A este respecto, ha recordado que la norma aplicada el día 12 de marzo de 2020 estableció el treinta por ciento del aforo como límite para las celebraciones en las iglesias y que el mismo criterio se siguió en la orden que el 3 de mayo reguló la primera fase de la desescalada.
Ahora, ante el aumento del número de contagios, "por causas muy diversas y de distinto significado", el Obispado ha reseñado que "ninguna autoridad sanitaria ha manifestado públicamente ni ha presentado datos que permitan equiparar la situación epidemiológica actual con la de aquellos momentos iniciales".
"Sólo con semejante análisis, especialmente referido también a los posibles casos de contagio ocasionados por la asistencia a los actos de culto, se podría acreditar la extrema limitación del ejercicio de la libertad religiosa que impone el nuevo criterio sanitario. En ausencia de tal acreditación, los afectados no tenemos motivo alguno para valorar la nueva norma como razonablemente justificada. Y sólo nos queda la posibilidad de mostrar la perplejidad, el desacuerdo y el malestar", ha añadido.
"Carente de lógica"
Para el Obispado, existe "la fundada convicción" de que se trata de "una norma carente de lógica interna y de sentido de la proporción y de la equidad, que trata de forma igual situaciones muy diferentes". A este respecto ha dudado de la equidad de "poner el mismo límite numérico de personas asistentes en espacios de amplitud tan diferente como la Catedral y la Iglesia de San Sebastián", la segunda más pequeña en su aforo.
La organización eclesiástica ha asegurado aceptar "de buen grado" las medidas tomadas anteriormente" y la intención de "seguir colaborando al logro del bien común y de la salud pública, aun con la libre renuncia al ejercicio de algunas expresiones del derecho de libertad religiosa". No obstante, ha manifestado que sus integrantes se sienten "ignorados" y que "es evidente que la presente norma tiene un claro efecto disuasorio respecto de la participación en los actos de culto y representa una inadmisible penalización de carácter previo".
"No ponemos en cuestión la buena intención y propósitos de nuestra autoridad sanitaria y les agradecemos sus desvelos por el cuidado de la salud de cada uno de nosotros mismos y de toda la sociedad salmantina. Queremos seguir colaborando con ellos con libertad responsable. Y una forma de hacerlo con lealtad constructiva es la manifestación respetuosa de nuestro parecer", ha concluido el Obispado.