El obispo de Bilbao presidió la Misa de Navidad en la catedrdal Joseba Segura: "Niño de Belén, tú eres la esperanza para este mundo loco"

Joseba Segura, en la misa de Navidad
Joseba Segura, en la misa de Navidad Bizkeliza

En un mundo que ha sustituido el Nacimiento por los árboles de Navidad, las luces led que cambian de color y forma a toda velocidad y los gorros de Santa Claus, “nosotros -ha dicho- queremos seguir centrados en la sencillez del pesebre. Allí donde no parece que pase nada es donde, sin embargo, realmente pasa todo. Si te has olvidado del pesebre, vuelve a él”

"No somos solo espíritu, o voluntad, o deseo, o libertad, somos también cuerpo, y ello con todas sus posibilidades y limitaciones"

Este mediodía, el obispo de Bilbao, Joseba Segura, ha presidido la Eucaristía de Natividad en la catedral de Santiago. En su homilía ha defendido que en un mundo que ha sustituido el Nacimiento por los árboles de Navidad, las luces led que cambian de color y forma a toda velocidad y los gorros de Santa Claus“nosotros -ha dicho- queremos seguir centrados en la sencillez del pesebre. Allí donde no parece que pase nada es donde, sin embargo, realmente pasa todo. Si te has olvidado del pesebre, vuelve a él”.
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El obispo de Bilbao ha comenzado su homilía recordando el momento histórico del nacimiento de Jesús «en una posada, lejos de su casa». Esta circunstancia, que llega como consecuencia del decreto del emperador Augusto, obligó a la Sagrada familia a migrar obligatoriamente. De ese modo, el Niño Dios llegó sin hacer ruido «en la fragilidad de un recién nacido«.

Ha proseguido su mensaje señalando que este es el modo como Dios «se hace carne«. El Creador del universo acepta los límites, la debilidad de un cuerpo humano. Y en este acto «incomprensible» eleva y dignifica la condición de la humanidad, «de una vez, para siempre».

El obispo se ha referido al subrayado de la Navidad en el que se recuerda que «no somos solo espíritu, o voluntad, o deseo, o libertad, somos también cuerpo, y ello con todas sus posibilidades y limitaciones«.

Ha mencionado a la ciencia y la tecnología que nos han proporcionado la creencia de tener un «poder inmenso sobre la creación«, con su paradoja, ya que «la naturaleza nos recuerda periódicamente que no la controlamos«. En este sentido, ha pronosticado que «lo peor está por venir: serán nuestros hijos y nietos quienes deban asumir las consecuencias de un modo de entender el progreso que conlleva impacto destructivo».

Ha mencionado también las situaciones generadas en Libia, Sudán o Irak. Ha puesto en solfa que estas intervenciones sean humanitarias, ya que «resultan en enormes males para la población civil de los pueblos afectados»

En otro momento de su mensaje de Navidad, el obispo ha hecho hincapié en la creencia de que el ser humano controla la historia «pudiendo moldearla a su antojo«. En este sentido se ha referido a la situación «compleja» de Siria. Un país sumido ahora en el caos, en el que «derrocamos dictadores apoyando a grupos violentos que inevitablemente tienen sus propias agendas» . Ha mencionado también las situaciones generadas en Libia, Sudán o Irak. Ha puesto en solfa que estas intervenciones sean humanitarias, ya que «resultan en enormes males para la población civil de los pueblos afectados». Y ha proseguido con el tema recordando a la tierra donde nació Jesús donde «miles de mujeres y niños que mueren cada semana en tragedias que no queremos o no sabemos detener».

Ante toda esta situación ha proclamado el «triunfo» del niño que acaba de nacer, ante las armas y los ejércitos. Se trata de «la apuesta renovada del cielo a favor de este nuestro mundo. Cuando cualquiera habría tirado la toalla, Dios dice: «Una vez más, ahí estoy, con vosotros«.

Niño de Belén, tú eres la esperanza para este mundo loco, y también para esta comunidad que, aunque pequeña y débil en la fe, quiere seguir siendo testigo de tu luz entre las gentes

Joseba Segura ha puesto el acento en una cuestión fundamental que, a su modo de ver, hay que recuperar: «la capacidad de reconocer la dimensión sagrada, trascendente de la vida, especialmente en el ser humano«.

En este sentido, ha puesto en valor el verdadero significado de la Navidad. «Nos invita – ha dicho– a resacralizar al hombre y a la mujer creados a imagen de Dios».

El obispo de Bilbao ha finalizado su homilía enfatizando la importancia del «gesto de adoración al Niño«. Lo capital del signo, como reconocimiento en el niño «la grandeza del amor de Dios por nosotros«.

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