El arzobispo se configura como uno de los líderes del futuro inmediato en el episcopado español El Papa deja manos libres a Benavent para cambiar la cara de la Iglesia valenciana
En apenas quince días, Francisco aceptaba la renuncia de dos de los obispos auxiliares (Valencia contaba con tres cuando se aceptó la renuncia del cardenal Cañizares), Javier Salinas y Vicente Juan Segura, éste último ocho años antes de la edad preceptiva
Por el momento, solo le queda Arturo Ros, que saldrá en breve de la capital del Turia. Benavent quiere, y tien, manos libres para formar su equipo, y ya se apuntan algunos nombres, (vinculados a Valencia y a algunos de sus buques insignia, como la UCV) para acompañarle en su misión, porque el titular de Valencia necesitará obispos auxiliares de su absoluta confianza para llevar a cabo su trabajo
Desde su retiro en Moncada, Cañizares también ha pasado a un discreto segundo plano
Desde su retiro en Moncada, Cañizares también ha pasado a un discreto segundo plano
Apenas lleva unos meses en el cargo, y parece que ya se ha hecho con las riendas de una de las diócesis más importantes (en cuanto a número, presencia católica y relevancia) de España. El arzobispo de Valencia, Enrique Benavent, comienza a elegir el equipo que le acompañará en los próximos años. Y lo hace con el apoyo pleno del Papa Francisco, quien le ha dado libertad absoluta para actuar.
Para muestra, dos botones. En apenas quince días, Francisco aceptaba la renuncia de dos de los obispos auxiliares (Valencia contaba con tres cuando se aceptó la renuncia del cardenal Cañizares), Javier Salinas y Vicente Juan Segura, éste último ocho años antes de la edad preceptiva. Dos prelados con pasados polémicos, a quienes Cañizares acogió en su diócesis (también lo hizo con el antaño obispo de Palencia, Esteban Escudero, también emérito) y que ahora no serán un peso en los movimientos que pueda hacer Benavent. Tampoco lo será el cardenal, quien desde su retiro en Moncada ha pasado a un discreto segundo plano.
Nuevos auxiliares en breve
Benavent quiere formar su equipo propio, y no es de extrañar que, en próximas fechas, el único auxiliar que le queda, Arturo Ros, a quien se 'rifan' en varias diócesis (tanto catalanas como del resto de España) salga de la capital del Turia.
El nuevo arzobispo quiere, y tiene, manos libres, y ya se apuntan algunos nombres (vinculados a Valencia y a algunos de sus buques insignia, como la UCV) para acompañarle en su misión, porque el titular de Valencia necesitará obispos auxiliares de su absoluta confianza para llevar a cabo su trabajo.
Y, también, para posibles nuevas encomiendas de futuro: ¿cardenalato, elecciones? Todas las opciones están abiertas. Lo que parece claro es que Francisco tiene en el nuevo arzobispo de Valencia un valor a tener en cuenta. Y que los movimientos episcopales en España no han hecho sino comenzar.