El arzobispo Saiz les invita a la "libertad de espíritu" por encima de "las modas pasajeras" Sevilla ya tiene dos nuevos obispos auxiliares para "enseñar, santificar y regir"
En una ceremonia histórica, la catedral de Sevilla ha acogido esta mañana la ordenación episcopal de sus dos nuevos obispos auxiliares, Teodoro León Muñoz y Ramón Valdivia Jiménez, a los que arroparon una veintena de obispos y otros 2.500 fieles que abarrotaron el tercer templo más grande de la cristiandad
Saiz Meneses exhortó a sus dos nuevos y estrechos colaboradores a que en su vida de obispos se conduzcan "con libertad de espíritu, con parresía, sin dejarse condicionar por las modas pasajeras o por lo políticamente correcto, anunciando el Evangelio con todas sus consecuencias; sin buscar el poder, ni el prestigio o la estima para sí mismo"
En una ceremonia histórica, la catedral de Sevilla ha acogido esta mañana la ordenación episcopal de sus dos nuevos obispos auxiliares, Teodoro León Muñoz y Ramón Valdivia Jiménez, a los que arroparon una veintena de obispos y otros 2.500 fieles que abarrotaron el tercer templo más grande de la cristiandad.
"Vuestro ministerio episcopal queda articulado según esa triple función de enseñar, santificar y regir, como participación de la misión de Cristo", le dijo en la homilía de la misa de ordenación José Ángel Saiz Meneses, arzobispo de Sevilla, que les recordó que que la "misión principal" que ahora estrenan "será por un lado anunciar el Evangelio a todo el mundo", "enseñar la Palabra de Dios, e invitar a todos a la conversión y a la santidad".
"Esta misión comporta también ayudar a curar la herida interior del ser humano, su lejanía de Dios, por medio de los sacramentos, que son las fuentes de la misericordia de Dios. Como dispensadores de los misterios de Dios, ayudaréis a la santificación de las personas y al crecimiento de la Iglesia. Finalmente, se os confía plenamente el oficio pastoral, es decir, el cuidado habitual y cotidiano de las ovejas, actualizando la autoridad y el servicio de Jesucristo guiando y sirviendo a la comunidad eclesial".
"De manera especial deberéis entregaros a los más pobres y pequeños, reuniendo y conduciendo a la comunidad como una familia", les indicó el arzobispo, y viviendo "una espiritualidad eclesial, de comunión, de confianza en Dios y de un realismo espiritual que lleva a vivir la llamada a la santidad en medio de dificultades externas e internas, de debilidades propias y ajenas".
Saiz Meneses exhortó también a sus dos nuevos y estrechos colaboradores a que en su vida de obispos se conduzcan "con libertad de espíritu, con parresía, sin dejarse condicionar por las modas pasajeras o por lo políticamente correcto, anunciando el Evangelio con todas sus consecuencias; sin buscar el poder, ni el prestigio o la estima para sí mismo".
Igualmente, el el arzobispo les invitó a que "adornen" su vida y ministerio con "la prudencia evangélica, la sabiduría práctica que propicia la realización de la voluntad de Dios. Desde la humildad y la conciencia de la propia debilidad. Armonizando la fortaleza y la mansedumbre, la autoridad del gobierno con la humildad de corazón".
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