Última Eucaristía del obispo en la catedral bilbaína de Santiago Mario Iceta: "Esta diócesis me ha ayudado a crecer. He dejado en Bilbao el periodo central de mi vida"
Las emocionantes palabras del arzobispo electo de Burgos y administrador apostólico de la Diócesis de Bilbao, Mons. Iceta en su despedida de la diócesis desperrtaron la ovación de la feligresía
Recordó los momentos más especiales de un sacerdote y los tres pilares fundamentales de la vida del cristiano: "una vida arraigada en el amor, en la fe vivida como confianza y en la esperanza"
Mons. Joseba Segura, el obispo auxiliar tuvo unas palabras de agradecimiento para Iceta: "Has dejado huella en muchos y tu salida les causa tristeza"
Mons. Joseba Segura, el obispo auxiliar tuvo unas palabras de agradecimiento para Iceta: "Has dejado huella en muchos y tu salida les causa tristeza"
| Diócesis de Bilbao
(Diócesis de Bilbao).- La catedral de Santiago completó ayer el aforo permitido en las actuales circunstancias sanitarias, para acompañar a Mons. Mario Iceta en la última Eucaristía que presidía en este templo antes de tomar posesión como arzobispo de Burgos, el próximo sábado 5 de diciembre.
El obispo auxiliar. Mons. Joseba Segura, el vicario general, Félix Alonso, miembros del cabildo catedral y del consejo episcopal, además de más de medio centenar de presbíteros diocesanos, religiosos y diáconos, así como representantes de varias instituciones y organismos diocesanos y fieles, se hicieron presentes en la celebración que también fue emitida en directo a través de esta web de Telebilbao y desde la Onda Media de Radio Popular-Herri Irratia. Al finalizar la celebración la feligresía despidió al prelado con una gran ovación.
El arzobispo electo de Burgos y administrador apostólico de la Diócesis de Bilbao, Mons. Iceta, inició su intervención diciendo que, si hubiera que buscar un titular que sirviese para todo creyente sería el de “una vida arraigada en el amor, en la fe vivida como confianza y en la esperanza. Creo –dijo- que son los tres pilares fundamentales de la vida del cristiano”.
También se refirió al día de la ordenación sacerdotal “ese día prometimos cuidar y como dice san Pedro en su carta, no de mala gana, no con maltrato, sino de buena gana, con paciencia” y continuó su intervención disculpándose “por las veces en que quizás no haya conseguido responder a la altura de vuestras expectativas o quizás os haya podido defraudar”.
En referencia a una de las lecturas de la liturgia, en la que el Señor le dice a Abraham “Sal de tu tierra”, Mons. Iceta, haciendo memoria de su vida señaló que, ciertamente salió de su tierra, de Gernika, “yo no elegí Córdoba, la voluntad del Señor me hizo recalar en Córdoba. No elegí venir a Bilbao, la voluntad del Señor hizo que viniera aquí y no elegí ir a Burgos, la palabra del Señor una vez más: ´Tu sígueme´, como no seguirte Señor, si la vida hasta el día de hoy no ha sido más que bendiciones y percibir formidablemente tu presencia que siempre me ha sostenido. El Señor nos cuida y va alisando los cantos, las aristas de nuestras vidas, redondeándolos en el río de la vida”.
“He dejado en Bilbao el periodo central de mi vida, -continuaba mons. Iceta- no sé cuánto voy a vivir, pero ha sido el centro de mi vida, el momento más potente de la vida de una persona, yo digo que ya estoy en el atardecer de la vida, pero quiero seguir al Señor y que él me ayude cada día más a desprenderme de cosas, de ropajes, de ideas. La diócesis me ha ayudado a crecer, me ha ayudado a ensanchar mi corazón, a crecer en esperanza, en fe, en amor, en misericordia, he sido ayudado enormemente por todos vosotros”.
Para finalizar afirmó que se va con el corazón en paz en Bilbao, “dejando tantos amigos que siempre estaréis ahí porque nuestra vida está entrelazada, es un tejido de relaciones humanas que siempre están ahí. Y, con alegría e ilusión a entregarme totalmente a la Iglesia de Burgos a seguir a aquellos castellanos nobles y recios. A hacerme uno con ello. Que la virgen Maria nos acompañe y nos cuide siempre. Que así sea”.
En la bendición final tuvo un recuerdo especial “a los que son preferidos del Señor, a sus ovejas más preferidas, a los pobres, los que no tienen hogar, a los inmigrantes, a los enfermos, a los que no encuentran trabajo en esos tiempos tan duros de crisis, que a todos llegue la bendición del Señor”. Y, en referencia al futuro de nuestra Diócesis, habló de la sucesión apostólica “nos vamos pasando el testigo, cada uno con su impronta, con su modo de ser y hacer las cosas y llegan otros, que tienen otra impronta y van enriqueciendo con sus dones a la Iglesia, otras perspectivas. Sabéis cuál es mi preferencia y yo estoy seguro que el santo Padre proveerá como esta Diócesis se merece a aquél pastor que puede cuidar, el Señor abre siempre los caminos que más nos convienen".
Palabras del Obispo auxiliar
Antes de concluir la Eucaristía y tras un bertso dedicado por el presbítero Lontzo Zugazaga, intervino el obispo auxiliar, quien dirigiéndose a Mons. Iceta le dijo que en estos 12 años en Bilbao había trabajado con mucha gente “con personas de sensibilidades muy diversas, intentado encontrar el tono y los mensajes adecuados para promover la comunión en una Iglesia, que es cualquier cosa menos aburrida y que no puede renunciar a ser católica y, por eso, integradora. En estos encuentros, has dejado huella en muchos y tu salida les causa tristeza”.
Mons. Joseba Segura también reconoció que estos días, en algunas de las numerosas despedidas “que ya te estarán abrumando y que hoy terminan” había podido ver incluso alguna lágrima, “la de los que te han sentido como pastor cercano, cordial, siempre animoso y resolutivo. En nombre de todos ellos, de todas las personas que hoy hubieran querido expresarte aquí con alguna palabra su afecto, en nombre de esta Diócesis que has servido con inteligencia, generosidad y esperanza firme, queremos agradecerte tus años en Bilbao y todo lo que, deseoso de ser un Buen Pastor, has procurado hacer entre nosotros, con nosotros, lo que has logrado y lo que dejarás al siguiente, que en eso también consiste la sucesión apostólica. Un abrazo, Mario, en nombre de la comunidad aquí reunida y de todos los que han querido participar junto a su obispo, de esta eucaristía de acción de gracias. Besarkada bat Mario eta gure esker ona estimatzen zaituen eta gure artean gotzain lez egin dozun lana baloratzen daben guztien partez”.
“Seguimos unidos en el camino, compartiendo fe y esperanza y un gran deseo de vivir y actuar en el camino de Dios, aprendiendo a servir cada vez mejor a todos y especialmente a los que sufren”.
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