidad como sociedad.
-En relación al decálogo, ¿qué aspectos resaltaría vinculados al Motu Proprio?
-Por ejemplo, estamos incorporando una nueva preocupación por las redes sociales, las nuevas tecnologías, y también, el tratamiento de las imágenes, y creo que tenemos que aprender todos a ser mucho más restrictivos y respetuosos con el tratamiento del material digital. Muchas familias nos expresan su preocupación por las imágenes de sus hijos, cuando todavía no son capaces de gestionar su propia imagen y las repercusiones que eso puede tener.
Hay también una incidencia muy importante en el Motu Proprio sobre la pornografía, que es un mal que está aquejando a toda nuestra sociedad, y nosotros, tenemos que velar para que de ninguna manera las imágenes de los menores puedan ser utilizadas con ánimo de lucro o fines libidinosos. Y es el texto que utiliza precisamente el Motu Proprio. Por lo tanto, tenemos una obligatoriedad de velar por las garantías de los derechos de menores y adultos vulnerables.
-¿Dónde se puede conseguir este protocolo?
-El protocolo se va a distribuir en las parroquias, pero también se puede descargar a través de la página web de la Diócesis de Salamanca, en la pestaña de la Oficina para Protección de Menores. Cabe recordar que es de obligado cumplimiento en toda la diócesis.
-Si alguien necesita acudir a esta Oficina para Protección de Menores, ¿qué pasos tiene que seguir?
-Nuestra Oficina de Protección de Menores está enmarcada en una red amplia de 70 oficinas que están distribuidas por todas las diócesis españolas, y trabajamos de forma coordinada. Sobre todo, a través de un portal web que cualquiera puede consultar en internet, con un nombre muy significativo: Para Dar Luz. Antes hacía referencia a ese faro de luz que tiene que iluminar a cualquier persona que se encuentra en la oscuridad debido a haber sido víctima de este tipo de delitos, o ser tal vez familiar, o pertenecer al entorno de una persona que ha sufrido este tipo de agresión.
Creo que es muy importante que exista una coordinación entre nosotros, compartir la información y venir en ayuda unos a otros, de forma que una persona que ha sido víctima de estos delitos, nunca se encuentre sola o desprotegida.
Estamos distribuyendo también en todas las diócesis unos folletos, que aunque no son exhaustivos, si nos dan las pautas fundamentales, muy pedagógicas, para que todos y cada uno de nosotros podamos empezar a incorporar estas nuevas políticas en nuestro modo de vida ordinario, en el trato con menores y adultos vulnerables. Tenemos también en nuestras diócesis, oficinas virtuales en cada web diocesana, y se incorpora una pestaña sobre la Oficina de Protección de Menores, y ahí están todos los datos necesarios para la toma de contacto y para solicitar una cita en nuestra oficina.
O también directamente podemos venir a las oficinas que tenemos en la Casa de la Iglesia, que está abierta permanentemente todos los días, de lunes a viernes, y por supuesto, podemos automáticamente abrirla cuando sea necesario. Y también tenemos un equipo que puede activarse en caso de emergencia a cualquier hora del día.
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